El cubano Jorge Domingo Cuadriello, hijo de un combatiente republicano, retrata la vida de los españoles que se exiliaron a Cuba durante y después la Guerra Civil
Es la historia de un elefante y de unas hormigas. No es el arranque de una canción, sino el resumen de un libro, El exilio republicano español en Cuba (Siglo XXI), por su propio autor, Jorge Domingo Cuadriello. Investigador en el Instituto de Literatura y Lingüística de La Habana, Domingo Cuadriello no quiso detenerse en la Historia -«el elefante»-, sino que se interesó en «las hormigas», es decir, todos los españoles quienes tuvieron que exiliarse, abandonar su tierra, una España azotada por la Guerra Civil y luego por el franquismo, y volver a construir su vida en otra, Cuba. El resultado es un álbum de unas 500 personas, muchas de ellas anónimas, que dejaron huella en la isla caribeña.
Ya se imagina a los barcos que zarparon desde los grandes puertos españoles hacia América Latina, llenos de gente agotada por el conflicto, aunque muchos partían hacia Argentina, México o Estados Unidos. Apenas se habló del exilio a Cuba. «No había nada de nada sobre el tema», apunta el autor en una conversación en Madrid, «porque para los historiadores, era un exilio irrevelante». Además del interés académico, un impulso sentimental llevó a Domingo Cuadriello investigar sobre esos olvidados exiliados.
El escritor cubano es hijo de asturianos, su pueblo familiar «ni aparece en los mapas, se llama Viboli y está en el Oriente de Asturias». Su padre luchó en el bando republicano en el frente norte, hasta que Asturias se rindiera en octubre de 1937. Su familia esperó 1953 antes de irse a Cuba, aunque el exilio hacia la isla «empezó ya en 1936, cuando los rebeldes se hicieron con Galicia». Cuba era entonces una democracia que, durante la Segunda Guerra Mundial, condenó la política del Eje y rechazó las peticiones de las autoridades franquistas de entregarles a los españoles exiliados.
Los republicanos españoles que se fueron a Cuba no llegaron a una isla desconocida. Fue colonia de la corona, ya se sabe, aunque las olas de inmigración fueron sucesivas desde el siglo XIX. Eran sobre todo de carácter económico y la comunidad española ya presente en los años treinta «tenía un gran peso económico y social», según Domingo Cuadriello. Poco que ver con los republicanos que «en su inmensa mayoría tenía un nivel muy alto de educación; eran profesores, arquitectos, abogados, médicos», continúa el escritor.
Domingo Cuadriello retrata la vida de unas 500 personas que «estuvieron en Cuba durante una larga temporada» que a su manera «marcaron por su gran labor en la isla». La mayoría son desconocidos para los libros de Historia, muchos consiguieron la nacionalidad cubana, algunos ya pertenecen al orgullo nacional cubano. Es el caso de Alberto Bayo Giroud que, tras combatir en el bando republicano durante la Guerra Civil, entrenó en lucha guerrillera a un joven Fidel Castro, en 1956, en México. Tras la Revolución de 1959, el líder cubano le otorgó el rango de comandante.
El investigador cubano trabajó sobre todo en Cuba, donde tuco acceso a los testimonios y los archivos de revistas que crearon los exiliados republicanos. «Había dos grandes instituciones españolas, la Casa de la Cultura y el Círculo Republicano Español. La primera era más bien comunistas y publicaban la revista Nosotros; los segundos eran más moderados y publicaban La Voz de España«, explica Domingo Cuadriello. Las diferencias se borraban a la hora de «condenar el franquismo, respaldar el retorno de la República», y todos compartían «un sentimiento de pérdida muy fuerte». «El drama español -la Guerra Civil y la dictadura- les marcó de por vida», concluye Domingo Cuadriello.
Fuente:http://www.publico.es/culturas/264457/exilio/republicano/espanol/cuba