En mi tema anterior, titulado GEOPOLÍTICA DE PALESTINA, expuse una visión no muy conocida de los orígenes del problema y, en las respuestas al mismo, no se ha dicho ni una palabra sobre ello. Pienso que quienes escribieron a continuación de mis palabras son un excelente ejemplo de «negacionismo», es decir que, ante evidencias irrefutables, […]
En mi tema anterior, titulado GEOPOLÍTICA DE PALESTINA, expuse una visión no muy conocida de los orígenes del problema y, en las respuestas al mismo, no se ha dicho ni una palabra sobre ello.
Pienso que quienes escribieron a continuación de mis palabras son un excelente ejemplo de «negacionismo», es decir que, ante evidencias irrefutables, en lugar de aceptarlas o discutirlas, cambian de tema, para distraer a los lectores.
Y eso, el «negacionismo», es la práctica preferida de los filonazis, ante las evidencias irrefutables del Genocidio Nazi, mejor llamado la Shoah (el Espanto). Esos filonazis negacionistas buscan distraer la atención para que nadie mire el Espanto perpetrado por la Alemania de Hitler y por muchos colaboracionistas en los países ocupados durante la Segunda Guerra Mundial.
De todas formas, algunas de las cosas dichas por los que han intervenido, merecen algunas palabras.
Porque es soprendente la ignorancia histórica que se revela en las notas que objetaré.
1) No es cierto que el apaciguamiento fuera un gravísimo error de Europa frente a Hitler. Frente a Hitler no hubo apaciguamiento sino una clara complicidad de muchísimos dirigentes políticos europeos que consideraban a la Alemania Nazi, furiosamente anticomunista, como un freno a la entonces Unión Soviética. Y su persecución del pueblo judío era vista con simpatía por cientos de miles de europeos que eran fervorosamente antijudíos (muchos lo siguieron siendo y por ello vieron con alivio el sacarse a los «repugnantes judíos» de Europa, para endosárselos a los «sucios árabes» que vivían en Palestina desde hacía siglos).
Fueron esos europeos antijudíos los que durante la Segunda Guerra Mundial denunciaron, en los países ocupados, a los judíos que buscaban esconderse para tratar de escapar a su trágico destino en los campos de exterminio nazis.
Por la misma razón, esos dirigentes europeos toleraron que Hitler anexara Austria y luego, con la Crisis de los Sudetes, Checoslovaquia, para que la barrera anticomunista se extendiera hacia el sur de Europa como un muro entre el «peligro rojo» y los europeos.
Por ello, Hitler y su creciente maquinaria bélica fueron útiles a los intereses de Francia y de Inglaterra y sólo dejaron de serlo cuando dichos países comprendieron que, despues de invadir Polonia en 1939, Hitler «iría por más».
2) Hitler fue un producto de las grandes potencias europeas las que, al finalizar la Primera Guerra Mundial, sometieron a Alemania a humillantes y costosas reparaciones de guerra las que, unidas a la crisis económica de 1930, sumieron al pueblo alemán en la más terrible miseria. En esas condiciones, los alemanes votaron a quien les prometía salir de esa humillación nacional y de esa miseria y por ello le dieron al Partido Nazi el 73 % de los votos en las elecciones de noviembre de 1932.
Compárese esa actitud de las potencias vencedoras en la Primera Guerra Mundial, con la tomada por las mismas potencias al finalizar la Segunda Guerra Mundial, y se comprobará que, cuando no se humilló a Alemania y, por el contrario, se la ayudó a reconstruirse, el fantasma del Nazismo desapareció.
Entonces… debe quedar claro. Hitler y el Tercer reich son el producto esperable de la voracidad de los vencedores en el Tratado de Versalles, firmado en Junio de 1919. Y el rearme del Tercer Reich, prohibido por dicho Tratado, fue alentado por Alemania e Inglaterra, con el visto bueno de Estados Unidos para impedir la expansión del Comunismo en Europa.
Por ello creo que el «nombre de Europa» en aquellos años no es ni «apaciguamiento» ni «cobardía» sino, simplemente, «imbecilidad».
3) En relación a lo que Mathias Dapfner llama Civilización Occidental, presuntamente atacada por el Islam, creo que convendría hacer algunas precisiones.
Porque eso que se llama Civilización Occidental y Cristiana no es, precisamente, un ejemplo de civilización y, en sus conductas perversas, está el germen de mucho de lo que ocurre ahora.
