La llegada a España de las Brigadas Internacionales en la guerra contra el fascismo trajo con sus hombres y mujeres la solidaridad de todo el mundo democrático. Su importancia en la memoria revolucionaria del mundo adquiere tintes de leyenda, pues su entrega, desde los participantes en las Olimpiadas Populares Antifascistas de Barcelona, hasta el día […]
La llegada a España de las Brigadas Internacionales en la guerra contra el fascismo trajo con sus hombres y mujeres la solidaridad de todo el mundo democrático. Su importancia en la memoria revolucionaria del mundo adquiere tintes de leyenda, pues su entrega, desde los participantes en las Olimpiadas Populares Antifascistas de Barcelona, hasta el día que Dolores Ibárruri les dedicó el discurso de agradecimiento en la despedida de la República Española, fue un ejemplo de solidaridad internacional con la causa más justa para la humanidad en su conjunto, la lucha antifascista.
El día 22 de febrero se va a llevar a cabo la Marcha en recuerdo de la batalla del Jarama, una de las más importantes de la guerra en la que intervinieron las Brigadas Internacionales. Estamos con Severiano Montero, representante de la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales.
Hace poco entrevistábamos aquí a un Brigadista Internacional, Manu Pineda, pero el punto de inflexión de las Brigadas fue en la guerra contra el fascismo en España. ¿Nos puedes contar su momento de arranque, su importancia a lo largo de la guerra, su significado después, y cómo se vive hoy?
El momento de arranque se produjo tras la sublevación militar del 18 de julio. Muchos ciudadanos y atletas europeos antifascistas que habían acudido a Barcelona para participar en las Olimpiadas Populares (respuesta a los JJOO amparados por Hitler en Berlín), se unieron al pueblo español en su reacción activa ante los golpistas y participaron en la desactivación del golpe en Barcelona y otras localidades. A medida que la guerra se fue consolidando, comenzaron a llegar durante los meses de verano algunos centenares de voluntarios que, como el poeta John Cornford, se fueron apuntando a alguna de las milicias existentes o formaron sus propias columnas: la alemana Thaelman, la francesa Comuna de París, las italianas Gastone Sozzi y Mateotti, etc. Todo esto era insuficiente. La República necesitaba armas para ganar, y también la formación de un ejército organizado que hiciera frente al bien organizado y armado ejército rebelde. Dada la actitud cobarde, o traidora, de las «democracias», plasmada en el pacto de no intervención, la República no tuvo otra alternativa, para resistir, que solicitar la ayuda de la Unión Soviética. Y esta vino en forma de armas que sirvieron para afrontar con cierto optimismo la segunda parte de la guerra, desde octubre del 36 hasta julio del 37. Junto con las armas, la Unión Soviética impulsó una campaña de solidaridad internacional con la República (solidaridad que ya se había iniciado anteriormente) dentro de la cual un punto importante fue la organización del envío de miles de voluntarios de todo el mundo, empresa que no hubiera podido hacerse sin una organización como la Internacional Comunista o Comintern.
La importancia de las BI fue muy grande en los primeros meses de su actuación: desde la defensa de Madrid en noviembre de 1936 hasta marzo de 1937, con la batalla de Guadalajara. Posteriormente fue menguando su importancia en la medida en que iban cayendo numerosos voluntarios y estas bajas no podían ser compensadas con nuevas aportaciones al existir las grandes dificultades impuestas por el Comité de no intervención desde febrero de 1937. Por otro lado, en la primavera de 1937 el Ejército Popular de la República, al que las BI habían inyectado un alto sentido de moral, organización y disciplina, ya se había configurado como un todo con potencial de crecimiento autónomo. Las BI se fueron cada vez más «españolizando» hasta el punto que en ellas el porcentaje de españoles, según Brigadas, oscilaba entre un 50 y un 80%. Pero su valor simbólico siguió siendo alto. Cuando en enero de 1938 Negrín planteó al general Rojo la posibilidad de repatriar a los internacionales, Rojo le contestó que, si bien el impacto material iba a ser reducido, sin embargo se perdería un referente de lucha y la moral podría quedar afectada.
En las décadas posteriores los brigadistas tuvieron avatares diferentes. En los países capitalistas fueron considerados «antifascistas prematuros» y con la guerra fría sufrieron los estragos de ser considerados compañeros de viaje del comunismo. Solo a partir de la década de los 80 y sobre todo de los 90 comenzó a revindicarse públicamente su aportación a la lucha por la democracia y contra el fascismo, lo que se plasmó en Memoriales, Jornadas de estudio, publicaciones, etc.
