La Haine, Nodo50 y Radio ELO cerraron el pasado 4 de marzo las jornadas de formación organizadas por Corriente Roja sobre el tema «Medios de comunicación y movilización de masas». Una brisa fresca recorre el campo de la contrainformación, a la vez que se va despejando el camino para la confluencia política entre medios alternativos […]
La Haine, Nodo50 y Radio ELO cerraron el pasado 4 de marzo las jornadas de formación organizadas por Corriente Roja sobre el tema «Medios de comunicación y movilización de masas». Una brisa fresca recorre el campo de la contrainformación, a la vez que se va despejando el camino para la confluencia política entre medios alternativos y movimientos sociales anticapitalistas. Pasen y vean. El primer día de estas jornadas de formación, el pasado 25 de febrero, se abrió el debate sobre el papel que juega internet a la hora de hablar de medios alternativos en el siglo XXI. La izquierda, consciente de la fase de reconstrucción en la que se encuentra, ha recurrido al uso de internet para mantener abierto el frente de la comunicación alternativa. Usándolo con mucha inteligencia, se ha aprovechado de los relativos bajos costes económicos y humanos que exige esta actividad, hasta convertir a los medios virtuales en instrumentos de desestabilización política.
Internet no puede sustituir al panfleto (ni lo hará)
Ahora bien, podemos sacar una interesante conclusión de este debate: Internet no puede sustituir al panfleto, ya que no es un fín sino una herramienta. Cuando vemos en Madrid un auge del movimiento antifascista y de recuperación de la memoria histórica; un renacer del movimiento republicano; un espacio de lucha unitaria, débil pero valiente, contra las nuevas leyes antiobreras del PSOE; un resurgir, no falto de contradicciones y carencias, de un movimiento estudiantil autónomo y combativo… es decir, cuando hablamos del auge de los movimientos sociales no estamos hablando de un aumento de su presencia en Internet. Precisamente estamos hablando de cómo la izquierda anticapitalista está recuperando su capacidad político-organizativa de llegar a la gente en los centros de trabajo, en las facultades y en los barrios, a través del panfleto, de la pegada de carteles, de la discusión y de la movilización en la calle.
Cuando vemos que en Euskal Herria los movimientos sociales relegan Internet a una segunda categoría, entonces podemos comprobar cómo un pueblo fuertemente organizado no necesita «depender» del ciber-espacio para la acción política. Si bien no podemos ignorar que en la actualidad Internet es en buena parte el aire que respiramos, debemos ser conscientes de que los canales de comunicación, humanos y presenciales (esos que el capitalismo quiere abolir en pos del beneficio empresarial), existen y se apuntalan en procesos de lucha avanzados.
Objetividad de clase
El proyecto de desobediencia informativa La Haine abría la segunda y última de las jornadas de formación política sobre «Medios de comunicación y movilización de masas», planteando dos conceptos fundamentales. El primero, es que la objetividad no existe como un elemento neutro. Al igual que los medios de comunicación del poder defienden los intereses de la clase dominante en el tratamiento de la información, los medios anticapitalistas también deben defender los intereses de la clase a la que pertenecen, la clase dominada.
La Haine que recordaba que «no estamos en el medio, entre opresores y oprimidos. Si en la fábrica de SEAT han hechado a más de 600 trabajadores, la verdad del empresario es bonanza económica y prosperidad en los negocios; la verdad de los trabajadores es depresión y pobreza. La pregunta es, ¿con qué verdad estamos los medios anticapitalistas?».
En cuanto al tratamiento informativo hacia los movimientos sociales, los medios empresariales dedicarán sus esfuerzos a vacíar de contenido subversivo cualquier tipo de manifestación política que lo contenga, sea pacífica o violenta. «A los encapuchados los tratarán de violentos y a los que se disfrazan y bailan los tratarán de pacifistas e inofensivos, pero a ninguno los tratarán de transformadores. El problema no es ser pacífico o violento, el problema es cuestionar efectivamente el orden establecido. Un buen ejemplo de esto lo vemos todos los días en el conflicto vasco», señalaba La Haine.
Medios de comunicación, parte orgánica de los movimientos sociales
¿Cómo entender el crecimiento de los medios de comunicación anticapitalistas? Por raro que pueda parecer, muchas veces los editores se vanaglorian de la gran cantidad de lectores que tienen sus proyectos y programan un aumento en base a las felicitaciones que reciben de los demás. Entienden el fortalecimiento de sus proyectos comunicativos de manera autónoma al movimiento social, pudiendo entenderse como el deseo imaginario de convertirse en un «medio de masas» que automáticamente concienciará a grandes capas de la población en la necesidad de organizarse y luchar.
