Con esta pequeña contribución pretendemos ayudar a contrarrestar el discurso promovido desde las cocinas del odio islamófobo en lengua castellana y los efectos derivados de ese discurso. Aunque parece improbable cambiar gran parte de lo que aquí vamos a exponer, se hace necesario dar a conocer, en la medida de lo posible, a los actores […]
Con esta pequeña contribución pretendemos ayudar a contrarrestar el discurso promovido desde las cocinas del odio islamófobo en lengua castellana y los efectos derivados de ese discurso. Aunque parece improbable cambiar gran parte de lo que aquí vamos a exponer, se hace necesario dar a conocer, en la medida de lo posible, a los actores y los principales canales y plataformas que forman parte de la estructura, que es también negocio, de la red de la islamofobia.
Esos canales se utilizan para «entender a Oriente», para poder escribir, opinar y decidir sobre ese espacio mientras se deshumaniza a 1.700 millones de musulmanes. Y eso se consigue principalmente reforzando ideas bélicas, haciendo de altavoz de grupos terroristas de pretexto religioso como Daesh o Al Qaeda, en una constante e histórica «retroalimentación» que dura casi veinte años.
Un gran ejemplo de generador de contenidos audiovisuales y multicanal difusor de esa red de la islamofobia es el Middle East Media Research Institute (MEMRI).