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El mensaje nuclear de la extrema derecha catalana ante las próximas elecciones autonómicas

Fuentes: Rebelión

Es sólo un primer aviso. Corre estos días entre la ciudadanía catalana este mensaje difundido por la extrema derecha racista, fechado en agosto de 2010, que toma Vic como centro de sus operaciones de infame agitación: «Querido/da amigo/a, Ha llegado la hora de la verdad y de tu colaboración. Todo apunta que las elecciones autonómicas […]

Es sólo un primer aviso.

Corre estos días entre la ciudadanía catalana este mensaje difundido por la extrema derecha racista, fechado en agosto de 2010, que toma Vic como centro de sus operaciones de infame agitación:

«Querido/da amigo/a,

Ha llegado la hora de la verdad y de tu colaboración.

Todo apunta que las elecciones autonómicas serán el próximo 24 de octubre.

Desde Plataforma per Catalunya ya hace tiempo que nos estamos preparando para este acontecimiento con el objetivo de entrar por primera vez al Parlamento de Catalunya.

Es por esto, que en este momento histórico de nuestro país te pedimos tu colaboración, puesto que nos es imprescindible para conseguir el objetivo que nos hemos marcado y que no es otro que la entrada de PxC al Parlamento de Catalunya.

Nos deberías hacer llegar tu nombre, tu teléfono de contacto y decirnos de qué municipio eres y a qué comarca perteneces. Entonces nuestro delegado comarcal se pondrá en contacto contigo con el fin de concretar de qué manera puedes colaborar más activamente durante la campaña.

Ya sabes que nos harán falta apoderados e interventores, se habrán de poner carteles, se habrán de organizar actos, nos harán falta personas de seguridad y muchas cosas más. Si estás especializado en algo también te agradeceríamos que nos lo hagas saber.

No olvides que «La islamización o no de Catalunya dependerá del éxito electoral o no de Plataforma per Catalunya».

Gracias de antemano.

PxC»

Aparte del toque postmoderno publicitario del «PxC», sin miedo alguno al recuerdo de las siglas «PC»; aparte del falso, mal escrito y para ellos infrecuente «querido/da»; aparte de la machacona repetición de su objetivo: la entrada en el Parlamento de Catalunya, y del pobrísimo esfuerzo de redacción, la extrema derecha fascista y racista catalana se moviliza o sigue su ruta de movilización: debe poseer muchos medios a su alcance cuyo origen sería ilustrativo conocer; va a usar, probable consejo lepenista, procedimientos de penetración política, adhesión, militancia y presencia social y tiene o quiere tener un espantajo con el que agitar en sectores de las clases medias y en barrios de las clases trabajadoras donde la esperanza no es un sentimiento siempre extendido y el malestar, la violencia contenida y la rabia desnortada se ubican a flor de piel.

Ni qué decir tiene que hablar de islamización de Catalunya es una barbaridad cultural, política, sociológica, un puro sin-sentido, un insulto a los ciudadanos, incluidos en primer lugar aquellos que tienen creencias islámicas, digna del aznarismo extremo. Pero no es imposible, si no hay movilización de ideas y activa respuesta ciudadana, que esta nueva estafa, esta perversión política abisal penetre en algunas conciencias y en algunos territorios.

La izquierda haría bien en no dejar que las zafias palabras de una organización dirigida por antiguos militantes de Fuerza Nueva centre el debate en las futuras elecciones y cree aún más confusión entre sectores obreros y de las clases medias. Acaso no bastaría pero seria necesario girar el sentido de la mirada y preguntarse por las condiciones reales en las que viven la gran mayoría de los trabajadores y trabajadoras que han llegado recientemente a nuestro país, qué trabajos desempeñan, cuáles son sus verdaderas condiciones laborales, qué trato reciben en sus lugares de trabajo.

No es tarea fácil pero hay que ponerse en ella. El éxito o mini éxito del PxC comportaría, como es sabido, el incremento del racismo en Catalunya, facilitar la estúpida moda del auge de lo «políticamente incorrecto», la disminución de los escasos derechos y el ocultamiento social de trabajadores inmigrantes y, sin duda, dar combustible a los motores de la derecha racista para nuevas arremetidas de aguiluchos fascistas.

Merecen un sonoro fracaso. Deben tenerlo. ¿Nos ponemos en ello?

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.