El Parlamento palestino aprobó ayer el nuevo Gobierno de unidad nacional pactado por Hamas y Al Fatah con los votos a favor de 84 de los 87 diputados presentes, tres votos en contra y ninguna abstención. Antes de la votación, el presidente palestino, Mahmud Abbas, de Al Fatah, y el primer ministro, Ismail Haniyeh, de […]
El Parlamento palestino aprobó ayer el nuevo Gobierno de unidad nacional pactado por Hamas y Al Fatah con los votos a favor de 84 de los 87 diputados presentes, tres votos en contra y ninguna abstención.
Antes de la votación, el presidente palestino, Mahmud Abbas, de Al Fatah, y el primer ministro, Ismail Haniyeh, de Hamas, han defendido el Gobierno que han formado para superar tensiones internas y para convencer a la comunidad internacional de que levante el boicot contra el Ejecutivo.
«El mundo debe levantar el embargo», ha dicho Abbas, y ha señalado que «este matrimonio de unidad nacional ha recibido una bienvenida árabe e internacional que esperamos se transforme en medidas políticas para acabar con el sitio».
El Gobierno saliente que lideró Ismail Haniyeh fue objeto, desde su formación hace casi un año, de un boicot político y económico por no «reconocer a Israel y los acuerdos con ese país, y renunciar a la violencia».
El nuevo Gobierno de unidad nacional fue pactado el pasado 8 de marzo en La Meca por Al Fatah y Hamas con los objetivos prioritarios de superar la violencia entre facciones palestinas y de recuperar la confianza de la comunidad internacional.
Israel debe demostrar su apoyo a la paz
«Si Israel boicotea el Gobierno de unidad palestino, demostrará que está interesado en continuar la ocupación y no en la paz», manifestó el viernes el nuevo ministro de Información, Mustafá Barghuti (independiente), que tomará posesión de su cargo, junto al resto del gabinete, hoy, tras ser refrendados por el Parlamento palestino.
Nada más presentarse el Gobierno de unidad palestino, Israel ya señaló que no lo reconocería y que mantendría el bloqueo económico hasta que no hubiera «un reconocimiento expreso del Estado hebreo».
El mismo día, el viceministro israelí de Defensa, Efraim Sneh, abogó por mantener únicamente relaciones con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, «pese a la entrada de su formación [Al Fatah] en el nuevo Gobierno palestino».
El argumento de Sneh es que «de lo contrario se reforzaría a Hamás».
David Baker, portavoz del primer ministro Ehud Olmert, también se mostró favorable a mantener el contacto con Abbas «porque asume las condiciones del Cuarteto [reconocimiento de Israel, asunción de los acuerdos entre israelíes y palestinos y «renuncia a la violencia], mientras que el nuevo Gobierno no lo hace».
Barghuti, en cambio, subrayó que «la postura israelí es equivocada. El nuevo Gobierno palestino no es sólo un Gobierno de Hamás, es el Gobierno de todo el pueblo palestino. El Gobierno de unidad representa la elección del 90% de los votantes palestinos», declaró al diario israelí «Yediot Ajronot», donde mostró su extrañeza porque el Gobierno israelí haya decidido rechazar al Ejecutivo palestino antes de que éste pudiera dar a conocer cuáles son sus planes y su visión del conflicto.
«El problema de Israel es que es un estado colonialista y nosotros rechazamos ser un pueblo viviendo bajo la ocupación y bajo un régimen colonial», señaló Barghuti, quien subrayó que «si Israel quiere la paz, debe reconocer al nuevo Gobierno y acordar la retirada del boicot impuesto a la Autoridad Palestina. Levantar el estado de sitio debe ser un interés para Israel».
Junto a ello, destacó que el objetivo del Gobierno es poner fin a la división interna, acabar con el boicot diplomático y económico, mejorar las condiciones de vida de los palestinos y acabar con la ocupación.