Para no extenderme, haré un listado sintético de algunos de esos «logros» de lo que algunos llaman «la moral judeo cristiana»:
a) La falsa acusación de «deicidas» contra el pueblo judío por el cristianismo. b) La persecución a los que cometían «herejía», durante los primeros siglos de la Era Cristiana. c) Las salvajadas hechas, en nombre de La Cruz, por los cristianos para apoderarse de Jerusalen, durante las Cruzadas, d) Las salvajadas cometidas mutuamente por católicos y protestantes durante la Reforma y la Contrareforma a partir del siglo XVI e) Los genocidios cometidos contra las poblaciones nativas de América, de Africa y de Asia, durante lo que se conoce como «la Edad de los Imperialismos». f) La esclavitud primero y, ahora, el «ninguneo» sistemático de los pobladores de raza negra, en ese bastión de la moral Judeo Cristiana que es Estados Unidos. g) La primera y la segunda guerras mundiales. h) El genocidio nazi, apoyado por cientos de miles de europeos en los países ocupados. i) La entrega de tierras de Palestina, por parte de la ONU, a judíos europeos sobrevivientes del Genocidio Nazi, pese a que en ellas vivían en razonable paz y durante muchos siglos, cientos de miles de habitantes de religión musulmana, cristiana y judía. j) Las torturas sistemáticas a rebeldes argelinos por parte de Francia. k) Las atrocidades de los belgas en el Congo Belga, cuyas consecuencias todavía causan graves problemas en la región. l) Las atrocidades de los Franceses en la Indochina. m) La guerra de Vietnam y sus muchas atrocidades, como la matanza de civiles en My Lay, por parte de tropas americanas. n) El apoyo sistemático de Occidente a las dictaduras latinoamericanas que ensangrentaron el continente. ñ) El largo «apartheid» en Sudáfrica, al que Israel proveyó de tecnología nuclear. o) El apoyo al Sha Reza Palhevi, en Irán, para que Occidente siguiera teniendo petróleo en abundancia. p) El posterior apoyo a Saddam Hussein y la entrega de armas, en especial las armas químicas, para que luchara contra Irán y derrocara al gobierno de los clérigos musulmanes del Ayatollah Khomeyni. q) Ese desangradero sin salida en que se ha convertido la Guerra contra Irak y, ello, pese a que se ha demostrado que las armas de destrucción masiva, que intentaron justificar esa guerra, no existían.
Y, si vamos a hablar del fundamentalismo de los extremistas islámicos, el ejemplo más claro de fundamentalismo lo tenemos en ese «Paladín de Occidente» que es el Presidente de Estados Unidos.
Georges W. Bush, sin ruborizarse, ha afirmado: «Estoy investido de una misión divina: promover una visión bíblica de la política desarrollada por Estados Unidos».
Me parece que las diferencias entre el presidente Bush y Osama Bin Laden (quien, hace pocos días, ha propuesto a los norteamericanos convertirse al Islam y ha dicho que su voluntad es restaurar el Islam desde la España de El-Andalus hasta el Lejano Oriente) es meramente estética.
El primero, lo hace desde el salón de periodistas de la Casa Blanca, de pie, frente a los micrófonos. El segundo, lo hace sentado en el suelo y con un Kalashnikov sobre sus piernas.
Por lo demás, son igualmente inmorales y dispuestos a cometer cualquier crimen que sirva a sus propósitos.
Con respecto a Ronald Reagan, creo que a DANGER se le ha olvidado que «Ronnie» ayudó a los «mujahedinnes» de Afganistán, a los que Reagan llamó «luchadores de la libertad» porque servían a USA en su enfrentamiento con la Unión Soviética durante la Guerra Fría. Y que, en RAMBO III, Sylvester Stallone luchaba codo a codo con esos «talibanes» y que en la publicidad de esa película había un texto que decía: «Dedicado al valiente pueblo de Afganistan».
¿Qué ha sucedido?
¿Como puede ser que «los luchadores de la libertad» de ayer, hoy, sean «el Eje del Mal»?
¿No serán víctimas, los republicanos como Reagan y los Bush (padre e hijo), de la misma imbecilidad de Inglaterra y Francia, cuando ayudaron a Hitler para que Alemania se rearmara y pudiera frenar a la URSS?
