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Vecindario, de Javier Krahe y Mantis atea, de Riki López

El furor uterino en dos canciones

Fuentes: Sakurambo tsumamu

Esto del furor uterino sólo puede perdonarse a tipos como el Krahe o Riki López. Me refiero a redundar en su leyenda. A «Vecindario» Javier la llama no sin cierta sorna, una canción costumbrista, que sólo en sus manos aristocráticas puede elevarse a la excelencia. Me recuerda a la Jacinta de Villatripas, otro costumbrismo de […]

Esto del furor uterino sólo puede perdonarse a tipos como el Krahe o Riki López. Me refiero a redundar en su leyenda. A «Vecindario» Javier la llama no sin cierta sorna, una canción costumbrista, que sólo en sus manos aristocráticas puede elevarse a la excelencia. Me recuerda a la Jacinta de Villatripas, otro costumbrismo de corte aldeano. Debes publicar la tercera entrega. Sí, esa de la Engracia, ya que nunca se nos sacia, y a su mismo sexo no siendo reacia…Más que nada porque entres en la canción modelna, Javier. ¡Toma ejemplo de nuestro cine español! (Que me perdone también el poeta por el sarcasmo).

La mantis atea, ¿será la séptima variedad de las mantis?, induce en el título a otra cosa. La mujer devoradora de hombres. Luego ya vemos que no. Es una versión discotequera -incluso con sonido funky- de la del maestro Krahe.
Las dos son banales, no exceden los límites estrechos -¡ay!- del sexo. La mujer devoradora de hombres corresponde a otro mito. Me he ilustrado un ratito con el google. He pillado un libro, Breve historia feminista de la literatura feminista de la literatura española.

La Madame Bovary de Balzac sería el más eximio ejemplo. El orden burgués puede venir al traste, (ella-s) pueden robar las energíasde nuestros emprendedores hombres: http://www.wikilearning.com/articulo/la_mujer_como_enfermedad_y_muerte_en_el_proyecto_modernista-la_devoradora_de_hombres/16945-3.

Me da que este par de ilustres viciosos ejemplares no han pensado tanto. ¡No! Ellos se centran en el furor uterino.

-¡Uy!

Desconociendo, es un decir, que el sexólogo Alfred Kinsey, hijo de un pastor metodista, (en este blog he encontrado alguna pertinente observación sobre el puritanismo/kinsey-y-la-etica-de-la-moderacion/) también desmontó este mito: se llama así a cualquier mujer capaz de tener más sexo que tú. O sea todas, a menos que se quiten (admite forma pasiva) las bragas.

No obstante, la Real Academia de la Lengua Española no se da por enterada. Define furor uterino como el deseo violento e insaciable de la mujer de entregarse la cópula. Esa mujer que «padece» ese furor es llamada ninfómana. Me llama la atención lo de violento. El DRAE es más bien parco describiendo este adjetivo. Ha sido una mujer doña María Moliner quien afina un tanto más: «se aplica a cualquier cosa que se hace u ocurre con brusquedad o con extraordinaria fuerza o intensidad.». Aunque el DRAE, quién sabe si acierta más: «Que está fuera de su natural estado, situación o modo». (Iguamente en su primera acepción). Juzguen ustedes.


¿Existe un natural estado en la mujer? ¿Y en el varón? Porque éste no se cuestiona. Toda la literatura y pensamiento tradicionales relegan a la mujer a su esencia reproductora, madre y esposa. Fuera de ahí es «anti-natural». ¿Ergo, el hombre es siempre natural? Como padre, como esposo, o más bien su calidad de macho, le otorga patente de perfecto reproductor. La hembra, podría pensarse que se ve limitada por sus ciclos naturales en su más amplio sentido, incluidas las gestaciones; y no por convencionalismos sociales.
En «Diario de una ninfómana» Valérie Tasso se pregunta, digamos, cuál es su pecado (o que violencia comete por seguir con esta expresión más profana): liberar sus deseos, que no son propiamene sexuales, sino afectivos. Reclamar un lugar en el mundo. Que en Madrid se prohibieran los carteles de los autobuses en que se publicitaba su versión cinematográfica continúa diciendo mucho de quienes detentan el control de la moral dominante:

http://www.elpais.com/articulo/madrid/Prohibido/acariciarse/autobus/elpepiespmad/20081015elpmad_11/Tes Otro dato a tener en cuenta es que anuncios como el de Axe (http://blogs.20minutos.es/chapiescarlata/post/2008/02/01/anuncios-retraigrados), con el cual abro este post, han visto las mismas o parecidas tijeras de la censura. Habría que preguntarse en función de que títulos se fundamenta -se habilita en la práctica- la coerción de un sinfín de manifestaciones de la creatividad. No hallo en la sociedad los márgenes de un debate necesario en esta como en otras cuestiones, sino más bien una calculada más que resignada interiorización de las reglas profesionales de la empresa y del mercado.
Siguiendo la prospección, dejo el DRAE y el María Moliner, para volver al google. A un atribulado adolescente, el hecho de que en la tercera entrada de «esta enfermedad», encuentre lo siguiente http://es.geocities.com/neuronas_en_huelga/Misterios_del_lecho.html, no le ayuda en nada, ni a él ni para terminar con estos monstruos uterinos.
Ya su preámbulo nos retrotrae a fechas que pensábamos definitivamente desterradas, superados los cursos pre-matrimoniales impartidos por esos impostores célibes -ellos sí, anti-naturales- sin experiencia, llamados padres, de la iglesia, se entiende, y de sus llamados sobrinos.

