La explotación económica constituye un elemento clave de la ocupación israelí en los Territorios Palestinos Ocupados (TPO) tal como se evidenció, por ejemplo, con la reciente decisión del Tribunal Superior de Israel para permitir que empresas israelíes establezcan canteras en Cisjordania, extraigan materias primas y las vendan para obtener ganancias: un sencillo acto de saqueo. […]
La explotación económica constituye un elemento clave de la ocupación israelí en los Territorios Palestinos Ocupados (TPO) tal como se evidenció, por ejemplo, con la reciente decisión del Tribunal Superior de Israel para permitir que empresas israelíes establezcan canteras en Cisjordania, extraigan materias primas y las vendan para obtener ganancias: un sencillo acto de saqueo.
La Franja de Gaza, sin embargo, parece ser un contra-ejemplo. Las políticas de Israel parecen haber renunciado a la explotación de la economía de Gaza. A finales de 2005, Israel destruyó granjas e invernaderos, propiedad de los colonos en Gaza que explotaban los recursos de la tierra y el agua de Gaza, y retiró alrededor de 8.000 colonos de la franja. Los colonos despidieron a miles de trabajadores palestinos mal pagados. Las autoridades israelíes detuvieron la expedición de permisos a los palestinos que buscaban empleo en Israel y los empleadores sustituyeron rápidamente a los trabajadores palestinos con inmigrantes laborales. Las canteras de propiedad israelí en Gaza también fueron clausuradas.
Aunque las empresas israelíes continúan beneficiándose de la venta a Gaza de agua, electricidad, gasolina, gas para cocinar, bienes de consumo, alimentos, entre otros, las severas restricciones impuestas por el ejército israelí limitan la cantidades y tipo de elementos que los palestinos están autorizados a importar.
¿Esto significa que Israel realmente ha abandonado el control sobre Gaza? Por supuesto que no. El control israelí sobre Gaza continúa e incluye una presencia constante en el espacio aéreo, la invasión de las aguas costeras, un estricto control sobre las fronteras y sobre el qué y quién puede pasar a través de ellas. Cada bebé nacido en Gaza debe ser inscrito en el Registro de Población de Israel. Los bombardeos y asesinatos siguen siendo una de las formas más directas de ejercer la dominación.
Estas nuevas políticas israelíes han convertido a Gaza en el mayor gueto del mundo o en la mayor prisión al aire libre en la que el ejército israelí lleva a cabo innumerables experimentos con nuevos armamentos diseñados por las compañías de armas israelíes. El Technion (Israel Institute of Technology) desarrolló máquinas excavadoras por control remoto que fueron utilizadas en las demoliciones de casas durante la invasión israelí de 2008-2009. Después del ataque, el ejército israelí llevó a cabo una feria para anunciar las nuevas tecnologías utilizadas durante la invasión, especialmente los robots que llevan cámaras en las zonas consideradas peligrosas para los soldados. Los barcos sin tripulante, diseñados por la compañía de armas Rafael, patrullan las costas de Gaza.
Lo más importante, la fuerza aérea israelí utiliza aviones no tripulados desarrollados por IAI (Israel Aerospace Industries), Elbit Systems y otras empresas de armamento israelí, para patrullar el cielo de Gaza tan frecuentemente que a los habitantes de Gaza se les ocurrió la palabra «zenana» -que significa «zumbido»- para describir el ruido constante que generan dichos aviones no tripulados. Éstos son utilizados para la vigilancia así como para el lanzamiento de misiles.
Resulta evidente a partir de esta lista que la tecnología militar desarrollada por las empresas israelíes y probada en Gaza se centra en un punto: la reducción del riesgo y el esfuerzo realizado por los soldados mientras se mantiene un control total sobre el territorio de Gaza. Reducir al mínimo el factor humano en las fuerzas de ocupación israelí hace que la ocupación de Gaza resulte políticamente más asequible en el largo plazo.
Sin embargo, las ganancias de esta empresa ya no provienen de la explotación directa de la economía de Gaza (o de lo que queda de ella), sino de la venta de esta tecnología a otros países. Los países occidentales están muy interesados en tecnologías que les permitan ejercer dominación en los países en desarrollo para encarcelar grupos de población «no deseada» en guetos masivos o salvaguardar operaciones económicas en el Sur a través del reino del miedo, y todo ello con una participación mínima de soldados que podrían morir o testificar sobre lo que ven, en cualquier caso suscitar alboroto y poner en peligro el dominio de Occidente.
Tecnologías perfeccionadas contra el pueblo de Gaza ya se encuentran en uso por ejércitos en Afganistán (Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Alemania), utilizadas por países del sur de Europa para frenar la inmigración proveniente del norte de África y por Brasil en los preparativos para los juegos de la Copa Mundial de 2014.
Fuente: http://www.alternativenews.org/castellano/index.php/topics/economy-of-the-occupation/3091-articulo-3