Yo pienso que, en realidad, los políticos amorales de la Europa previa a la Segunda Guerra Mundial y los políticos amorales que hoy conducen a Estados Unidos, creían y creen que pueden usar a los pueblos para lograr sus designios y luego descartar a esos pueblos como un «condon usado».
Y es cierto que Ronald Reagan, con el inestimable apoyo de Juan Pablo II, logró la caída del repugnante Muro de Berlín.
Pero no es menos cierto que, luego de ello, las ex repúblicas socialistas soviéticas no son un remanso de paz y prosperidad sino que son un nido de corruptelas político financieras al mejor estilo de las que se instauraron en América Latina bajo las sangrientas dictaduras militares apoyadas por Estados Unidos, Inglaterra y Francia. En Rusia unos pocos son multimillonarios que pueden comprarse un equipo de fútbol británico, mientras que la mayoría de la población vive en la pobreza.
Y no es menos cierto que muchas de esas ex republicas socialistas exhiben unos niveles de pobreza atroces que llevan a miles de niños y niñas a prostituirse para poder comer, lo que ha convertido a esos países en la meca de la pornografía infantil y en la sede de todas las Páginas Web con contenidos orientados hacia la pornografía infantil.
Un aplauso entonces para Ronald Reagan, para Margaret Tatcher y para Juan Pablo II por sus extraordinarios logros detrás de lo que fue «La Cortina de Hierro».
Con respecto al post de Sulin, me sorprende que inicie sus notas sugiriendo que nos liberemos de prejuicios mientras sigue machacando con la idea del «secuestro» de un soldado israelí.
Porque es la primera vez que los combatientes, «capturados» por otros combatientes, son llamados «secuestrados».
Miro el diccionario y veo que «secuestro» es la «aprehensión indebida de una persona para obtener un rescate o para otros fines».
Y me pregunto: ¿es indebido que los combatientes de la resistencia antiisraelí de Hamas y de Hizbullah, aprehendan a soldados de un ejército invasor?
¿No será que Sulin tiene un «prejuicio proisraelí» y no puede ver que, en una guerra, no se secuestran a enemigos sino que se los captura?
¿La «captura» (legítima desde el punto de vista de la lógica repugnante de la guerra) de los diputados y funcionarios de Hamas que afirman combatir a Israel es «captura», mientras que la «captura» de soldados israelíes es «secuestro».
Vaya manera de torcer el diccionario para favorecer, prejuiciosamente, los propios puntos de vista.
Y a ello se añade el «prejuicio» deslizado cuando habla de «joven» soldado y de «joven» colono.
Casi le dan a uno ganas de llorar por esos soldados y colonos cuasi niños, vejados por esos pérfidos terroristas de Hamas e Hizbullah.
Pero parece que no le preocupan a Sulin los verdaderos niños, de hasta 10 años, detenidos y torturados en las prisiones israelíes.
Estimado Sulin.
Acuerdo con usted en que no es moral mostrar una sola cara de la noticia.
Y, por ello, usted debería no incurrir en ese error.
También, usted habla de la retirada unilateral de Gaza como un extraordinario gesto de generosidad del gobierno de Israel.
Pero esa retirada es la mayor tomadura de pelo de los isralíes quienes, después de haber recibido como regalo de la ONU una tierra que no les pertenecía, después de haberse apropiado por la fuerza de todo el territorio dejado a los palestinos por esa misma ONU, ahora pretenden que la devolución (sólo de GAZA) hará que los palestinos se sientan felices y depongan las armas.
Usted, una vez más, está mostrando una sola cara de la noticia, magnificando la devolución de GAZA y ocultando que Israel sigue ocupando por la fuerza de las armas el resto de los territorios palestinos.
Y que, no conforme con ello, Israel ha destruído dos veces el Líbano, con la clara intención de apoderarse de la zona sur del mismo y de las aguas del rio Litani, para proveer a las necesidades de Israel.
Es cierto que Israel está fatigada…
Pero esa fatiga se la han buscado los propios israelíes, descendientes de los judíos europeos intrusados por la ONU en unas tierras que no les pertenecen, y no podrán descansar hasta que la justicia, es decir la devolución de esas tierras, sea una realidad.
Y mientras sigan intentando el «negacionismo» esta vez aplicado no al sufrimiento de los judíos en la Shoah, sino al sufrimiento de los palestinos en la Al Nakba, no tendrán paz.
Un saludo
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