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El doctor Eusebio Leal Spengler

El historiador de la ciudad de la Habana

Fuentes: Rebelión

Aventurarse a escribir sobre una personalidad en el mundo de la cultura y singularmente de la historia, requiere del auxilio de voluminosa literatura de referencia si se pretende decir verdades y calificar con justicia. Tiene Cuba una autoridad en el conocimiento de la historia patria, desde sus orígenes hasta llegar en vida a protagonista de […]

Aventurarse a escribir sobre una personalidad en el mundo de la cultura y singularmente de la historia, requiere del auxilio de voluminosa literatura de referencia si se pretende decir verdades y calificar con justicia.

Tiene Cuba una autoridad en el conocimiento de la historia patria, desde sus orígenes hasta llegar en vida a protagonista de ella: el doctor Eusebio Leal Spengler. Una obligada visita a la página web de igual nombre impacta desde su portal. A seguido se lee su Curriculum Vitae y sabemos entonces del por qué es con mérito y justísimo reconocimiento el Historiador de la Ciudad de la Habana. Diría más: el albacea del patrimonio nacional.

Nacido en 1942, a los 25 años ya era el director del Museo de la Ciudad de la Habana. Tuvo el privilegio y orgullo de ser discípulo avanzado del doctor Emilio Roig de Leushenring y a partir de entonces no ha tenido descanso alguno. Más de doce libros publicados tiene en su haber y pasan de cien sus conferencias magistrales en universidades del mundo, institutos, fundaciones y sociedades especializadas. De compilarse tanta oratoria brillante que le caracteriza, sería quizás la obra testimonio más acabada que un historiador cubano difundiera como un embajador por el mundo.

Especial dedicación de su vida han sido los museos. Como bien dice su cercana colaboradora Magda Resik en su artículo: Eusebio Leal «Los museos, en la lucha contra el tiempo y el olvido» comenta: «El historiador de La Habana cree en la labor de los museos como espacios para perpetuar y dar vida a la memoria. Una nación debe fundar su desarrollo en la tradición, cual brújula orientadora. Uno de los cubanos que más museos ha visto nacer y a los cuales ha prestado su creatividad y estoico servicio es Eusebio Leal». No hay duda alguna.

Entre órdenes, distinciones y medallas ha sido condecorado con más de 60, de ellas 46 extranjeras que dicen mucho del aprecio y la alta valoración que se tiene de su encomiable trabajo en casi 50 años de labor. Medio siglo de entrega a preservar el legado para estas y las futuras generaciones sobre el concepto de que no se puede amar lo que se desconoce y menos defenderlo. En el voluminoso curriculum me detengo en el Premio Nacional «Por la obra de toda la vida» otorgado por el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural de Cuba en el año 2012. Es cierto, obra de toda la vida dedicada con pasión, con verdadera devoción cuando aprendió de los que le precedieron, hasta cuando con sus manos cargó y trasladó viejos muebles, libros, piezas y restauró aquí o señaló allá el mejor lugar de resguardo, mientras le seguían otros admirados y atraídos por la obra descomunal que se iniciaba justamente como la Revolución cubana, porque fue ella la matriz de los sueños. Encontraron en Leal las manos y el pensamiento dispuesto al sacrificio. Cualquiera que asome hoy a La Habana colonial, mas allá inclusive de sus vestigios amurallados, comprenderá la colosal obra que llevaría años de constancia, meticulosidad, dedicación sin límites para coronar el triunfo. Honor también a quienes le acompañaron vestidos de gris entonces y hoy todos vestidos de Patria.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.