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A pesar de la retórica de Netanyahu en la ONU esta semana, los expertos dicen que el EI no constituye una gran amenaza para el país

El Estado Islámico, una amenaza lejana para Israel

Fuentes: Al Jazeera

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Tel Aviv, Israel.- A juzgar por el discurso del Primer Ministro Benjamin Netanyahu en las Naciones Unidas durante esta semana, se podría pensar que es Israel, y no Siria o Irak, el que enfrenta la mayor amenaza de Estado Islámico (EI).

«Dondequiera miramos, el Islam militante está en marcha», advirtió, describiéndolo como un «cáncer». En un punto usó una referencia a los nazis: «Los nazis creían en una raza superior. Los islamistas militantes creen en una fe superior», dijo. «Solo desacuerdan respecto a quién entre ellos será el dominante».

El grupo radical que arrasa el este de Siria y el oeste de Irak fue uno de los dos puntos centrales en la reunión del miércoles de Netanyahu con el Presidente de EE.UU., Barack Obama, según sus asesores. A pesar de la retórica, sin embargo, analistas y funcionarios de la seguridad dicen que Israel no está realmente demasiado preocupado -todavía- por EI. Es geográficamente distante, con la mayor parte de sus fuerzas desplegadas a cientos de kilómetros del ejército considerablemente mejor equipado de Israel.

La CIA cree que EI puede tener hasta 30.000 combatientes. Pero no posee poder aéreo, y tiene una colección abigarrada de vehículos terrestres, algunos de los cuales están siendo destruidos por una campaña de ataques aéreos occidentales y árabes. No constituye una amenaza formidable, en otras palabras, para uno de los ejércitos más avanzados del mundo.

Abu Bakr al-Baghdadi, el líder del grupo y autoproclamado califa, también ha dejado en claro que el conflicto con Israel no es una prioridad importante.

En su primer discurso público, un sermón pronunciado en Mosul en julio, Baghdadi hizo solo una referencia de paso a Palestina, mencionándola como uno entre docenas de motivos de queja musulmanes. La colocó en séptimo lugar, después de conflictos que tienen lugar más lejos en sitios como el Cáucaso e Indonesia. Israel no fue mencionado en ninguna parte.

Los ideólogos del grupo han subrayado que su primera prioridad es el así llamado «enemigo cercano», regímenes árabes considerados insuficientemente islámicos. La guerra con Israel no forma parte de la agenda.

«Israel presta atención, porque hay inestabilidad en toda la región e Israel forma parte de ella», dijo Benedetta Berti, investigadora en el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional en Tel Aviv. «¿Pero amenaza directa? Los establishment político y de defensa no lo ven de la misma manera.»

A pesar de todo, funcionarios israelíes dicen que tienen unas pocas preocupaciones respecto al grupo. Una de ellas se relaciona con Jordania, que tiene un tratado de paz con Israel y es considerado aquí como una especie de tampón del resto de la región. El reino ya tiene dificultades para atender a más de 600.000 refugiados sirios, y está preocupado por la creciente simpatía hacia EI en algunas de sus ciudades empobrecidas como ser Ma’an y Tafilah. El Ministro de Exteriores Avigdor Lieberman calificó la estabilidad de Jordania de «un vital interés de seguridad nacional», e instó a la comunidad internacional a que haga más por otorgarle apoyo.

La policía y el servicio de seguridad Shin Bet también están preocupados porque ciudadanos israelíes, o palestinos, podrían sumarse al grupo. Un ciudadano palestino de Israel de 24 años fue arrestado e interrogado sobre una posible «asociación» con EI; analistas dicen que varias personas de Gaza también han viajado a Siria para combatir.

Pero estos casos siguen siendo extremadamente aislados. El Centro Internacional para el Estudio de la Radicalización, basado en Londres, calcula que actualmente solo 120 personas de Israel y de los territorios palestinos están combatiendo en Siria e Irak. (Túnez, con una población similar, tiene 3.000).

Ante la ausencia de una amenaza directa, por lo tanto, EI se ha convertido más bien en una estratagema retórica que en una amenaza para la seguridad: Netanyahu ha vinculado repetidamente la lucha contra EI a los enfrentamientos de su país con grupos militantes locales.

Su discurso en la ONU no fue la primera vez que comparó al grupo con militantes locales: «Hamás es EI, EI es Hamás», dijo el mes pasado, utilizando una traducción alternativa para su nombre. Su oficina twiteó una foto de la decapitación del periodista estadounidense James Foley, yuxtapuesta a una imagen de «colaboradores» ejecutados por Hamás en Gaza.

La comparación no resiste ningún análisis. Tanto Hamás como Hizbulá tienen primordialmente objetivos locales, y participan en políticas electorales, que grupos como EI, consideran que son prohibidas. Hamás ha rechazado cualquier comparación; el líder de Hizbulá Hassan Nasralá calificó recientemente a EI de «monstruo» que debe ser destruido.

Jen Psaki, portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., desechó la comparación con Hamás durante esta semana, diciendo que «ciertamente vemos diferencias».

E Israel, por cierto, ha negociado indirectamente con Hamás e Hizbulá, y nadie ha propuesto que se haga lo mismo con EI.

«No estoy de acuerdo con la comparación, y tampoco estoy segura de que el gobierno israelí esté de acuerdo con ella», dijo Berti. «Si Israel realmente viera a Hamás de la manera como la comunidad internacional ve a EI, no habría aceptado un cese al fuego, seguido por conversaciones indirectas».

Si hay algo respecto a EI, que preocupa genuinamente a Israel ahora mismo, es en realidad la campaña por destruir al grupo.

El Secretario de Estado de EE.UU. John Kerry dijo durante este mes que Irán tiene «un papel que jugar» en la lucha. Sus observaciones provocaron profunda preocupación en este país: funcionarios locales temen que Teherán ofrezca colaborar en la campaña a cambio de un acuerdo más ventajoso respecto a su programa nuclear.

En una recepción de Rosh Hashanah durante este mes, Ron Dermer, embajador israelí en Washington, descartó «el habla absurda respecto a que Irán sea un socio», un tiro ligeramente velado contra Kerry.

«No son un socio, no fueron un socio, nunca serán un socio», dijo Dermer, diciendo que Irán nuclear es «mil veces más peligroso» que EI.

«EI es un enemigo de Irán… está tratando de obtener concesiones de Occidente por algo en lo que ya están interesados», dijo Eytan Gilboa, profesor de ciencias políticas en la Universidad Bar-Ilan. «Y existe mucha preocupación en Israel de que así sea».

Fuente: http://www.aljazeera.com/news/middleeast/2014/10/isil-distant-threat-israel-2014103132011368904.html