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Dakota del Sur, Estados Unidos

El racismo, la violencia y la ignorancia

Fuentes: Rebelión - Imagen: Sepultura colectiva de los indígenas Lakota asesinados en la masacre de Wounded Knee Creek, 29 de diciembre de 1890

El cine nos ha mostrado la épica historia de supervivencia y construcción que los colonos blancos, descendientes de europeos, desarrollaron en las tierras del oeste norteamericano, asumidas como vírgenes e inexploradas. Hollywood ha hecho bien esa tarea. Una de sus películas -sin duda excelente-, “El Renacido”, muestra tal esfuerzo en el territorio de Dakota del Sur. Claro, lo hace con artimañas. El sufrimiento que allí vemos es el de los exploradores, de ahí su rudeza.

Dakota del Sur fue de los últimos territorios en ser explorados y ocupados por esos glorificados aventureros. También fue el lugar donde la matanza de sus originales pobladores adquirió mayor proporción –se estima unas 300 víctimas en Wounded Knee Creek, sólo en un día del año 1877, la mayoría mujeres y niños– y también el confinamiento de los sobrevivientes en campos de concentración. 

Esta historia no ha cambiado mucho con el tiempo. La Dakota de hoy está ocupada en un 80% por blancos, mayoritariamente rurales y descendientes de alemanes. Sus tierras, conformadas como enormes latifundios, están en manos de corporaciones poderosas, que se las alquilan a numerosísimos productores reales. Ellos han sido, por tradición, políticamente republicanos. Allí, Kristi Lynn Noem, su gobernadora y candidata a la vicepresidencia, como compañera de fórmula del gobernador de Florida Ron DeSantis, en un el foro de la “Asociación Nacional del Rifle” comentó, para dejar bien claro que es portadora orgullosa de los valores históricos de esa Dakota, sobre su nieta de dos años: «Quiero asegurarles que ya tiene una escopeta, ya tiene un rifle y también tiene un pequeño pony llamado ‘Sparkles’…«

Lo que esa gobernadora nos está mostrando, casi con candidez, son los tres valores culturales más significativos de la cultura estadounidense. Ellos son: 1º. El racismo, un valor cultural que adquirió sustento jurídico con su “sagrada” constitución. 2º. La violencia, también sacralizada, está presente en sus convicciones religiosas, “el destino manifiesto”; en las políticas, “la defensa de nuestros intereses”; en el deporte lo muestra su football de demolición y ese horror que llaman peleas de “contacto completo”; y hasta en los programas gourmet, allí usan nombres como “guerra de cuchillos” o “batalla de cocineros”. 3º. La ignorancia, es decir, el estado que engendra los dos esguinces anteriores. Su relevancia se debe al profundo vacío crítico que hay en el cerebro de ese pueblo. Eso no lo corrige Yale, Harvard o Princeton, todo lo contrario, ellas son instituciones doctrinarias que forman los cuadros que sustentan esos valores y convicciones.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.