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Entrevista a Doña Chica. Nicaragua

«El proyecto del Canal Interoceánico es un proyecto fallido»

Fuentes: Viento sur

El Canal de Nicaragua fue un proyecto de canal interoceánico, una vía fluvial que conectaría el Mar Caribe, con el Océano Pacífico a través de Nicaragua en América Central. Una suerte de alternativa al Canal de Panamá que permitirá a sus inversores chinos una puerta comercial estratégica entre el Atlántico y el Pacífico. Una faraónica obra de ingeniería que atravesaría el lago Cocibolca, el reservorio de agua dulce más grande de Centroamérica, con un altísimo impacto medioambiental y la destrucción de al menos 300 comunidades y desplazamiento de algo más de cien mil campesinos y campesinas.

Algo más de diez años y cientos de protestas después, en mayo de 2024, el Congreso de Nicaragua canceló la concesión a la empresa china responsable del proyecto, dejando el proyecto original definitivamente enterrado. Pero en noviembre de 2024, en el contexto del inicio de las amenazas de Donald Trump sobre el canal de Panamá, Daniel Ortega presentó a inversionistas chinos un nuevo proyecto del canal con una nueva ruta.

¿En qué consiste el Canal Interoceánico? ¿Qué importancia cobra ahora con las amenazas de Trump sobre el canal de Panamá? ¿Cómo está la situación de los derechos humanos actualmente en Nicaragua?

De todo ello y mucho más conversamos en un nueva entrevista de Claves Internacionales con Francisca Ramírez Torres, conocida como Doña Chica, es una lideresa campesina nicaragüense conocida por coordinar el Consejo para la Defensa de la Tierra, el Lago y la Soberanía, movimiento que se opone a la construcción del Canal Interoceánico. Ha sido nominada como una de las cinco finalistas del Premio Front Line Defenders para defensores/as de derechos humanos en riesgo en 2017 y actualmente se encuentra exiliada en Costa Rica en el Campamento Campesino de Upala. Una iniciativa que nace de un grupo de campesinos solicitantes de refugio de distintos municipios de Nicaragua que se conocieron en la lucha anticanal, que se organizan para afrontar juntos los retos de la sobrevivencia en el exilio y la resistencia comunitaria.

Miguel Urbán: Queríamos empezar, doña Chica, si le parece, preguntando en qué consiste el proyecto de construcción del canal interoceánico conocido como Canal Nicaragua.

Doña Chica: Bueno, ese fue un proyecto que sacó la dictadura Ortega Murillo en el 2013, donde entregó una concesión donde nunca fuimos consultados ni tampoco fuimos parte de ninguna consentimiento sobre el famoso canal interoceánico y lo que hubo fue una violencia contra el campesinado, donde llegó el ejército y la Procuraduría General de la República (PGR) a medir nuestras tierras.

Miguel Urbán: ¿Qué impacto tiene sobre el territorio y sobre el medio ambiente esta propuesta original?

Doña Chica: Una destrucción total del medio ambiente y una fuerte violencia contra de las comunidades campesinas, pero resistimos. Hicimos más de cien marchas en contra y no dejamos que se pusiera ni una sola piedra de ese proyecto, creo que fue uno de los movimientos que más se opuso a los intereses de la dictadura y, realmente, hoy estamos pagamos las consecuencias. Muchos líderes estamos desplazados, dejando nuestras tierras en Nicaragua y salir al exilio sin nada. Nos desnacionalizaron, nos confiscaron, pero creemos que valió la pena porque en un país donde se violan los derechos humanos, donde no hay una economía justa, donde solo realmente los poderosos toman decisiones por el futuro de la gente. No se puede permitir y creo que el movimiento campesino hizo una lucha justa para defender los derechos de los campesinos y no dejar imponer un proyecto que dañaría todo el medio ambiente como también dañaría nuestra cultura de vivir y trabajar la tierra.

Miguel Urbán: En teoría, este proyecto está enterrado. El Congreso nicaragüense, en mayo del año pasado, lo dio por finalizado. Pero parece que en noviembre, justo cuando Donald Trump ganó las elecciones y empezó a amenazar con tomar el control del canal de Panamá, Daniel Ortega volvió a recuperar el proyecto, ofreciéndole nuevamente a inversionistas chinos, como una alternativa en cierta medida al canal de Panamá. ¿En qué consistiría este nuevo proyecto?

