Traducido para Rebelión por J.M.
La victimización de los judíos ha sido el viejo truco político del éxito que los sionistas han estado utilizando para ganar simpatía política internacional para la causa de Israel, y para justificar toda la agresión y el terror que el ejército israelí perpetra contra los palestinos y los países árabes vecinos. Siempre que los puntos de vista internacionales se vuelven contra Israel, debido a su agresión, aparece una nueva historia de victimización judía.
Una de esas últimas historias me llegó a través de la página 106 de la revista News Magazine de los Estados Unidos del 19 de marzo de 2007. El título es «Te mereces una mirada objetiva sobre… Los refugiados olvidados. ¿Por qué nadie se preocupa por los refugiados judíos de los países árabes?» El artículo se publicó como un aviso por FLAME (Facts and Logic About the Middle East), que pretende «publicar la verdad sobre Israel y el conflicto de Oriente Medio en anuncios y cartas a los editores en todo el país».
El artículo afirma que existe los llamados refugiados judíos de los países árabes, y hace una comparación entre estos refugiados judíos y los refugiados árabes en un intento de señalar la supuesta injusticia internacional cuando la ONU gasta «… muchos miles de millones de dólares » en los refugiados árabes, olvidando a los refugiados judíos. El anuncio intenta evitar llamar a los refugiados árabes por su verdadero nombre: los refugiados palestinos, en un intento de negar cualquier responsabilidad moral y legal de Israel sionista en la violación de los derechos humanos de los palestinos y la creación del problema de los refugiados palestinos.
El artículo intenta refutar «El mito de que los judíos tuvieron una vida fácil en los países árabes/ musulmanes». Se afirma que los judíos bajo el Islam fueron tratados peor que los ciudadanos de segunda clase «controlados por un sistema de discriminación que pretendía reducir a los judíos … a condiciones de humillación, segregación y violencia».
La verdad es que los judíos bajo el Islam en el mundo árabe fueron tratados mejor que en cualquier otro lugar en el que habían vivido en todo el mundo en todos los momentos de la historia. Ellos fueron tratados como cualquier otro grupo étnico, por ejemplo, los cristianos, ciudadanos de pleno derecho que incluían la libertad y los derechos como el resto de los ciudadanos. Se les permitió vivir y rendir pleitesía libremente a Jerusalén, donde se les prohibió la entrada por los antiguos romanos y los cruzados cristianos europeos. Cuando los judíos europeos fueron perseguidos desde el inicio de las campañas de los cruzados, no encontraron ningún refugio seguro, excepto en los países islámicos y árabes del norte de África y en Oriente Medio. Muchos de los judíos lucharon al lado de los musulmanes y árabes cristianos contra los cruzados, que llamaron a masacrar a cada judío por haber crucificado a Jesús. En su libro, Bitter Harvest -«Cosecha Amarga» (N.del T.)-, el erudito palestino Sami Hadawi describe este refugio para los judíos de la siguiente manera:
«Durante la Edad Media, el norte de África y el Oriente Medio árabe se convirtió en lugar de refugio y un refugio para los judíos perseguidos de España y en otros lugares… En Tierra Santa convivieron en armonía, una armonía sólo interrumpida cuando los sionistas comenzaron a afirmar que Palestina era la posesión ‘legítima’ del ‘pueblo judío’ con exclusión de sus habitantes musulmanes y cristianos».
El escritor judío Dan Peretz describió esta situación en su libro «El conflicto árabe-israelí» de la siguiente manera: «La mayoría de los judíos en Palestina pertenecían al viejo Yishuv, o comunidad, que se había instalado allí más por razones religiosas que por políticas. Había poco conflicto entre ellos y la población árabe. La tensión comenzó después de que los primeros colonos sionistas llegaron en la década de 1880».
