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Siria

El presidente cuenta con más de 200.000 soldados

Fuentes: Rebelión

El conflicto civil en Siria comenzó en el 2011 como un resultado más de la primavera árabe. Bashar Al-Assad se mantiene en el poder pese a la guerra civil. Si bien muchas regiones del país ya no son dominadas por sus fuerzas, el Gobierno central continúa en sus manos. Específicamente, el norte de Siria es […]

El conflicto civil en Siria comenzó en el 2011 como un resultado más de la primavera árabe. Bashar Al-Assad se mantiene en el poder pese a la guerra civil. Si bien muchas regiones del país ya no son dominadas por sus fuerzas, el Gobierno central continúa en sus manos. Específicamente, el norte de Siria es la zona de mayor conflicto, donde el Estado Islámico (ISIS) tiene el control de muchas ciudades, con el afán de extenderse en territorio. 

Pero ¿qué fuerzas militares tiene Al-Assad a su favor?

Luego de comenzado el conflicto, el ejército nacional sufrió numerosas bajas. Para contrarrestar esa situación, en el 2012 se creó la Fuerzas de Defensa Nacional, que cuenta con 90.000 soldados aproximadamente, dispersos por todo el territorio sirio.

Pero sus defensas no sólo se componen de milicias locales, con el correr de los años y el conflicto asentado, el presidente sirio fue sumando tropas para mantenerse en el poder y luchar contra los bandos opositores que se presentan en Siria.

Repasemos brevemente las facciones existentes en el conflicto. Hablamos que el principal enemigo del Gobierno es el Estado Islámico, fundamentalistas islámicos de la rama sunní de la religión que pretenden extender su Califato declarado hace más de un año. Pero no sólo se combate contra el ISIS, sino también ante los rebeldes que buscan terminar con el Gobierno de Al-Assad, quien es presidente desde el 2000 luego de suceder a su padre, Hafez Al-Assad, quien ocupó ese cargo 29 años. El Gobierno sirio es de la rama chiíta del islam, más precisamente alauita, y ésta es otra razón para que los sunnitas quieran derrocarlo. Otro bando del conflicto es la filial de Al Qaeda en Siria, Al Nusra, que ya separados del ISIS forman otra facción de la guerra, y suman soldados desde Asia central, específicamente combatientes chechenos, uzbekos y tayikos.

El apoyo externo que tiene Al-Assad le da un soporte fundamental a la hora de mantenerse todavía en el Gobierno. Milicias extranjeras provenientes del Líbano, Irak e Irán proveen soldados y armas en defensa del presidente sirio. Esto se debe al factor religioso, ya que Irán e Irak tienen gobiernos de la rama chiíta del islam. Por parte del Líbano, tropas del Hezbolá se sumaron en defensa de Al- Assad. El Hezbolá es una agrupación libanesa que representa la facción político y militar más importante de los chiítas en ese país. Esta misma razón es la hace que presenten apoyo al Gobierno sirio.

En las últimas horas, un funcionario del Hezbolá ha dicho que existe la posibilidad de que la agrupación libanesa abandone la guerra en Siria, ya que tuvo que intervenir por la debilidad que presentaba el Gobierno, pero ahora la situación está cambiando, dando lugar a una posible retirada.

También existe un pequeño número de tropas provenientes de Afganistán. Desde la invasión en 2001 encabezada por los Estados Unidos, el país de Asia central es gobernado con «supervisión» extranjera, de hecho permanecen más de 10.000 soldados estadounidenses en el país. La presencia de tropas afganas en Siria se explica en apoyo para combatir al ISIS. De igual manera, el Gobierno instalado en Afganistán desde la invasión no controla todo el país, de hecho la parte norte sigue bajo dominio de los talibanes, expulsados del centro del país luego del 2001.

Al interior del país también hay milicias autoorganizadas que apoyan a Al-Assad, no sólo el ejército oficial. En distintas regiones se formaron tropas de civiles, con el fin de mantener el alauismo en el poder. Por último, en los campos de refugiados palestinos ubicados en Siria existen bandos pro Assad.

Entre todas las facciones defensoras del Gobierno sirio, suman un total de 200.000 soldados aproximadamente. Las tropas de Al-Assad engordan sus filas, lo que le va dando diariamente más estabilidad en el poder.

Rusia, un nuevo participante

En los últimos días un nuevo actor apareció en la escena del conflicto: Rusia. La gran potencia euroasiática, de la mano de su presidente Vladimir Putin, ha decidido intervenir en el conflicto.

La ayuda rusa al Gobierno sirio incluye no sólo el envío de tropas terrestres, sino también y como principal hecho, el traslados de decenas de aviones de combate, drones y helicópteros.

Putin declaró públicamente que el objetivo de esta decisión es proteger al Estado sirio, y luchar contra el ISIS. Si bien desde la Casa Blanca se desconfía de este accionar ruso, todavía es imposible saber que pasará. Washington también pelea contra el Estado Islámico, pero para lograr la paz pretende que Bashar Al-Assad ceda el poder a los opositores más moderados. En cambio, desde Moscú se quiere, lo que explica la ayuda militar, que Al-Assad continúe al frente del Gobierno sirio. El principal temor de Estados Unidos es que este conflicto lo haga pisar fuerte a Rusia en la región de Medio Oriente.

La realidad es que el Gobierno sirio presenta cada vez más tropas de defensa, internas y externas, lo que lo está dotando de mayor poderío para enfrentar al Estado Islámico que continúa su lucha pese al engorde de las tropas pro Assad.

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.