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El nacionalismo español y la fellatio

Fuentes: Kaosenlared

En declaraciones efectuadas por varios ciudadanos, que fueron arrestados mientras trataban de extorsionar a prostitutas de diferentes nacionalidades, a las que mantenían poco menos que esclavizadas en tugurios de carretera, o los más adinerados en locales de alterne donde el lujo estaba garantizado, se han conocido algunas de las manías más solicitadas por la clientela, […]

En declaraciones efectuadas por varios ciudadanos, que fueron arrestados mientras trataban de extorsionar a prostitutas de diferentes nacionalidades, a las que mantenían poco menos que esclavizadas en tugurios de carretera, o los más adinerados en locales de alterne donde el lujo estaba garantizado, se han conocido algunas de las manías más solicitadas por la clientela, cuya ideología se mantiene oculta. Sin embargo, como anécdota, resulta definitoria aquella que cuenta que, en cierta ocasión, tras haber logrado una erección inesperada, un ex sargento de la Legión salió al pasillo del lupanar, enarbolando una enseña nacional franquista, al grito de «¡Mu era la impotencia!», que dejaba el «¡Muera la inteligencia!«, pronunciado por el delincuente Millán Astray, a la altura del betún.

Tras varios meses de análisis y encuestas, cuyos resultados se han hecho públicos en el libro Revealing the Secret World of Adolescent Boys and Girls (Lynn Ponton. New York. Ed. Dutton, 2000) o en la investigación realizada a nivel global, titulada Involuntary Celibacy: A Life Course Analysis, bajo la dirección de los especialistas Denise Donnelly, Elisabeth Burgess, Sally Anderson, Regina Davis y Joy Dillard, se desprende que el deseo de gozar de una fellatio era la razón más importante, a la hora de buscar el placer en dichos establecimientos. Para ellas, era su hermano el cunnilingus.

Me atrevo a afirmar que ese primer lugar en el hit parade del sexo, debe estar ocupado en España por idéntica preferencia. No es extraño dada la popularidad de la frase «Anda, chúpamela«, pronunciada mayormente por personas de derecha, aunque no entre la mayor parte de las féminas. Es notorio, además que si se te ocurriera inquirir o poner gesto de extrañeza ante ese singular deseo, el español por cojones (con la bandera roja y gualda en el centro, Rosa Díez a la derecha y Fernando Savater más a la derecha), te lo repite aún con más énfasis: «Que me la chupes, te digo«, dejando claro que no es una de las delicias habituales en su relación. Tengo que reconocer que los nacionalistas españoles que conozco, por desgracia muchos, dicha sentencia es una de las coletillas más utilizadas para zanjar una polémica. Luego, hablan de democracia.

Profesionales del sexo tan promocionados en el medio audiovisual como la doctora Elena Ochoa, que comenzara en la TVE una serie de espacios dedicados al tema, a la que se unió años más tarde en Telemadrid la sexóloga Lorena Verdún, de quien se decía «se explicaba mejor con el movimiento de sus manos y dedos que con las palabras«, solían hablar de este tipo de asuntos, con una naturalidad tan aparente y escasa como la cultura de su majestad el Rey. No es aventurado asegurar que, según se desprende de los miles de anuncios que aún se publican y/o emiten los medios de comunicación de la derecha españolista (o sea, el 99%), la problemática de la insatisfacción sexual es otra de la asignaturas que la sociedad tiene pendiente.

No es mi intención con este artículo, atreverme a hacer la competencia a las mentadas profesionales de la comunicación-entre-cuerpos, pero creo que en las webs llamadas alternativas se obvian este tipo de problemas sociales, por una más que sospechosa presunción de que, dado que en la izquierda se asumen y combaten actitudes como la homofobia, la liberalización o legalización de las drogas, la condena o defensa de la prostitución (masculina y femenina) y otros, estimo que, tras mi comentario sobre la hipocresía del gobierno de Zapatero, que amenaza, por boca de la ministra más Barbie del ejecutivo, con desarrollar una serie de normas, cuyo fin sería suprimir de un plumazo los anuncios de servicios sexuales en los medios periodísticos españoles, se ha abierto una polémica de lo más sana a la vez que controvertida; una tarta a la que ha puesto la guinda el acertadísimo artículo de Manuela Trasobares («España, una, grande y puta«, Kaos 20-09-09), en el que denuncia, por encima de otros considerandos, que la gran burguesía, el facherío español más contumaz, acostumbra desde siempre a robar, estafar, levantar la mano derecha en actitud fascista, manipular, timar, violentar cuerpos y voluntades, comprar conciencias, etc., sin que los distintos gobiernos hayan tomado medidas especiales, excepto subir los impuestos a los más débiles, económicamente hablando.

La ministra Bibiana Aido no hizo mención, sin embargo, de los miles de minutos que dedican las televisiones privadas, todas en manos de la derecha, por cable y sin él, a ofertar todo tipo de sueños eróticos por un pago que, en muchos de los casos, significa el 10% del salario de un trabajador, por lo que deduzco que los ciudadanos insatisfechos sexualmente, sean catalanes, vascos, andaluces, gallegos, canarios o españoles de cualquier ideología, pero aún mucho más los situados entre Aznar y Rajoy, están muy necesitados de que todos los días, desde el momento en que salen del portal de su casa, la izquierda les haga una fellatio en condiciones, cosa que comenzó a poner en práctica un político como Santiago Carrillo, metafóricamente se entiende, al que siguieron de forma entusiasta dirigentes sindicales como Antonio Gutiérrez y José María (Feliciano) Fidalgo, ambos ex Secretarios Generales de CCOO. Se supone, que el pago por los servicios ha estado a la altura de la profesionalidad de los mentados. Ahí andan los dos últimos, ocupando sendos cargos de postín con miles de euros al mes como estipendio.

Por ello aconsejo, si eres un ciudadano de izquierda, si te consideras progresista, amante de un mundo mejor, incluso de las utopías, si en tus preferencias colocas antes lo público que lo privado, no consientas que la derecha satisfaga sus deseos sobre tu persona.

Si a los españolistas les agrada la fellatio, practica el independentismo en todas sus formas.

http://www.kaosenlared.net/noticia/nacionalismo-espanol-fellatio