Lo que nunca deberíamos olvidar militantes y editores (si es que alguien está dispuesto a hacer esta diferenciación) es que toda acción política es una acción comunicativa en sí misma, y por tanto, toda acción de los movimientos sociales está dirigida a comunicar ideas, ya sea a través de una manifestación, una huelga o un bloqueo de carreteras. Por consiguiente, la comunicación no puede entenderse de forma independiente a los movimientos sociales porque son éstos los que, en última instancia, dotarán a la comunicación de peso político a través de la movilización social. Sin base y organización social no hay idea liberadora que perdure, por tanto, no son los medios de comunicación los que fortalecerán a los movimientos sociales (a menos que pretendamos convertirlos en generales con megáfono pero sin tropa) sino exactamente al revés.
La Haine expuso un interesante ejemplo: «El pasado mes de noviembre batimos nuestro particular record de lectores, tuvimos una media de 5000 diarios con topes de 7000. ¿Qué ocurrió de especial ese mes? Pues entre otras cosas la población de los suburbios franceses se levantaron contra los abusos policiales, y en Madrid la Coordinadora Antifascista movilizó a 5000 personas contra el fascismo y capitalismo de ayer y de hoy, pasando por encima de las amenzas de la ultraderechista Asociación de Víctimas del Terrorismo. Desde La Haine hicimos coberturas en directo, publicamos análisis y noticias actualizadas continuamente. Nuestra conclusión al respecto es que cuando la izquierda anticapitalista lucha o cuando la población pone en jaque al poder, los medios alternativos crecemos, porque lo hacemos acompañando la lucha».
El papel de los medios de comunicación en coyunturas de crisis política y movilización de masas
Por su parte, Nodo50 realizó una exposición sobre el papel de la contrainformación en coyunturas de crisis políticas, poniendo el eje en los sucesos desatados en el estado español entre el 11 y el 13 de marzo de 2004, es decir, desde el día de los atentados en los trenes de cercanías de Madrid que causaron 190 muertos y 1500 heridos, hasta el día de la jornada de reflexión previa a las elecciones generales en cuando, pese a ser ilegales, se produjeron numerosas manifestaciones populares frente a las sedes del partido en aquel entonces en el gobierno, el Partido Popular. Esta fuerza política fue acusada de manipular electoralmente la información sobre los atentados (señaló a la organización vasca ETA como autora de los atentados en vez de a la resistencia islámica, para evitar la responsabilidad de haber participado en la invasión a Irak con tropas españolas) y finalmente acabó perdiendo la presidencia.
Para situar la investigación sobre el papel de los medios de comunicación en un contexto de crisis política, primero se lanzó la pregunta: ¿Qué entendemos por crisis política?. Nodo50 lo definió «como un episodio de gran movilización, una situación puntual en el que una serie de elementos del poder político se tambalean, se ponen en cuestión de una forma mas o menos generalizada y existen situaciones de riesgo objetivo a un cambio relativamente radical, violento o traumático del status quo, es decir, de las formas de dominación política concretas».
Se puso como ejemplo el ciclo de movilizaciones Seattle-Génova. «En la batalla de Seattle [1999] se produjo un episodio de confrontacion política relevante, donde redes masivas de activistas con un alto nivel de organización, utilizando con bastante destreza herramientas técnico-comunicativas como los móviles, internet, radio… con grandes movilizaciones y ciertos niveles de violencia en el enfrentamiento con las fuerzas represivas, generaron caos en el centro de la ciudad y consiguieron que los poderosos vivieran el pánico y el miedo, sintiendo que la gente les tenía a ellos como un objetivo a batir, y que provocó la suspensión de la cumbre. Desde el punto de vista de la carga simbólica y política fue importante, ya que hacía tiempo que no se percibía una victoria de este tipo por parte de las redes sociales», sentenció Nodo50.
Por otra parte se analizó lo que supusieron las movilizaciones contra el G8 en Génova, en el año 2001, subrayando que «fue algo que acabó en una verdadera masacre y se vivió por parte de los organizadores con una sensacion de derrota. No consiguió convertirse en un problema que desencadenara una situación de crisis política, ni en Italia ni en Europa. Al gobierno de Berlusconi, la muerte de Carlo Giuliani apenas le causó un problema de -imagino- unas cuantas interpelaciones parlamentarias y lo habrán enmarcado dentro de los grandes problemas de orden público, pero poco más».