Doña Chica: Bueno, es un proyecto fallido y creemos que un inversionista digno no puede invertir en un país donde se violan los derechos humanos, donde no hay libertad de expresión, donde no hay libertad religiosa, donde hay persecución a su pueblo. Creo que no tiene ningún sentido, pero realmente de los intereses de Ortega, como de los intereses del gran capital, que siempre pasa por encima de los derechos y de la vida de las personas, pues uno puede esperar cualquier cosa.

Pero creemos que en Nicaragua la historia está marcada por la lucha campesina y si hay por algo que hay que pelear o si es posible poner la vida es por la tierra y creo que nunca va a permitir ningún campesino que sea lo que sea que le tomen sus tierras porque el campesino por lo general le gusta su autonomía, ejemplo de eso fue la lucha de Sandino y cómo luchó contra una dictadura. Ahora Ortega quiere marginar otra vez al campesinado, cuando en 2013 comenzó imponiendo una ley para un canal interoceánico que confiscaba nuestras tierras. Y el campesinado se volvió a levantar, participando en la rebelión de abril que nos llevó a muchas al exilio pero desde el exterior seguimos resistiendo porque luchamos por una patria libre y por conseguir que exista reparación para el campesinado.

Miguel Urbán: No sé si ustedes han podido examinar la nueva propuesta de canal interoceánico y cómo podría cobrar cierto impulso ante la presidencia de Donald. En este sentido ¿En qué consistiría y qué impacto tendría este nuevo proyecto?

Doña Chica: Sí. Ellos eligieron esta nueva ruta, la ruta cuatro, que era una de las que ellos ya habían barajado en su momento. Por el momento estamos a la expectativa, aunque creemos que es una amenaza total por los intereses económicos que hay encima de la mesa. Pero eso nos ha ayudado también a reorganizarnos, a mantenernos activos, a tener más impacto dentro de Nicaragua por las preocupaciones que hay en la gente ante esta nueva propuesta. Y aunque no ha habido ninguna gestión por el momento, la población afectada por esa nueva ruta, está a la expectativa y está reorganizándose también.

Miguel Urbán: Las últimas noticias internacionales sobre Nicaragua en la prensa generalista, mostraban cómo Rosario Murillo tomaba más fuerza dentro del propio régimen asumiendo la jefatura del ejército. ¿Cómo está la situación actualmente?

Doña Chica: Bueno, ellos se mantienen en el poder porque cuentan con armas, pero no tienen un respaldo popular. Ellos hoy tienen un rechazo total del noventa por ciento en contra y creo que todo eso ellos lo tienes muy claro y es lo que los mantiene temerosos, que no permiten que haya reuniones, que haya organización, nada que se articule socialmente… porque ellos saben que ya no cuentan con el respaldo popular. Esta situación favorece que tengan el interés de hacer muchas cosas públicas para venderlo internacionalmente pero en la realidad ellos dentro saben que ya no cuentan con el respaldo y que por mucho que hagan inventos de que van a hacer proyectos y que sus proyectos van a ser exitosos, no consiguen recuperar ningún tipo de respaldo popular. Solo se mantienen reprimiendo al pueblo, silenciando a quien trata de hablar pero eso no va a durar mucho.

Miguel Urbán: Usted, Doña Chica, se encuentra actualmente exiliada en Costa Rica. Y si no me equivoco, está levantando un proyecto que es el Campamento Campesino de Upala. Si nos pudiera contar un poco en qué consiste.

Doña Chica: En 2019, a raíz de una crisis humanitaria, de salir desplazados de nuestras tierras y que los campesinos lo que sabemos cultivar es la tierra y vivimos de la tierra. Decidimos arrendar una propiedad a unos costarricenses donde hemos venido a producir, a reorganizarse y a buscar maneras de tener estabilidad para resistir. De esta forma, la creación del campamento campesino surge por la necesidad de tener un espacio, donde cultivar la tierra, asegurar la seguridad alimentaria y el trabajo, en un país donde la condición de refugiado tiene limitantes. Tienes la protección para que no te devuelvan al país que te reprime, pero los medios económicos para alimentación, vivienda, salud deben ser gestionados por cada persona. Porque nosotros pensamos que tenemos que seguir luchando desde donde estemos y que la estabilidad es importante para continuar nuestra lucha. Reorganizando al movimiento campesino y a los desplazados con quienes nos encontramos y tenemos mismas convicciones de lucha. Reinventarnos para resistir.

Fuente: https://vientosur.info/el-proyecto-del-canal-interoceanico-es-un-proyecto-fallido/