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Comunicado del Foro Palestina Libre de Zaragoza (15 de marzo de 2008)

El holocausto en el siglo XXI

Fuentes: Rebelión

Érase una vez un estado terrorista. Éranse una vez 60 años de ocupación, invasión, expulsión, saqueo, demoliciones, bombardeos, torturas, racismo y exterminio. Érase una vez una Organización de Naciones Unidas al servicio de un genocidio impune. Éranse una vez 50 resoluciones postizas dictadas por esa organización que sólo sirvieron para perpetuar el crimen. Érase una […]

Érase una vez un estado terrorista.

Éranse una vez 60 años de ocupación, invasión, expulsión, saqueo, demoliciones, bombardeos, torturas, racismo y exterminio.

Érase una vez una Organización de Naciones Unidas al servicio de un genocidio impune.

Éranse una vez 50 resoluciones postizas dictadas por esa organización que sólo sirvieron para perpetuar el crimen.

Érase una vez, por lo tanto, una comunidad internacional cuya patética y sospechosa pasividad enterraba miles y miles de cadáveres palestinos.

Es decir: érase una vez una élite gobernante pasiva y patética convertida, por méritos propios, en cómplice de genocidio.

Érase una vez un gobierno, y otro, y otro… que no podían representar legítimamente a quienes abogan por la solidaridad entre los pueblos y la paz con justicia social.

Érase un estado sionista de Israel que amenazó al Pueblo Palestino con su propio «holocausto»… por fin.

Así es: la amenaza ya fue proferida hace días por el gobierno israelí.

Pero ese holocausto viene ya consumándose durante los últimos 50 años en Palestina.

Imaginad ahora que vuestro padre, vuestra hija y más de la mitad de vuestras queridas e inocentes familias hubiesen sido asesinadas por poderosas armas de guerra.

Imaginad que los extraños que manejan esas armas os consideran escoria humana.

Imaginad que si no os matan también a vosotros y a vosotras es porque han decidido secuestraros y encerraros para veros morir, uno a uno, una a una, despacio.

Imaginad que quienes quedáis vivas sois, automáticamente, consideradas «terroristas».

Imaginad que son los más grandes exportadores de terror de la historia los que os llaman «terroristas».

Imaginad que los gobiernos más poderosos del mundo, los mismos que arrasaron Kosovo y asesinan «por la paz» en Afaganistán, los mismos que atacarán a Irán, se deshacen en reverencias ante vuestro verdugo y le prometen apoyo incondicional.

Imaginad que, a pesar del millón de muertos en Iraq y de todas las mentiras proclamadas desde el 11 de septiembre de 2001, hubiese una sola ciudad en el Mundo encantada de que vuestros verdugos y sus ejércitos amigos instalen su Principal Base de Operaciones.

Imaginad que la gente, en esa ciudad, se pone muy contenta cuando le prometen puestos de trabajo en una fábrica de muerte.

Imaginad que en esa ciudad, además, se celebra una «Expo del agua» en la que participan los grandes ladrones de agua del planeta y cuya pre-inauguración corre a cargo de la Orquesta Filarmónica de Israel.

Imaginad, ya puestos, que hay personas en esa ciudad con sangre en las venas, que deciden alzar la voz para denunciar esa realidad y que, como premio, las armas de «su» democrática policía les mandan al hospital.

Dejad de imaginar. Debéis seguir enterrando a vuestros hijos, a vuestras hijas, a vuestros padres y a vuestras madres. Preguntad «por qué» mientras las paredes de vuestra casa se desploman otra vez… Y otra vez… Y otra vez.

La última vez, si el bombardeo os sorprende dentro, moriréis aplastados; aplastadas.

Si conseguís huir a tiempo, una bomba termobárica os reventará por dentro, hinchará vuestro cadáver y os hará sangrar a borbotones por todos los orificios del cuerpo.

Imaginad el titular:

«Cientos de personas asesinadas de esa forma en Zaragoza durante los últimos días».

Escuchad lo que ni siquiera es titular:

Cientos de personas asesinadas de esa forma en Gaza durante los últimos días.

Pensad que todas esas personas desangradas, lloradas y enterradas tenían nombres y apellidos: los equivalentes, en otro idioma, a nombres tan comunes como, por ejemplo…

José María Aznar, José Luis Rodríguez, José Antonio Alonso, Miguel Ángel Moratinos o Javier Fernández, sin ir más lejos.

Pensad que, mientras escucháis este comunicado, se consuma la mayor matanza en Gaza desde hace 40 años.

Pensad que, mientras la ciudadanía española celebraba la fiesta de la democracia, a miles de kilómetros se escribía el último episodio de una larga historia que continúa:

Un holocausto sin su Juicio de Nuremberg.

El holocausto del siglo XXI, que encuentra en Gaza su mayor vergüenza.

Despertad. Gritad a vuestros gobernantes que no os representarán hasta que os escuchen; que no les respetaréis hasta que se escuchen a sí mismos y, por lo menos, demuestren que sus gestos, sus declaraciones, sus recomendaciones y todas las mentiras, ésas que firman entre banquete y banquete, sirven para algo más que perpetuar la muerte de inocentes en tantas partes del mundo.

Pues si no lo hacen es porque no quieren.

Y si no quieren, es que son unos asesinos.

Y si cuando nos saludan sonrientes sólo vemos sus manos limpias es que, además de asesinarles a ellos y a ellas, a nosotros y a nosotras nos están robando el alma.

Por todo eso hoy, aquí mismo, ahora mismo,

No nos queda otra opción que gritar, tan alto como podamos, que:

– CONDENAMOS AL ESTADO GENOCIDA DE ISRAEL.

– CONDENAMOS A SUS SOCIOS, CÓMPLICES Y ALIADOS INTERNACIONALES.

– CONDENAMOS A LA OTAN Y A TODOS SUS MIEMBROS, QUE SON

CULPABLES POR AGREDIR Y SOMETER A LOS PUEBLOS DEL MUNDO.

– NO QUEREMOS A LA OTAN EN ZARAGOZA, NI EN IRAQ, NI EN NINGUNA PARTE

PORQUE CONDENAMOS SU POLÍTICA IMPERIALISTA Y SUS CRÍMENES DE GUERRA.

– CONDENAMOS A LOS MONSTRUOS MULTINACIONALES QUE UTILIZAN LA GUERRA

PORQUE SUS TRIUNFOS EMPRESARIALES ESTÁN EMPAPADOS EN SANGRE.

– NO QUEREMOS GUERRA ENTRE PUEBLOS NI PAZ ENTRE CLASES.

– QUEREMOS JUSTICIA.

VIVA PALESTINA LIBRE