En los países socialistas hubo muchos brigadistas que fueron respetados e incluso se integraron en las élites dirigentes de esos estados (Yugoslavia, Alemania oriental, Polonia, Rumania y otros), pero hubo también momentos en que parte de ellos fueron perseguidos, como sucedió en Checoslovaquia con el caso de Artur London y sus compañeros o en la Unión Soviética con un grupo de participantes en la guerra de España.
¿Cuál es vuestra labor desde la Asociación?
Hoy en día, tras las grandes conmemoraciones vividas entre 1986 y 2006, en las que participaron centenares de brigadistas (unos 360 en Madrid 1996), el movimiento memorialista de las BI tiene que adaptarse al hecho biológico. Solo quedan entre seis y ocho voluntarios, los más jóvenes -Hans Landauer y Juan Miguel de Mora- con 94 años. Mantener vivo su recuerdo y su ejemplo es el reto que tenemos las diversas asociaciones de amigos de las BI que existen en el mundo. Algunas han creado estructuras muy sólidas gracias a su anclaje en el mundo académico, como es el caso de la británica (la IBMT, ligada a la Karl Marx Library y a la Universidad gracias al apoyo de Paul Preston y otros) y la norteamericana (la FFALB, ligada ALBA, los Archivos de la Br. Lincoln). En otros países tenemos estructuras que trabajan con voluntad, pero con pocos recursos materiales y humanos: la francesa ACER, la italiana AICVAS y la alemana KFSR. Existen otros grupos en otros países como Cuba, Dinamarca, Holanda, Suecia y Argentina, pero no han cuajado en formas organizativas con actividad consistente.
La AABI, creada en 1995, ha demostrado ser una buena herramienta en este combate contra el olvido y por la memoria de las luchas populares. Impulsó en su momento los grandes homenajes que se hicieron en 1996, 2001 y 2006 gracias a los cuales nuestros brigadistas sintieron el calor humano y el agradecimiento del pueblo republicano español. Fue importante. En 2011 tuvimos la oportunidad de organizar otro homenaje, ya con la sola presencia de cuatro brigadistas, que permitió marcar el punto de inflexión hacia la nueva etapa. Lo más importante fue sembrar la semilla del recuerdo presencial de las BI con la instalación del monumento en el centro de la Ciudad Universitaria. Ahora queda insistir en el trabajo por la profundización en el estudio de aquella formidable y única experiencia histórica y humana y en la difusión de la misma. ¿Cómo? Promoviendo estudios, enriqueciendo el Archivo de las BI que existe en Albacete, publicando libros o artículos, apoyando las iniciativas de cuantos quieren aportar algo, realizando actos conmemorativos… Todo esto podría hacerse mejor y a mayor escala si hubiese más apoyo de las organizaciones de izquierda y si hubiera más voluntarios que se sumen al grupo de los que trabajamos en la AABI.
Nuestras relaciones con los brigadistas fueron muy estrechas desde 1995. Ellos vieron en la AABI la máxima representante de sus valores en España; una buena parte de ellos donaron sus documentos para formar el Archivo de las BI en Albacete. Hoy en día seguimos manteniendo relaciones con los pocos que quedan. Unos vienen por aquí, como los hermanos Almudéver, que estuvieron en la anterior marcha del Jarama, o Juan Miguel de Mora, que pasó por Madrid en enero y ha prometido volver, seguramente este año. Estamos apoyando a Cesar Covo a obener la nacionalidad española y a publicar en español sus memorias de la guerra… Hans Landauer y Gert Hoffman, austriaco, están en nuestro corazón…
Ahora, en febrero, el día 22, se va a llevar a cabo la 7ª Marcha memorial de Jarama, ¿qué supuso en aquel momento la batalla del Jarama y cómo cambio el signo de la guerra?
