Toda la retardataria atrofia racista que significa el sionismo en nuestra historia contemporánea y de la humanidad misma. Ese movimiento colonial que nace en Europa y por arios europeos…en la que logran fabricar un Estado, además de ser de carácter colonial, también segregacionista: exclusivo para los que profesan la religión judía. No en la aria […]
Toda la retardataria atrofia racista que significa el sionismo en nuestra historia contemporánea y de la humanidad misma. Ese movimiento colonial que nace en Europa y por arios europeos…en la que logran fabricar un Estado, además de ser de carácter colonial, también segregacionista: exclusivo para los que profesan la religión judía. No en la aria Europa sino en el Medio Oriente, en la semítica Palestina histórica y mediante un proceso de anacronismo crudo de colonización y genocida con fines de exterminación al pueblo nativo y en la que además de haber un proceso de colonización que se instauró oficialmente en mayo de 1948, se le hace llamar posteriormente: independencia de Israel.
Este es el único caso de la historia de la humanidad en que la colonización y conquista es disfrazada de independencia.
Bien es sabido que los descuartizados no son los que escriben la historia sino los descuartizadores quienes la escriben y como descuartizadores deben disfrazar su obscenidad con belleza…e Israel es hermoso…Israel es fascinación…hay una intensidad bien estética en su distinguido horror.
En la edad contemporánea, de la post II Guerra Mundial (o Guerra Europea), fraudulentamente la colonización israelí pasa a ser un proceso de independencia. Esto hace que nuestra contemporaneidad sea retrograda y más atrasada comparativamente a otros tiempos. Sobre todo, por medio de la efectividad del factor hipocresía en la instrumentalización de los valores de la modernidad, para lograr así la colonización.
En tiempos pasados la colonización nunca fue oculta o camuflada; todo lo contrario fue reconocida, justificada y enaltecida, ya que el colonizador (dentro de la atrofia supremacista) era el salvador, el civilizador de los pueblos inferiores…. limpiar las bestias sin almas…Conclusión: genocidio, imponer su interpretación y apropiación de los recursos naturales.
Por otra parte, como en nuestro tiempo no se puede hablar de pueblos inferiores o bestias sin almas para colonizar, el imaginario del monoteísmo es un común denominador que fue efectivo para el colonialismos israelí, es decir: «la Tierra que Dios Prometió a los judíos…», aunque hoy en nuestras sociedades más «secularizadas» se falsifica mediante otro matiz e igual de llamativo tal como, la épica del: «retorno al pueblo ancestral», que no es más que un falso encanto que implementó el sionismo académico-intelectual-secular y hollywoodiense, para la colonización de la Palestina histórica, por arios europeos, ya que es bien sabido que el 80 % de los judíos son Askenazíes, es decir de origen indo-europeo, así confirmado por Shlomo Sand, historiador judío israelí, Arthur Koestler, historiógrafo judío etc.
Son muchas las argumentaciones bien estructuradas que obedecen a una construcción de pura atrofia euro-centrista, imaginaria, chovinista, e interpretativa, estética, negligente embrutecida y acientífica. Resulta inevitable pensar en Edward Said, quien denunció entre otras cosas el elemento académico como instrumento de colonización. Pareciera que en nuestras sociedades de valores seculares muchos intelectuales y académicos son las vacas sagradas de esta Santa Inquisición contemporánea colonial.
En nuestro tiempo, en la que no se debe señalar a un pueblo de inferior, bestias sin almas etc. El colonialismo Israelí instrumentaliza el miedo no sólo a su propia población enferma y/o temeraria a todo aquel homo sapiens que no sea judío, población víctima borrega y atrapada en su sacra cicuta discriminatoria, sino también a la población mundial ligando todo fascismo islámico a la razón de ser del pueblo palestino y así censurar, camuflar mediante el miedo y los estereotipos su razón colonial.
Hablan de terroristas, de antisemitas, ese beneficioso chantaje del Holocausto para reprimir pero también para esclavizar el mundo. Ya que a diferencia de otros Holocaustos este es supremo porque fue un Holocausto entre europeos, entre blancos, el Holocausto eurocentrista. El uno de religión judía y el otro europeo de religión católica-protestante. El europeo de religión judía con su poder económico…, le reclama a su europeo no judío por el Holocausto y este último rectifica… (rectifica porque es entre blancos). Se matan entre ellos (blancos) y después nos dicen que eso es aberrante (por su puesto que es aberrante), luego nos someten a todos, amenazándonos diciéndonos: «no aceptaremos antisemitismo» y encima pretenden darnos clases de humanismo…pero en ningún momento Europa conmemora sus otros holocaustos cometidos en África y a la indoamerica.
Otra Europa es urgente.
Lo que me interesa interpelar en este texto es como la atrofia supremacista, sigue falsificando la historia actual, (consciente e inconscientemente) en frente de nuestras narices. Falsificar la historia se convierte en un neto oscurantismo de la historia actual. Cuando un supremacista es historia y el resto no es historia, es auto cercenarse al conocimiento. Cuando un supremacista puede sólo sentir que es su «raza» lo universal, es renunciar a lo universal mismo. Un supremacista es un eunuco racional e infecundo, ignora el resto y por lo tanto reivindica su ignorancia confinándose a un atrofiamiento de tinieblas y odio…Un supremacista es la destrucción de la historia, tal como se quiere hacer en el caso del pueblo palestino que no sólo fue expulsado de su milenaria tierra sino que el eurocentrismo sionista también lo expulsa de la historia misma. Estamos hablando de un pueblo que lleva en su haber 11 mil años de historia y a la que se le quiere borrar mediante una falsificación eurocentrismo sionista y esto no es más que otra cámara de gas…sin dejar de mencionar a grandes excepciones europeas bien lustros en contra del eurocentrismo sionista tales como el historiador Keith whitelam, la teóloga inglesa Karen Armstrong y algunos más.