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El laberinto sirio y la miopía política

Fuentes: www.aragon.anticapitalistas.org

Es curioso comenzar un artículo preguntándose cómo hacer que un debate como el de Siria no afecte a las relaciones entre diversos sectores de las izquierdas, sea respetuoso, etc. y al mismo tiempo para hablar sobre la posición del «otro», utilizar el término ninismo. Término «afortunado» que pusieron en boga los sociólogos de la derecha […]

Es curioso comenzar un artículo preguntándose cómo hacer que un debate como el de Siria no afecte a las relaciones entre diversos sectores de las izquierdas, sea respetuoso, etc. y al mismo tiempo para hablar sobre la posición del «otro», utilizar el término ninismo. Término «afortunado» que pusieron en boga los sociólogos de la derecha postmoderna: ni trabajas ni estudias.

A estos, queremos pensar que incómodos compañeros de baile de la dictadura de Assad, les es imposible huir de la dicotomía del conmigo o contra mí. Luchar contra el gran demiurgo, encarnación y fuente de todo mal, los Estados Unidos, supone no denunciar los crímenes reiterados que durante más de 40 años -esa cifra mágica que parece que acompaña a muchas dictaduras- lleva cometiendo la dinastía de los Assad, o al menos se debe guardar un incómodo silencio.

Por supuesto tampoco pretendemos desde estas líneas arrojarnos como unos expertos en Siria, país que además no tenemos la suerte de conocer. Pero no por ello podemos dejar de opinar y posicionarnos políticamente en contra del régimen sirio, y especialmente del gobierno de Al-Assad. Por supuesto también nos posicionamos en contra de la intervención de las principales fuerzas imperialistas como son USA y sus aliados, pero también de las intervenciones que se llevan produciendo desde hace dos años y que casualmente ninguna ha parecido buscar un escenario de diálogo si no aprovecharse de la guerra siria.

Como dijo un compañero en un visión muy acertada: «Todos pretenden sacar tajada de la inminente guerra en Siria. Al Assad tras 13 años al frente del gobierno (e incontables crímenes) y 30 años de su padre, pretende perpetuar su dinastía en el poder. Los imperialistas agresores, como siempre, extender su control en la región y Moscú oponerse a EEUU sin importar los incontables muertos. Arabia Saudí, Irán, los yihadistas y los traficantes de armas. Todos calculan los beneficios a extraer del tablero Sirio. Mientras ¿quién defenderá a nuestros hermanos sirios, el pueblo sirio?».

Claro que el régimen sirio, con el que se identifica parte de una izquierda del Estado español, es una muestra de coherencia que va desde los años de la persecución a los comunistas sirios, su papel en el Líbano en 1976, donde sumó el dudoso honor de asesinar más palestinos que el propio Estado de Israel, el apoyo «anti-imperialista» a EEUU en la llamada primera guerra del Golfo y su participación en el secuestro y tortura de «terroristas», acogiendo a los ilegales vuelos de la CIA, o la tortura y encarcelamiento de laicos, islamistas y todo tipo de opositores de izquierda. También, suponemos, que para gran disgusto del Gran Hermano Americano.

Podríamos plantear aquí la necesidad de parte de la izquierda de olvidarse de juegos de mesa como el Risk, y hacer análisis de los conflictos desatados en el mundo musulmán desde una perspectiva de clase, que es generalmente lo que han hecho los marxistas.

Como bien decía Salama Kaylek en un magnífica carta abierta a la izquierda árabe y mundial «el marxismo ha estado ausente, una vez ha quedado patente que el conocimiento adquirido sobre él no sale de la superficialidad que creó el «marxismo soviético», que eliminó el marxismo en sí al convertirlo en una «lógica formal» y una «doctrina teológica»» [1].

Existe un debate abierto sobre el imperialismo en el siglo XXI que daría para varios artículos y que nos perdería del asunto original sí la izquierda puede/debe estar contra Al-Assad y contra cualquier intervención militar. Quizá la pregunta que debemos hacernos es si Siria es un Estado anti-imperialista.