Así mismo, se planteó que otras movilizaciones que han logrado crear crisis políticas «son los grandes levantamientos antineoliberales de América Latina de los últimos 3 o 4 años, como son los casos de Argentina, Bolivia y Ecuador».
Nodo50 profundizó en la exposición teórica del término «crisis revolucionaria», recurriendo a los elementos definitorios del marxismo clásico:
1. La desorientación y la debilidad en cuanto a la capacidad de mando de las élites del poder. 2. La emergencia de una nueva clase con aspiraciones a la toma del poder. 3. La existencia de una expresión política y militar de esa clase, que da los pasos necesarios para la toma del poder. 4. Y en su conjunto, lo que Trotsky ha definido como un «fenómeno de dualidad de poderes»: en determinado momento de la confrontación política y social, nos encontramos con que no existe una relación de dominantes y dominados, sino que existe un poder y un contrapoder en un litigio que se define en unas horas, unos dias, unas semanas o incluso unos años si el conflicto asume forma de guerra civil como paso en Rusia o en el estado español.
Medios alternativos en el 11-13M
Nodo50 puntualizó que, a su juicio, «el período 11-13 de marzo de 2004 en el estado español no contiene ni por asomo alguno de los 4 elementos que el marxismo define como ‘crisis revolucionaria’, aunque sí alguno de estos cuatro elementos pueden aparecer en el fenómeno argentino, boliviano o ecuatoriano. En cualquier caso el 11-13M, si bien lo podemos considerar como una crisis politica menor (en tanto que los resultados a medio plazo son política y socialmente ínfimos), tiene aspectos relevantes que nos permiten entender que por primera vez en muchísimos años, aunque fuera de una manera puntual, fugaz, casi fotográfica…, las redes sociales, a través de sus medios de comunicación alternativos, tuvieron un buen momento, demostraron sus habilidades, estuvieron -por decirlo de alguna manera- a la altura y en la medida de lo posible lo hicieron bastante dignamente».
Hace algo más de un año, los miembros de Nodo50, Sara López y Gustavo Roig, se propusieron hacer una profunda investigación acerca de lo que pasó en los medios de comunicación en aquellos días, y que posteriormente fue publicado, entre otros textos, en el libro «13M: Multitudes on-line». Este trabajo consistió en hacer una radiografia de todas las informaciones publicadas en los medios virtuales Nodo50, La Haine, Indymedia Barcelona e Indymedia Madrid-ACP.
El ponente de Nodo50 aseguró, partiendo de esta investigación, que «desde el primer momento todo lo que se publica se hace en torno a un hecho objetivo: la construcción deliberada, desde las primeras horas posteriores al atentado, de una gran mentira, que es la mentira del poder. Se construye todo un relato en torno a la verdad objetiva (lo que ocurrió) y la mentira del poder se termina convirtiendo en algo realmente poderoso e influyente, que comienza a condicionar el comportamiento político de muchas personas y organizaciones políticas. Se produjo una reacción inmediata de pánico generalizado y algunas organizaciones, consideradas de izquierdas, se vieron amenazadas por la arrolladora presión de lo que ellos consideraban que era la opinión pública, y que en ese momento no dejaba de ser la opinión del gobierno y los grandes medios de comunicación. Desde cierto oportunismo se plegaron a ese discurso».
Nodo50 describió los sentimientos que a medida que transcurrían las horas se generaban desde el campo militante y que se percibieron en los medios contrainformativos. «En el dia 11, el dia del shoc, hay desorientación y dolor. El sentimiento más generalizado de lo que vemos publicado en los medios alternativos son diferentes manifestaciones de la emotividad más básica. Los medios alternativos reflejan los estados de ánimo existentes en buena parte de la militancia y el activismo politico de aquellos dias. A finales del dia 11 y durante todo el dia 12, hay el deseo y la necesidad de construir un relato alternativo. Detectamos en la inmensa mayoría de los medios una desconfianza casi genética y estructural a las mentiras oficiales. No se conocían elementos para apuntar en otra dirección a la impuesta por el gobierno, pero se percibe cierta intuición por sospechar -de una forma un tanto automática- de las verdades obejtivas del poder y se buscan fuentes altenativas y discursos que contradigan la gran manipulacion del poder. Se puede decir que el 11 de marzo es un día de desconsuelo, el 12 de búsqueda de verdades o de discursos alternativos y el 13 es el día de la movilización… y todo eso se va siguiendo en lo que se publica en los medios contrainformativos».
