Traducido del francés para Rebelión por Joaquín Rodríguez Burgos
Heme aquí obligada a escribiros una carta de un género particular.
Me dirijo hoy a todos vosotros para expresaros toda mi indignación, mi inquietud, mi miedo, pero también toda mi determinación y mi voluntad de luchar.
Es hora de defender nuestros derechos civiles y políticos con fuerza, este precedente no deja presagiar nada bueno.
¿Lo inaceptaible es aceptable? ¡Por supuesto que no! Sin embargo la Historia del País Vasco nos ha demostrado a menudo que lo inaceptable era posible: las extradiciones, las múltiples euroórdenes de arresto libradas a decenas de militantes políticos (Segi, Askatasuna, Udalbiltza…), la existencia de legislaciones y tribunales de excepción en París y Madrid, la practica de la tortura en las comisarías y cuartelillos españoles, los partidos políticos prohibidos, dos periódicos clausurados y sus periodistas torturados y encarcelados, arrestos masivos, la desaparición y la muerte de Jon Anza… Todo esto existe, esta represión está normalizada, es el pan nuestro de cada día del País Vasco, de los vascos. Esto es posible porque las principales formaciones políticas en Francia y en España, con la complicidad de sus delegaciones locales, lo permiten, lo defienden y en el caso de algunos, dejan hacer merced a su silencio culpable. ¿Es tiempo de que asumais vuestras responsabilidades!
No me ha sorprendido el veredicto del Tribunal de Casación. Sabíamos desde hace mucho tiempo que en los asuntos vascos, las justicias española y francesa están para aplicar las decisiones políticas. Desde mi encarcelamiento en Seysse, los dados estaban lanzados, no restaba más que la puesta en escena, una bella mascarada. Todo esto para llegar a su objetivo, la ilegalización de hecho de Batasuna por el Estado francés, de toda la izquierda abertzale, y más si lo juzgaran necesario. Una ilegalización encubierta aplicada mano a mano con España.
Una prueba más de que el Estado francés es un actor principal y directo del conflicto político vasco. Aceptando esta euroorden, Paris ne hace más que reforzar sus opciones políticas: la represión y la negación del País Vasco; una negación que está en el origen de este conflicto. No habrá solución justa ni definitiva mientras Francia no reconozca la existencia poítica del País Vasco norte.
Esta nuevo salto represivo ha tenido lugar en el momento en que la izquierda abertzale multiplica sus esfuerzos a favor de un proceso democrático de resolución de este conflicto. Mi euroorden de arresto y el mantenimiento en la ilegalidad de la izquierda abertzale son obstáculos para su puesta en marcha. Todos los actores del conflicto deben poder participar en este proceso con toda normalidad; en este sentido, la izquierda abertzale debe ser legalizada en todo el País Vasco y todos las procedimiento judiciales en su contra detenidas.
A pesar de esta represión, de estas provocaciones, Batasuna reafirma su compromiso a favor de este proceso democrático. En este sentido, nosotros haremos todo lo posible para que pueda llegar a su término.
Yo no tengo la intención de someterme a las autoridades españolas, ni de facilitar a Francia la ejecución de mi euroorden de arresto. Desde hace algunos días, mi vida a cambiado un poco. En efecto, mi actividad política está prohibida en Francia, en España y en el País Vasco. No tengo otra elección que esconderme para poder continuar mi actividad política en el seno de Batasuna. He dedicidio por tanto sustraerme al control judicial y no mostrarme más en público. Estoy en el País Vasco, entro vosotros, gracias a vosotros, gracias a los numerosos amigos y apoyos que me han acojido y abierto sus puertas. En el País Vasco, hay un valor que nunca nos arrebatarán: la solidaridad.
Gracias a todos, a los familiares, amigos, militantes, electos… por todo el trabajo llevado a cabo. Sin todos vosotros, todo esto no sería posible. Continuemos el trabajo, unámonos, creemos entre todos un muro contra la represión, creemos las condiciones de la resolución de este conflicto, creemos las condiciones del reconocimiento político del País Vasco norte.
Para terminar esta carta os pido tener un pensamiento para los militantes encarcelados o refugiados, y para sus familias, que, como yo, van a pasar las fiestas de fin de años lejos de sus allegados.
Gracias.