Marcelo Cantelmi, analista internacional de Clarín, a pesar de su ambigüedad producida por su dependencia de Clarín y su corazoncito, también occidentalista en el conflicto mundial, ayer hizo un punteo de los cambios que informan el giro político del gobierno de Recep Tayyip Erdogan. Sin las conclusiones necesarias, por supuesto. Partiremos de ese punteo en […]
Marcelo Cantelmi, analista internacional de Clarín, a pesar de su ambigüedad producida por su dependencia de Clarín y su corazoncito, también occidentalista en el conflicto mundial, ayer hizo un punteo de los cambios que informan el giro político del gobierno de Recep Tayyip Erdogan. Sin las conclusiones necesarias, por supuesto. Partiremos de ese punteo en nuestro análisis.
Después de derribar el avión ruso que combatía contra el Isis en la frontera con Siria, y defender el derribo como parte de su defensa, el gobierno turco le pidió perdón a Rusia. Este es el punto de partida para analizar los otros cambios que constituyen el giro del gobierno turco: Israel, Siria, Isis, Kurdos, que llevó a Estados Unidos -y a la dependiente Unión Europea- a levantar las expectativas favorables al comienzo del golpe. El gobierno turco llamó a la sublevación popular contra el golpe y cortó la luz y rodeó con tropas la base norteamericana de Incirlik en Turquía.
La intervención militar de Rusia en Siria, en el Mediterráneo, el Negro y el Caspio con el elevado potencial militar que la nueva burguesía rusa sui generis heredó de la Unión Soviética, ha rediseñado el mapa geopolítico de Medio Oriente. La superioridad nuclear de Rusia ha devaluado el chantaje atómico de Israel en la región y las veleidades de Arabia Saudita y EE.UU. de intervenir en Siria fueron cortadas de cuajo cuando Rusia le comunicó que un ataque a Damasco equivalía a bombardear Moscú. El desaconsejable expediente de una guerra mundial hizo retroceder a todos ante la amenaza rusa y ahora Turquía busca acercarse a la alianza de Israel y Arabia Saudita. EE.UU. por su parte debe digerir la derrota del golpe y responder a la exigencia del gobierno turco de levantar el asilo que EE.UU. le otorgó a su mayor adversario interno Fetullah Gulen.
El giro del gobierno turco implicó también el abandono de la colaboración encubierta con el Isis en la frontera siria. Que provocó el atentado del Isis en Estambul, como parte del cambio de su derrota territorial por la multiplicación de atentados en todo el mundo. El motor antioccidentalista, antiestadounidense por las tropelías coloniales del imperialismo sigue generando acciones terroristas en todo el planeta. Las acciones terroristas criminales de individuos sin relaciones orgánicas con el Isis ó Al Qaeda explican que ese odio fue generado por décadas de ataques imperialistas en las colonias y por la discriminación de los inmigrantes en las metrópolis.
Finalmente, el acercamiento turco a Siria se explica por su nueva relación con Rusia y su necesidad de reprimir a los kurdos, de influencia política creciente en Turquía.
La conclusión es que la perspectiva de la islamización populista del gobierno de Recep Tayyip Erdogan, como toda la situación general de inestabilidad de Medio Oriente, estará condicionada por la crisis mundial del sistema capitalista y el desenlace final del enfrentamiento de Occidente con su oponente oriental. La alternativa histórica de la revolución socialista depende en gran medida de nosotros.
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