Aunque les fue otorgada la misma libertad que a cualquier otro ciudadano, un grupo de judíos, creyéndose el pueblo elegido por el Dios elitista, y con la creencia de que no deben mezclarse ni entreverarse con los demás «goyims», como fueron adoctrinados por sus profetas, se aislaron en sí mismos en los guetos de la misma forma en que habían vivido en toda Europa. Aquellos, que tuvieron el coraje de aventurarse fuera de los guetos, habían prosperado y alcanzado altas posiciones de empleo en los gobiernos y las sociedades árabes. Muchos se habían convertido en los centros financieros y comerciales del mundo árabe. Este hecho contradice los dichos que afirman que los judíos «…fueron excluidos de la sociedad, del gobierno y de la mayoría de las profesiones … Fueron apenas tolerados y muchas veces … fueron víctimas de la violencia ociosa». Algunos extremistas judíos fundamentalistas, que tenían sus narices mirando al cielo y creyéndose el pueblo elegido y mejor que todas las otras naciones y estas actitudes racistas y presuntuosas invitaban al rechazo y la intolerancia de todas las naciones, no sólo de los árabes.
El anuncio va más allá al afirmar que los judíos en el mundo árabe fueron objeto de violencia y persecución sistemática después del establecimiento de Israel en 1948 y después de la Guerra de los seis días en 1967. «Cuando Israel declaró su condición de Estado en 1948, los programas se sistematizaron en todo el mundo árabe/musulmán. Miles de personas murieron por la violencia… La gran mayoría de los judíos huyó de donde habían vivido durante siglos. Tuvieron que dejar todo atrás. La mayoría de los que pudieron escapar fueron a parar al estado recién creado de Israel».
Lo que los anuncios no aclaran es que fueron actos terroristas perpetrados por los sionistas contra las comunidades judías en el mundo árabe, así como en los países europeos para coaccionar a los judíos a emigrar a Palestina para establecer el presunto refugio seguro, Israel, en tierra palestina usurpada. Sionistas fanáticos y algunos mercenarios incendiaron/bombardearon sinagogas y negocios judíos, dañaron cementerios de esa colectividad y pintaron graffitis con consignas de odio pintadas para crear el clima antijudío. Los sionistas ofrecían traslado y alojamiento gratuito, buenos salarios que animaron a muchos judíos a renunciar a su destino en pos del plan sionista. Los que emigraron tuvieron tiempo de sobra para vender sus propiedades antes de salir.
Los árabes, al contrario del discurso constituido, no ligaron la violencia con los judíos con quienes por tanto tiempo habían tenido una buena convivencia precisamente porque distinguieron entre un judío y un sionista. En cambio esos judíos, que estaban engañados por el sionismo, se convirtieron en «enemigos beligerantes» y espías dentro del mundo árabe, y debieron ser tratados como tales.
El artículo se jacta de que «Israel recibió a cada uno de esos refugiados judíos de los países árabes con los brazos fraternales abiertos; los albergó, los alimentó y fueron rápidamente integrados en la sociedad israelí». Es cierto que el Israel sionista recibió a los inmigrantes judíos, pagó todos los gastos incluyendo el traslado, el alquiler y los salarios mensuales hasta que se integraron en la sociedad israelí. Sin embargo, esta recepción no era por amor fraternal. Esos inmigrantes judíos fueron, deliberadamente, ahogados en una deuda financiera tal que no podían dejar Israel. Después descubrieron la trampa en la que cayeron, que debían pagar todos los gastos, más los intereses. Los jóvenes inmigrantes judíos, y cada nueva generación de sus descendientes, se han reclutado en el ejército terrorista israelí para matar y ser matado por los intereses de las corporaciones ricas pro-sionistas de Occidente.
El artículo repite el viejo mito, que fue dicho y refutado tantas veces, de que los palestinos habían huido de Palestina después de la ocupación israelí «… siguiendo las invocaciones estridentes de sus líderes… con el fin de dar cabida a los ejércitos invasores árabes», que según el artículo iba a matar a todos los judíos para que los palestinos «puedan volver a reclamar sus propiedades y la de los judíos, todos los cuales serían muertos…» por los ejércitos árabes.
Los palestinos, como cualquier otro pueblo, nunca dejarían sus hogares voluntariamente, y los líderes árabes nunca les habían convocado para salir. Sami Hadawi refutó esta afirmación en su libro «Bitter Harvest», confirmando el hecho de que la «British Broadcasting Corporation supervisó todas las transmisiones de Oriente Medio a lo largo de 1948. Los registros y las compañías de una unidad de vigilancia EE.UU., se pueden ver en el Museo Británico. No había ni una sola orden o apelación, o sugerencia sobre la evacuación de Palestina desde cualquier estación de radio árabe, dentro o fuera de Palestina en 1948. Existe un registro monitoreado repetidamente de apelaciones árabes, incluso órdenes absolutas, a los civiles de Palestina de quedarse».