Tres de los cuatro medios analizados por Nodo50, consiguieron superar la gran manipulación orquestada desde el poder a través de la permanente difusión de versiones alternativas. La metodología del trabajo de la contrainformación en esos días en términos generales, expuso Nodo50, «podemos decir que se caracterizó por una serie de puntos que demuestran el rigor, la seriedad y la madurez política de la mayoría de los proyectos que analizamos, y que daban la talla en cuanto a lo que hay que hacer en una coyuntura de crisis política. Todos ellos menos uno, Indymedia Madrid-ACP, demuestran una deconfianza casi mecánica a la version oficial, podríamos llamarle ‘prejuicio’ desde un punto de vista peyorativo, pero es un actitud sana y de prevención saludable en el mundo que nos ha tocado vivir. Todos menos Indymedia Madrid-ACP hacen referencia a la rueda de prensa de Otegi [portavoz de Batasuna] como elemento clarificador a la hora de analizar lo que estaba pasando. Así mismo, La Haine, Nodo50 e Indymedia Barcelona recurren a otras fuentes oficiosas (agencias extranjeras, por ejemplo) que dudan de la autoria de ETA, mientras que Indymedia Madrid-ACP no busca ningún discurso avalado por algún tipo de autoridad para contradecir la version oficial. Todos, y ahora sí digo todos, se hacen eco de los comunicados de ETA, que intervino en 3 ocasiones de diferentes formas para decir que no habia sido la autora de los atentados. En este sentido se cumple con las normas y el rigor de lo que debería ser el comportamiento de cualquier medio de comunicación, no digo ya los alternativos, sino cualquiera que se pretenda mínimamente serio y profesional».
Lo más interesante de estas jornadas es que suponen una importantísima inyección de experiencia para los medios alternativos que participaron activamente en el proceso. De cara al futuro, esta situación vivida sin duda reportará valiosísimas armas políticas para enfrentar con éxito próximas etapas de desestabilización social y movilización de masas.
Así, Nodo50 aseguró que «la gran experiencia que tuvimos que abordar los medios alternativos en una situación de crisis política y de una complejidad evidente, en el que el debate político estaba totalmente atravesado por cuestiones relacionadas con la comunicación; en una situación de riesgo político, creo que en su conjunto y a pesar de la excepción que hemos analizado, el conjunto (es decir, estas tres, y nos dejamos algunas fuera pero somos conscientes de que tuvieron un buen comportamiento, como fue Kaosenlared, Indymedia Euskal Herria, algún otro nodo de indymedia del estado español, etc) estuvieron a la altura de las ciscunstancias; demostraron capacidad de trabajo y responsabilidad a la hora de construir un relato que superara el oficial y fueron determinantes a la hora de poder estructurar entre el 11 y el 13 de marzo un movimiento de respuesta que se consolida el dia 13 frente a las sedes del PP de todo el estado. Con todo esto se consiguió que el fenómeno político del día 13 tuviera su influencia en las decisiones que se tomaron el dia 14 en las urnas, y en ese sentido se discute, se valora, que podría tener que ver en el resultado electoral».
Para finalizar, Nodo50 realizó una reflexión que por encima de los datos concretos, acerca del tema de la «objetividad de clase». Expuso que «sobre esta práctica de la verdad que ejercitaron los medios alternativos durante el dia 12 y 13 de marzo fundamentalmente, me gustaria rescatar alguna intervención o linea argumental que no es de ahora, viene de lejos, y es toda la discusión acerca de la veracidad objetiva que podemos leer ya en Lenin: las verdades objetivas no sabemos si existen o no, la verdad es un proceso de construcción colectiva, no es un conjunto de narraciones individuales ni de experiencias micro; los grandes relatos que avalan la historia, que dan fe y explican las dinámicas de los acontecimientos sociales, son dinámicas absolutamernte subjetivas, de naturaleza totalmente colectivas y no se dan en la nada. Se dan en momentos de confrontación política y son el resultado del conflicto político. Existe la posibilidad de crear una verdad y una política de la verdad, relatos creíbles acerca de la realidad social…, pero no se contruyen en un despacho, ni en una redacción ni en un medio de comunicacion, por contra son relatos que se forman sobre la base de la conflictividad colectiva y de la lucha de clases. Fundamentalmente a lo largo de la historia, los grandes relatos y verdades acerca del devenir histórico y el futuro de la humanidad, han sido relatos de clase, han sido clases sociales con sus diferentes órganos de expresión y de creatividad política y cultural, que han sido capaces de decir ‘esto es bueno y esto es malo’, ‘esto es verdadero y esto es falso’. Y en ese sentido creo que el trabajo que hizo la contrainformacion entre el 11 y el 13 de marzo demuestra que de manera colectiva, en un contexto de lucha y de combate político, estuvo en condiciones de poner sobre la mesa el conjunto de herramientas que manejaba desde hacía años (por ejemplo, participando en las movilizaciones contra la LOU, contra la gestión de la catástrofe del Prestige, la huelga general del 20J y el conjunto de movilizaciones realmente considerables y de masas en torno al tema de la guerra; aprendiendo pautas de intervención política, de destreza en el uso de determinados instrumentos comunicativos y por tanto forjando una cultura de la protesta que no nace pero se consolida en ciertos sectores de la población), y que le permitieron superar la verdad oficial y construir un relato alternativo, veraz en el sentido de que coincide con las aspiraciones de millones de personas, y que le son útiles para la transformación politica y el cambio social. Por tanto creo que la contrainformación fue exitosa durante esos días».
