Javier Couso y un miembro de la Fundación José Couso Contra los Crímenes de Guerra estuvieron desde hace ocho en Rafah (Egipto) con la intención de celebrar, coincidiendo con el sexto aniversario del asesinato del cámara de televisión José Couso, un acto de homenaje conjunto con las familias de los cuatro periodistas palestinos asesinados en […]
Javier Couso y un miembro de la Fundación José Couso Contra los Crímenes de Guerra estuvieron desde hace ocho en Rafah (Egipto) con la intención de celebrar, coincidiendo con el sexto aniversario del asesinato del cámara de televisión José Couso, un acto de homenaje conjunto con las familias de los cuatro periodistas palestinos asesinados en la última ofensiva israelí sobre la franja. Couso murió por el disparo de un tanque estadounidense tras la entrada de las tropas en Bagdad en abril de 2003. El ataque se realizó contra el hotel donde se habían acreditado formalmente los periodistas, lo que ha sido considerado un crimen de guerra.
Según manifestaron «a pesar de las reiteradas gestiones desarrolladas por la Embajada Española en El Cairo ante el Gobierno egipcio y por los propios palestinos organizadores del acto ante las autoridades del paso de Rafah, se nos ha impedido una y otra vez la entrada en Gaza».
La delegación familiar quedó bloqueada en la frontera ante la negativa egipcia de permitirles el paso, «al igual que a los incontables camiones con ayuda humanitaria que esperan en El Arish o la propia Rafah, las decenas de personas que intentan pasar la frontera a diario o la prensa internacional».
La familia ha denunciado «el bloqueo inhumano e ilegal al que los gobiernos de Egipto e Israel someten a la martirizada población de Gaza impidiendo el ingreso de bienes básicos, la ayuda humanitaria y el libre tránsito de las personas».
Según han señalado, «aunque no podemos estar físicamente con las familias de los periodistas palestinos asesinados, sabemos que ningún bloqueo puede impedir que les llegue nuestra solidaridad y cercanía en el dolor y la común exigencia para que los asesinos de periodistas, sean de nacionalidad estadounidense o israelí, comparezcan ante los tribunales de justicia como lo que son; criminales de guerra».