Traducido para Rebelión y Tlaxcala por Carlos Sanchis
Ramallah 11-06-06. Al menos durante unas horas las desgarradoras imágenes de Huda Ghalia, de 12 años de edad, sollozando irrefrenablemente sobre el desmalazado cuerpo de su padre atrajeron durante unas horas los ojos del mundo hacia la tragedia diaria de la vida en Gaza bajo la continuada ocupación israelí.
La familia entera de Huda, incluyendo a su padre, su madre, y sus cinco hermanos – Ali (de 25 años de edad), Ilham ( de 15), Sabreen (de 4), Hanadi (de 1), y Haythem (de 6 meses) – fueron asesinados cuando un buque de guerra israelí disparó siete obuses sucesivos a las familias que estaban comiendo en la playa. La propia Huda se salvo tan sólo porque estaba nadando en la mar cuando los obuses impactaron.
Las imágenes de televisión retransmitidas a todo el mundo mostraron las consecuencias de la devastación que destruyó una tienda y envió las alfombras de picnic ensangrentadas y los juguetes de los niños volando por los aires, y de Huda gritando ‘ padre, padre’ sobre el cuerpo inanimado de un hombre.
Esta no es la primera vez que la tragedia ha golpeado a la familia Ghalia. Hace menos de dos años, cuatro miembros de la familia fueron muertos cuando un obús militar israelí impactó en su granja del pueblo de Beit Lahiya al norte de Gaza.
La difícil situación de Huda es quizás el más trágico de los acaecimientos que describen la realidad de la vida cotidiana en Gaza.
En esta prisión empobrecida y sobre poblada, la vida diaria se caracteriza por los continuos bombardeos y los estampidos de los ataques sónicos lanzados sobre la población gacense por el ejército israelí; donde los prolongados cierres fronterizos israelíes y la decisión de algunos miembros de la comunidad internacional de retener la financiación a la Autoridad Palestina que anteriormente pagaba los sueldos del 37 por ciento de la fuerza de toda la población laboral gacense ha producido lesivos niveles de pobreza y desempleo.
Todavía nuevamente, la historia más digna de ser noticia, de que Hamas pone fin a sus 16 meses de alto el fuego en contestación a las matanzas de Ghalia, la catástrofe personal de Huda queda invisible.
Parecería que incluso el estrago de una familia inocente no es suficiente para galvanizar la apática comunidad internacional en la acción de requerir a Israel que acabe con las tales atrocidades diarias, y ponga fin a su ocupación de 38 años en Palestina.
En semejante contexto, nosotros, el pueblo palestino, no nos atrevemos siquiera a pensar en el desastre que debemos padecer antes de que el mundo despierte ante nuestra situación.
La Iniciativa Nacional Palestina llama a todos sus amigos y partidarios de todo el mundo para que emprendan acciones inmediatas para que lleven la situación de Huda Ghalia, y de todos los palestinos, a la atención de sus respectivos gobiernos. Sólo a través de la acción firme y decidida por parte de la comunidad internacional podrán los 39 años de sufrimiento que los palestinos han soportado bajo la ocupación israelí, acabarse alguna vez.