El Parlamento israelí dio otra vuelta de tuerca e impuso nuevas condiciones previas a cualquier de acuerdo de paz con sirios y palestinos, entre los que sitúa la celebración de una consulta antes de una eventual retirada de los Altos de Golán sirios y de Jerusalén Este. Este controvertido proyecto de ley fue aprobado la […]
El Parlamento israelí dio otra vuelta de tuerca e impuso nuevas condiciones previas a cualquier de acuerdo de paz con sirios y palestinos, entre los que sitúa la celebración de una consulta antes de una eventual retirada de los Altos de Golán sirios y de Jerusalén Este.
Este controvertido proyecto de ley fue aprobado la tarde del lunes por 65 votos a favor y 33 en contra, tras una segunda y una tercera lectura en la Cámara. Recientemente había obtenido luz verde en primera lectura, con el apoyo del Gobierno de Tel Aviv.
El texto, convertido en ley, fue presentado por Yariv Levin, un diputado del Likud (derecha), el partido del primer ministro Benjamin Netanyahu.
El texto prevé que se organice un referendo antes de la aplicación de todo acuerdo que incluya una retirada de un territorio bajo administración israelí.
La nueva ley prevé, no obstante, prescindir de la consulta en caso de que una mayoría cualificada de dos tercios -80 diputados de los 120 con que cuenta la Cámara- vote a favor de una retirada, como parte de eventuales acuerdos de paz con Siria o con los palestinos.
«Consenso nacional»
Recién terminada la votación, Benjamin Netanyahu, actualmente inmerso en unas laboriosas gestiones para reactivar las negociaciones con la Autoridad Palestina (ANP) de Mahmud Abbas, se felicitó por la adopción del proyecto de ley.
«Todo acuerdo de paz requiere un amplio consenso nacional, y eso es lo que aporta esta ley», dijo en un comunicado citado por la agencia AFP.
Tzipi Livni, la líder del partido de oposición centrista Kadima, criticó duramente el texto diciendo que «no se trata de un deseo de escuchar al pueblo, sino de imponer un veto a las decisiones del Gobierno».
Israel mantiene ocupados Jerusalén Este, de mayoría árabe, y los Altos del Golán, reclamados por Siria, desde la Guerra de los Seis Días de junio de 1967.
Las anexiones del Golán y de Jerusalén Este no están reconocidas por la llamada comunidad internacional, que considera ambos territorios como ocupados.
Los palestinos defienden que Jerusalén Este sería la capital de su futuro Estado, en caso de que lograran recuperar la independencia arrebatada por Israel.
Siria, por su lado, exige para concluir un eventual tratado de paz con el régimen de Tel Aviv la restitución total del Golán, hasta las orillas del lago Tiberíades, principal reserva de agua dulce de Israel, quien de momento se niega a ello.
colonos
Colonos judíos y la Policía israelí expulsaron ayer a una familia palestina de su vivienda, situada en Jerusalén Este, y aparentemente adquirida por una asociación ultranacionalista.