La batalla del Jarama supuso el penúltimo intento de Franco y sus asesores alemanes por tomar Madrid. Lanzaron una ofensiva que pensaban coronar en tres días: el 1º hasta la línea del Jarama, el 2º hasta la línea Arganda-Morata-Perales de Tajuña, y el 3º hasta llegar a la altura de Alcalá de Henares, cortando así las comunicaciones con el este y Guadalajara. Madrid habría quedado casi totalmente cercado. No lo consiguieron debido a la resistencia heroica de las unidades republicanas en los primeros días de la batalla (6-10 de febrero). A partir del día 11 las tropas fascistas cruzaron el Jarama. Fueron detenidos en las colinas de Arganda y Morata por una serie de unidades entre las cuales cabe destacar a la XI, la XII y la XV BI, a las cuales se sumó algo más tarde la XIV BI. Su papel en la contención del ataque fue decisivo (más decisivo que en la defensa de Madrid), pero quedaron tan destrozados que cuando el mando de la Defensa de Madrid, Miaja, organizó la contraofensiva republicana contó principalmente, no solo, con unidades españolas, sobre todo con las divisiones de Líster y Modesto.
La victoria defensiva del Jarama elevó la moral del incipiente EPR que en enero acababa de estrenar las unidades tipo división y caminaba hacia un estado de madurez joven, prematura, que se plasmó en el verano de 1937. Esta batalla y la victoria de Guadalajara pudieron ser un elemento importante en el camino hacia la victoria, pero numerosos imponderables, -entre otros los conflictos internos en el lado republicano, la aminoración de la ayuda soviética desde julio de 1937 y la consolidación de la ayuda fascista en esos meses- frustraron estas perspectivas.
¿Por qué se dedica esta 7ª Marcha a la XII Brigada Internacional?
Los homenajes a los combatientes del Jarama por la democracia se iniciaron en 2003 y en los primeros años, teniendo en cuenta que se organizaron en torno a la figura de Bob Doyle, se hicieron en la Colina del Suicidio, en el ámbito de la XV BI. El año 2011 hicimos la ruta de la XI BI y el 2013 la ruta de la XIV BI. Solo faltaba cubrir el hueco de la XII BI, compromiso que adquirimos con nuestros compañeros italianos en 2011, cuando vinieron a celebrar el 75 aniversario de la victoria de Guadalajara.
¿Qué se va a hacer el día 22, de dónde parte, hasta dónde llega, qué se va a hacer por el camino, qué se quiere hacer llegar a la izquierda y al pueblo trabajador en general?
Este año la marcha consta de dos tramos: el primero parte del memorial de Charlie Donnelly, en el parque de Miralrío de Rivas Vaciamadrid, pasa por el histórico puente metálico del Jarama y termina en la barriada del puente; es el tramo garibaldino. El 2º tramo parte de la cafetería de El Alto, enfrente de la fábrica de cemento (de donde salió la marcha el pasado año) y se irá hacia las colinas de Pajares, donde combatió el batallón franco-belga André Marty; desde allí se visualizarán bien las colinas defendidas por los polacos del Dombrowski. La marcha confluye en un homenaje en el gran monumento a las BI de Martín Chirino en Morata y una comida de hermandad en el Mesón el Cid.
El mensaje: recordar a los luchadores por la libertad y utilizar este recuerdo como palanca de lucha. En un país tan aséptico y desmovilizado como éste se necesitan referentes enérgicos. Los hay en el mundo actual, no cabe duda, pero conviene no olvidarse de los que nos precedieron, sobre todo si su ejemplo es suficientemente aleccionador, como es el caso de aquellos internacionales. Lo bueno que tiene esta marcha es que está concitando el seguimiento de cada vez más amigos de fuera: vendrán un centenar de irlandeses y británicos y representantes de Italia, Francia, Alemania y otros países. La marcha del Jarama es, como la batalla, un homenaje internacionalista a los que lucharon y murieron por los ideales democráticos (los de verdad, no los de pacotilla) y socialistas (idem).
Ha fallecido Pete Seeger, músico solidario con el antifranquismo y amigo del las Brigadas que difundió, entre otras canciones, la que canta la batalla del Jarama, ¿habíais tenido relación con él?, ¿no crees que se le debía recordar junto a los Brigadistas el día 22 de febrero?
Claro, le recordaremos y cantaremos con él el Jarama Valley. Es otro ejemplo de luchador por un mundo mejor que no se dejó pringar por la migajas con las que el capitalismo tienta y corrompe a los que le pueden hacer algún daño. Se identificó con las Brigadas Internacionales y popularizó sus valores. Es lo que tenemos que hacer ahora.
Muchas gracias por tus palabras; nos veremos en la 7ª Marcha memorial del Jarama.
Ramón Pedregal Casanova es autor de «Dietario de crisis», (en Libros libres, de rebelion.org) y de «Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios», edita Fundación Domingo Malagón.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.