Este mito tiene como objetivo de sacarse de encima la culpa y la responsabilidad moral de los judíos por perpetrar las masacres más crueles y más horrendas contra aldeanos palestinos, en su mayoría desarmados, y haciendo que las mujeres y niños palestinos marchen en las calles de Jerusalén para aterrorizar al resto de los palestinos y que huyan de sus aldeas para salvar sus vidas y su honor. Las organizaciones terroristas sionistas, como el Irgun y Hagana, difundieron el rumor de sus planes de atacar las aldeas palestinas. El historiador judío Ilan Pappe, en su libro «The Link», menciona este hecho: «Las fuerzas israelíes expulsaron a los palestinos de cada pueblo y ciudad que ocupaban. En algunos casos, esta expulsión era acompañada por masacres de civiles como fue el caso en Lida, Ramleh, Dawimiyya, Sa’sa, Ein Zietun y otros lugares. La expulsión también estaba acompañada de violaciones, saqueo y confiscación».
Durante las guerras, las personas entran en pánico y huyen de sus hogares en busca de seguridad. Sin embargo, siempre han podido regresar a sus hogares cuando el peligro desaparece. La conquista militar no suprime los derechos privados de propiedad, ni da derecho al vencedor a confiscar las propiedades de la población civil. Incluso si las afirmaciones de que los palestinos abandonaron sus hogares siguiendo las órdenes de sus líderes, todavía tienen el derecho a regresar a sus hogares y propiedades que habían sido robados por los inmigrantes sionistas. Este derecho está protegido por el derecho internacional como lo señaló el escritor judío, profesor y pensador Erich Fromm: «En derecho internacional, el principio es verdad es que ningún ciudadano pierde su propiedad o su derecho a la ciudadanía, y el derecho de ciudadanía es de facto un derecho de que los árabes en Israel tienen mucho más legitimidad que los judíos». El rechazo al derecho al retorno de los palestinos de Israel encabeza su agenda política, lo que los llevó a violar todas las resoluciones de la ONU respecto a este asunto, todas las leyes internacionales, violan los derechos humanos de los palestinos, y rechazar todas las iniciativas de paz árabes.
El artículo continúa con sus acusaciones «… los países árabes se negaron resueltamente a aceptar refugiados árabes en sus sociedades confinándolos en los llamados campos de refugiados … para mantenerlos como una herida abierta y hacer que la solución del conflicto árabe / israelí sea imposible. Estos refugiados, cuyo número ha aumentado por ahora milagrosamente de sus originales 650 mil a 5 millones, hierven de odio hacia Israel, y proporcionan los cuadros para los terroristas y bombas suicidas».
Los países árabes, principalmente Jordania, Egipto y Líbano, han recibido la mayoría de los refugiados palestinos, que se convirtieron en una carga para la economía ya empobrecida de estos países, que, a diferencia de Israel, no estaban recibiendo tres mil millones de dólares anualmente de los EE.UU. La mayoría de estos refugiados (ahora unos 7,5 millones y no sólo 5.000.000) quiere volver a su patria y sus hogares que fueron ilegalmente ocupados por los israelíes terroristas. Ellos luchan por recuperar lo que es suyo, a diferencia del ejército israelí terrorista, que lucha para usurpar tierras de otras personas.
En cuanto a la solución del conflicto árabe/ israelí, los árabes habían ofrecido a Israel muchas soluciones pacíficas, pero los israelíes les rechazaron categóricamente porque sin el conflicto no podrían continuar con la usurpación de más tierras para construir «Gran Israel». La última iniciativa de paz árabe del mes pasado, marzo de 2007, ofreció a Israel mantener el 78% de Palestina por la paz y la normalización de las relaciones diplomáticas con todos los países árabes en forma permanente. Sin embargo, Israel, como de costumbre, rechazó esta oferta.
