Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Sí, es la consigna que todavía no se ha logrado y por la cual el pueblo egipcio, en camino a convertirla en realidad, sacrificó cientos de mártires y miles de heridos entre sus hijos, los instigadores de la revolución del 25 de enero contra el autoritarismo, la corrupción y la injusticia social. El pueblo no fue engañado por el plan de Mubarak de descarrilar el objetivo de la revolución al nombrar primer ministro al doctor Shafiq y al general Suleimán como vicepresidente.
No se detuvo cuando el propio Mubarak abandonó el poder o cuando algunos de los símbolos del régimen fueron presentados para ser enjuiciados acusados de corrupción financiera. Ni uno solo de ellos -ni otros que practicaron la corrupción política, establecieron el autoritarismo, empobrecieron a los ciudadanos o se robaron economía- fue procesado por esas acusaciones, a pesar de la existencia de elementos contrarrevolucionarios que tratan de abortar los objetivos de la revolución. Todos los ciudadanos saben quiénes son, sean individuos, restos de instituciones, o incluso ideas y leyes corruptas.
Lo que es sorprendente para los hijos de nuestra nación es que la imposición de una ley sobre las manifestaciones no va sólo contra los principios de la revolución, sino que más bien abre la puerta para su aborto, integrada con la ley de partidos que requiere que los fundadores de cualquier partido nuevo tengan millones para poder gastar casi 4 millones de libras en la publicación de los nombres de los fundadores. La única manera de entender esa ley es que excluye del derecho a participar en el establecimiento de un partido a más de un 60% del pueblo egipcio, la juventud que tiene derecho a establecer partidos junto a los trabajadores pobres, campesinos, profesionales y comerciantes de poca monta.
Lanzamos la consigna de que «el pueblo quiere la caída del régimen» y hasta hoy sigue sin lograrse en su mayor parte y no se logrará sin una continua presión popular, mediante todos los medios de protesta pacífica -a la vanguardia de la cual están las protestas contra la ley que prohíbe protestas y partidos y contra las restricciones que obstaculizan la movilización pacífica democrática- para que los hijos de nuestra nación gocen su revolución en una sociedad en la cual abunden la libertad y la justicia social.
¡Viva Egipto como una nación de libertad, socialismo, y unidad!
Firmado el 1 de abril de 2011.
Fuente: http://www.tahrirdocuments.org/2011/04/the-people-want-the-fall-of-the-regime/#more-1195