Primera cita:
«(…) Sabido es que la vida matrimonial es el único estado perfecto del hombre y el único medio de hacer frente a las vicisitudes que constituyen la vida en nuestro perecedero paso por la tierra, y no es menos seguro que el conocimiento práctico de los deberes y funciones que al casado pertenecen es necesarísimo para que cumpla bien sus elevados fines. La lectura del presente tomito será, pues, muy provechosa, lo mismo para el joven recién casado o soltero que para la esposa. Está vedado en absoluto a las señoritas, pues nuestra idea, al publicar la obra, no ha sido el provocar las tintas del rubor en la virgen, que por su estado debe ignorar cuanto aquí se dice, envolviéndose en la candidez y modestia que tan bien sienta en la soltera, que debe siempre conservar su honestidad de pensamiento. (¡Síc!).

No puedo por menos que denunciar un segundo capítulo que lleva el muy improcedente título de «Funcionalismos» y donde se sueltan pródigamente estas otras gracias:

«(…) La sensación de placer que nos lleva a reproducirnos y las pérdidas seminales hacen que el abuso de este acto sea muy peligroso para la salud. Tengan también muy en cuenta los esposos que la prudente continencia es condición indispensable para que el coito sea fecundo.»

Ítem plus:

«Por lo contrario, la mujer morena, exhuberante, nerviosa, y que no se ha entregado a la masturbación ni está consumida por los excesos, siente violentamente el goce material, y si choca con un marido fatigado o enclenque, puede muy bien hacerlo enfermar si exige la repetición abundante de los coitos, y hasta ocasionarle la muerte por consunción o sus consecuencias.»

Oohhhh!, amigo Riki, es cierto: ¡existe la mantis atea, ay!


Las perlas del citado texto no admiten tregua. La impotencia es culpa de los excesos: «La joven recién casada tendrá a raya, en lo posible, con cariñosas advertencias, los deseos de su marido, para evitar los excesos le hagan caer en la impotencia». Y yo que pensaba todo lo contrario, ¡vaya!

Podía pensarse que todas estas barbaridades eran fruto de otra época. Pues no. ¿Quién las ha resucitado?

«La anemia, la clorosis, la tuberculosis pulmonar y muchas enfermedades de la médula y del cerebro, como las parálisis y las locuras, son fruto de los excesos sexuales.»

Modérense compadres:

«En cambio, ¡cuánta dicha y paz no produce el uso moderado del coito! La seguridad de un buen embarazo; la saciedad de un deseo tanto más apetecible cuanto más tarda en realizarse; el conservar las fuerzas intelectuales y físicas, tan necesarias en la vida orgánica. Todo ello depende del tacto de los esposos en usar la intimidad conyugal. Ya se sabe, pues. El exceso es causa de todos los males. La prudencia y la calma, fuente de bienestar y de dicha.»

Después de todo ello no nos puede extrañar su peculiar definición de la ninfomanía:

«La ninfomanía o furor uterino es en la mujer el insaciable deseo de goces sexuales. Está esta afección clasificada entre las vesanias y manías locas, y este deseo es insaciable, arrastrando a estas desgraciadas a todas las aberraciones y aun a todos los excesos. Muchas mujeres atacadas de este mal pierden en absoluto, por satisfacer sus deseos, hasta la más rudimentaria noción del pudor o vergüenza, llamando ellas mismas a los hombres y brindándoles al acto carnal con la mayor impudencia».

Entonces, amigos cantautores, ¿cómo exaltais estos fantasmas, es que quereis conducir a sus víctimas a la hoguera? No recuerdo quién este verano barruntando aquelarres, seguramente un político español, ya ha pedido la vuelta de la Inquisición. ¡Pero dejadme, ay, ay, ay, que yo prefiera…!La hoguera de Krahe, Brassens o -aprovecho la ocasión- de Riki López. Su reciente actuación en la sala Galileo de Madrid nos ha dejado un rosario de canciones tan brillantes como esa cabeza sudorosa que luce. El busto es mío, Madre no hay más que una y me tuvo que tocar a mí, Cita con una musa, la propia Mantias atea que me ha servido de excusa para este contestatario soliloquio, El menú del bar Paco, Cibeles no conduzcas, La quiero…y otras tantas más de su trabajado «rikipertorio«, se merecen la gloria de pasar de generación en generación como así esta sucediendo con los dos maestros del humor et de la chançon bien construite que en este mismo párrafo he señalado.

En cuanto a «Vecindario» y «Mantis atea», en sí o en sol, yo no creo que haya otra cosa que hacer que escucharlas. Si queréis en los comentarios las comentamos propiamente.

Fuente: http://sakurambotsumamu.blogspot.com/2009/08/el-furor-uterino-en-dos-canciones.html