El artículo reconoce que «desde 1947 se han producido más de 100 resoluciones de la ONU relativas a los refugiados palestinos, pero no ha habido una sola resolución sobre la horrible injusticia hecha a los casi un millón de refugiados judíos de los países árabes».
Este párrafo refuta la afirmación de ese artículo al mostrar que la comunidad internacional ha reconocido y aceptado la existencia de un verdadero problema de los refugiados palestinos, y la inexistencia del falso problema de los refugiados judíos de los países árabes. Es por ello que «existe una rama especial de las Naciones Unidas (UNRWA) para el mantenimiento de los refugiados» (creados por los israelíes) como demuestra el artículo. Israel, apoyado por sucesivas administraciones estadounidenses, ignora las resoluciones de la ONU que pretendían resolver el problema de los refugiados palestinos, en lugar de gastar millones de dólares «aportados por los EE.UU.», financiando campañas de publicidad. También ignora totalmente la atención que el mundo ha centrado en el tema del Holocausto, y la compensación en cientos de miles de millones de dólares a los judíos de Israel, transformando el estudio del Holocausto en un crimen internacional, así como sentenciando, multando y encarcelando a toda los historiadores de renombre, que cuestionaron algunos de sus detalles.
El artículo critica el derecho justificado de los árabes a pedir compensaciones, y el legítimo derecho de los refugiados palestinos a regresar a su tierra natal, «lo que ha sido Israel durante casi 60 años», donde las tribus palestinas habían vivido durante más de tres mil años. Concluye diciendo: «Pero si no va a haber ningún tipo de compensación, los refugiados judíos olvidados tienen sin duda derecho a dicha indemnización tanto como los refugiados árabes. Cualquier otra cosa diferente, sería un ultraje y una gran injusticia».
El artículo no mencionó el punto más importante en este tema de los refugiados, a saber, que los refugiados palestinos fueron expulsados forzosamente de sus hogares de acuerdo con la ideología sionista que se basa en la idea de «sustitución de pueblos», la expulsión y «transferencia» de los palestinos fuera de Palestina, y la implantación de los judíos en su lugar. El concepto de «Estado judío es impensable sin la transferencia obligatoria de los árabes a los estados árabes» fue adoptado desde el primer Congreso Sionista en Basilea en 1897, y repitieron los líderes sionistas notorios como el británico sionista Israel Zangwill, Haim Weisman, Theodor Herzl, Nahman Syrkin (fundador del sionismo Social), Selig Soskin (director del Fondo Nacional Judío), y muchos otros.
Por otro lado, los llamados refugiados judíos (sionistas judíos) de los países árabes tenían un montón de tiempo para planificar su emigración y la liquidación de todas sus propiedades, y para ser alimentados, reubicados y compensados directamente por dinero de los impuestos de Estados Unidos de América, donde los tres mil millones de dólares anuales de ayuda financiera paga casi 3,000 dólares mensuales por cada israelí, sin mencionar toda la ayuda económica y toneladas y toneladas de equipo militar que da libremente al ejército terrorista israelí para infligir terror a los palestinos, libaneses, sirios, iraquíes e iraníes.
Finalmente el artículo ofrece una comparación entre los números falsos de los judíos en algunos países árabes antes y después de 1948, los países desde donde los sionistas habían transferido con éxito su población judía a Palestina ocupada (Israel). Ignora mencionar el gran número de judíos que todavía viven y florecen en los países árabes musulmanes del norte de África, en Turquía, e incluso en Irán (el llamado país islámico extremista y terrorista), que alberga la mayor población judía, 25.000 de ellos, en el Medio Oriente, fuera de Israel, y están representados por un diputado judío, Maurice Mohtamed.
La organización que publica ese artículo (FLAME) acerca de tener una «mirada objetiva», cuyo propósito es el reclamo de una investigación, publicación de los hechos, y exposición de propaganda falsa sobre el Medio Oriente, parece hacer exactamente lo contrario, que distorsiona los hechos y propaga falsas propaganda en su lugar.
La simple verdad del conflicto árabe / israelí fue reflejado por el líder indio y maestro de la paz Mahatma Gandhi cuando dijo: «Palestina pertenece a los árabes de la misma manera que Inglaterra pertenece al inglés y Francia pertenece a los franceses».
Fuente original: http://www.countercurrents.org/akleh230407.htm