De nuevo tenemos que remitir a Salama Kaylek que expone que Siria «es otra cosa liberal y mafiosa que entró en contradicción con EEUU» no porque las élites que entraron al gobierno con Bashar Al-Assad quisieran, todo lo contrario, si no por una mala lectura de los USA que rechazó el acercamiento del régimen, consecuentemente Assad estableció relaciones con otros imperialismos o potencias capitalistas.

Del mismo modo Kaylek afirma que la verdadera conspiración imperialista es contra la revolución «y no contra el poder, pues EEUU vende Siria a Rusia y Arabia Saudí tiembla ante las revoluciones árabes y hace esfuerzos para abortarla apoyando el fundamentalismo (los salafistas) y exportando «yihadistas», que se han convertido en un problema en la revolución.
Turquía ha perdido a Siria y ve que EEUU ha entregado el país a Rusia, por lo que apoya el fundamentalismo y los «yihadistas» para lograr llevarse algo. Catar quiere, como Turquía tal vez, y con el apoyo francés, que los Hermanos Musulmanes lleguen al poder, por eso les ha dejado aprovechar el Canal Al-Jazeera y ha expandido su discurso fundamentalista, deformando las imágenes de la revolución para aumentar su fuerza (la de los Hermanos).»

La miopía política para algunos sectores de la izquierda ha sido de tal calibre que entre otras cosas se les ha pasado que en el gobierno sirio hay dos ministros del Partido Social Nacionalista Sirio, partido de extrema derecha hermanado con el MSR del Estado español [2]. Estos son Ali Haidar (compañero de clase de Bashar Al-Assad) y Joseph Sweid.

Pero no es un fenómeno aislado, son varios los partidos de la extrema derecha europea que cierran filas en torno al régimen sirio. Este mismo verano hemos visto al líder del Partido Nacionalista Británico en Damasco invitado por el presidente Al-Assad, donde ha mostrado un apoyo rotundo al régimen sirio [3]. Aunque seguramente, como lo dice la prensa burguesa británica, se podría pensar que nunca se dio dicha invitación.

Pero es en l’Humanité, el periódico ligado al Partido Comunista Francés, donde se denunció por primera vez esa defensa a ultranza por parte de la extrema derecha francesa del régimen de Al-Assad [4]. Infosyrie es la creación de Frédéric Chatillon, el brazo fuerte del Frente Nacional, a través de su agencia de comunicación Riwal, agencia de publicidad que trabaja activamente para el Frente Nacional y la campaña de Le Pen en Francia, pero también es un proveedor de gobierno de Assad. La agencia ha creado la página web del Ministerio sirio de Turismo.

Es lamentable que durante estos dos años de conflicto en Siria haya sido tibia o inexistente la respuesta de parte de la izquierda del Estado español a la gran represión sufrida por los sirios que salieron de forma pacífica a manifestar su descontento por el resultado de unas políticas neoliberales y por la falta de libertades en el corsé del «monárquico» régimen Al-Assad. Es lamentable como se les ha negado cualquier legitimidad e incluso se les ha acusado de ser agentes al servicio del imperialismo.

Es igual de lamentable que se intente equiparar a la oposición al régimen sirio con sus facciones más fundamentalistas, a veces en una mezcla homogénea de Al-Qaeda, más Israel, más USA, sólo faltando Satán en dicha coalición. Al contrario que el ejército del régimen, el Ejército Sirio Libre (ELS) no tiene un mando unificado, está compuesto por múltiples batallones que se consideran parte de él. Las fuerzas de la oposición siria estarían integradas por unos 80.000 efectivos, de los cuales alrededor de 6.000 estarían vinculados a grupos de Al-Qaeda. Pero además de una resistencia armada sigue existiendo una resistencia civil activa, como se demuestra en las manifestaciones que todos los viernes, a pesar de unas condiciones tan extremas, lleva a cabo en las zonas liberadas.

No deja de ser triste que esta izquierda haga suyas las formas y maneras con las que siempre se han defendido las dictaduras donde, por arte de birlibirloque, el pueblo que se levanta siempre es acusado de terrorista y al servicio de potencias extranjeras.