Los medios alternativos se mantienen arropados por los movimientos sociales
Radio ELO expuso un ejemplo de cómo los medios contrainformativos, al ser parte de los movimientos sociales, sobreviven gracias a ellos. «Nosotros nacimos siendo ilegales, sin licencia. Además en el momento en que nacimos fue una decisión deliberada, tampoco se ha concursado nunca legalmente a licencia estatal porque hay un discurso político de fondo que es defender la libertad de emisión de la ciudadanía, es decir, que un grupo de ciudadanos pueda tener un emisor y gestionarlo colectivamente sin necesidad de que el estado autorice el uso del espacio radioeléctrico. Nosotros creemos que somos capaces de gestionar un tramo de espacio radioeléctrico en Madrid, ponernos de acuerdo con otros proyectos sin ánimo de lucro o de izquierdas y sacar al aire nuestras emisiones sin la intervención del estado, que se lo otorga o vende a otra persona que emitirá con más potencia y tapará nuestro proyecto. En cierto sentido la lucha es doble y realmente lo que más nos preocupa no es que nos cierren la radio (que en principio sería incautando equipos, etc), sino que otras emisoras comerciales, empresas con publicidad, con ingresos económicos fuertes y que se pueden pagar un emisor que nosotros no podríamos pagar en la vida, nos tapen. La mayor parte de los problemas que solemos enfrentar las radios libres es más bien el combate contra el poder empresarial de grupos de comunicación que intentan hacerse con el espacio que venimos ocupando históricamente desde hace 21 años (cuando se fundó Radio ELO). Hoy en día lo que realmente está en peligro es el punto en el dial que ocupamos, que cualquier día aparezca una emisora de 30 KW y, en ese caso, lógicamente a ti no se te va a escuchar ni en la manzana en la que estás emitiendo. Se oirá sólo ruido y además es muy difícil responder porque legalmente no tenemos ningún tipo de cobertura para hacer valer nuestro espacio y solamente puede ser respondido socialmente. En Radio ELO, el pasado mes de septiembre de 2005, nos pasó un caso concreto, en que nos tapó la señal una emisora comercial sin licencia y que decidió ponerse encima nuestro, eligiendo uno de los puntos supuestamente más débiles… Ante esto la única respuesta que tenemos en el caso de las radios libres es a través de la coordinación con otras radios libres, con el apoyo de otros medios contrainformativos como La Haine, Nodo50, etc, y a través de la movilización social que nosotros tengamos capacidad de llevar adelante. Esto se tradujo en un montón de problemas para la empresa que en aquel momento decidió ocupar nuestro punto del dial. Mediante presión, envio de cartas firmadas pidiendo la retirada de sus emisiones, etc, pudimos sacar adelante la batalla y en cuestión de un mes, igual que apareció encima nuestro, desapareció y decidió irse a otro punto del dial. Descubrió que éramos molestos y que teníamos un apoyo social real de la parte de la ciudadanía que ve con buenos ojos nuestra existencia».
Durante el debate que suscitaron las intervenciones en esta última jornada de formación, un participante del público realizó una reflexión que nos puede servir de síntesis global: «A veces, cuando me siento políticamente desconcertado, busco en las páginas de información alternativa algún tipo de orientación. Pero ahora pienso, ¿cómo voy a encontrar respuestas a mis preguntas en Internet, si a veces nosotros, como militantes del movimiento anticapitalista, no tenemos las cosas claras? Si algo es seguro es que nosotros somos los medios alternativos y ellos sin el movimiento social pierden su razón de ser. Sólo podemos caminar juntos».