Por otro lado el gobierno de Al-Assad cuenta con el apoyo de mercenarios y expertos rusos desde antes incluso de antes del inicio del conflicto, y de un número indeterminado de unidades de élite de la guardia iraní. A los que habría que añadir los más de 4000 yihadistas de Hizbulá, que con su desgraciada intervención al lado del dictador, han conseguido extender el conflicto al Líbano y arrojar al basurero el prestigio unánime que habían conseguido entre las naciones árabes tras su lucha contra Israel.

Existe lo que se podría denominar un tercer bando en esta guerra, los kurdos. A pesar de los esfuerzos de algunos sectores de mostrarles como un grupo pro Al-Assad, lo que han conseguido ha sido una semi-independencia a través de los comités de protección del pueblo kurdo (YPG) en la zona fronteriza entre Siria y Turquía. La relación del ESL depende de afinidades y dinámicas. Algunas combaten al lado de las islamistas pero otras facciones combaten junto a los kurdos contra los islamistas denunciando la opresión cometida a las poblaciones locales [5].

El papel de los EEUU ha sido más bien de pseudo espectador en una guerra de desgaste donde daban armas a la oposición cuando iban perdiendo y cerraba el grifo cuando iban ganando. ¿Por qué?

Vacilar con la geopolítica, identificar a los que se rebelan según contra quien lo hagan, parece una ideología propia de la Guerra Fría, de una concepción del mundo en bloques, bipolar, donde la menor se sacrifica a la mayor, para terminar, como sucedió, perdiéndolo todo.

Nuestra visión es que como marxistas y revolucionarios nunca podremos apoyar un régimen como de Al-Assad ni por supuesto el ataque de las potencias extranjeras en suelo sirio. Consideramos que la izquierda debe apoyar a los sectores que salieron a la calle hace ya dos años pidiendo cambios, por supuesto no a los fundamentalistas islámicos. Creemos que es importante forzar una campaña de solidaridad internacional con el pueblo sirio y la apertura de un proceso avanzar en un proceso en el que democraticamente puedan expresarse las necesidades de los de abajo, donde no quepa ni Al-Assad ni yihadistas, apoyando a las fuerzas progresistas sirias.

Parece ser que la defensa de estas posiciones que han hecho con mucha brillantez algunos intelectuales y organizaciones sirve para la descalificación gratuita, el insulto y la difamación. En cualquier caso, no nos extrañan tales descalificaciones. Máxime si tenemos en cuenta que, como hemos podido ver anteriormente, la extrema derecha cierra filas respecto al régimen de Al-Assad y los mismos a los que van dirigidos tales insultos y descalificaciones forman parte importante en los movimientos de izquierda revolucionaria y antifascistas. Por lo que, desde Izquierda Anticapitalista de Aragón queremos hacer un llamamiento a denunciar dichas actitudes que sólo hacen crecer las divisiones de una débil izquierda en el Estado español. Es miopía política salir del campo del debate para entrar en la difamación e insultar a tus compañeras de lucha, es miopía política porque crear un bloque contrahegemónico anticapitalista y plural requiere de grandes dosis de generosidad y de respeto.

Grupo de internacional de Izquierda Anticapitalista de Aragón

Notas:
[1] http://www.aporrea.org/actualidad/a161023.html Excelente artículo donde se hace un análisis desde el marxismo sobre Siria, su régimen y las contradicciones de clase. Recomendamos también la lectura de Bassam Haddad «La columna vertebral empresarial del régimen sirio» http://www.rebelion.org/noticia.php?id=147033
[2] Se puede localizar con cualquier buscador de Internet. También han sido invitados a hablar miembros de la extrema derecha a actos del Centro Cultural Árabe Sirio en Madrid.
[3] http://www.independent.co.uk/news/uk/politics/bnps-nick-griffin-tours-damascus-as-guest-of-president-assad-8653764.html
[4] http://www.humanite.fr/politique/syrie-lextreme-droite-francaise-en-campagne-pour-assad-491525
[5] http://vientosur.info/spip.php?article8232

Fuente original: http://www.aragon.anticapitalistas.org/el-laberinto-sirio-y-la-miopia-politica/