El delirio inculto de Trump en el orden internacional no perturba de ninguna manera a los aliados de Estados Unidos que «siempre tienen la razón» frente a Rusia, China y la mayoría de los pueblos del Sur. Los conservadores ingleses cuya primer ministro se enreda con el Brexit, los macronistes franceses, neo-bonapartistas de a pie […]
El delirio inculto de Trump en el orden internacional no perturba de ninguna manera a los aliados de Estados Unidos que «siempre tienen la razón» frente a Rusia, China y la mayoría de los pueblos del Sur. Los conservadores ingleses cuya primer ministro se enreda con el Brexit, los macronistes franceses, neo-bonapartistas de a pie en el orden interno pero serviciales de los estadounidenses en política exterior, han prestado su ayuda a la intervención militar de EE.UU. en Siria. ¿Hay algo más lógico que bombardear para proteger a los civiles? ¿Qué es más coherente que violar el derecho internacional para garantizar su respeto?
Los intereses occidentales no soportan ser aislados en ninguna parte: ¡Rusia es imperdonable por no tener necesidad de recursos euramericanos para poder renacer y por haber resuelto la cuestión de Daesh en Siria sin los occidentales!
A pesar de su yuan y sus deudas, no pueden soportar a China: ¿cómo se atreve a rivalizar con la primera potencia mundial, bendecida por sus iglesias evangélicas y sus valores «universales»?
En Siria, como en cualquier otro lugar, se niega que el mundo pueda cambiar: solo Occidente es «democrático», solo él defiende la Civilización, la Única, es decir ¡la suya! ¿Qué es más «natural»? Han pasado casi 400 años desde que ejerce su hegemonía en todo el planeta, creyéndose capaz de cualquier cosa, desde la colonización de ayer hasta las injerencias de hoy.
En buena medida, Euramérica se presenta a su propia opinión como una víctima amenazada en su propia existencia: a pesar del dólar y el euro que regulan el comercio mundial, y su capacidad para explotar la mayoría de las economías nacionales, se queja de la competencia «desleal» de las potencias emergentes al tiempo que hace de la competencia (por supuesto falseada) su principio fundamental de acción.
A pesar del poderío militar de Estados Unidos (gracias a un presupuesto 10 veces mayor que el de Rusia), Occidente se considera a la defensiva frente a la «agresión» rusa, así como el ejército de ocupación israelí ¡se considera agredido por unos palestinos «armados» con piedras!
El cinismo más lamentable es la invocación por el Ministro de Defensa francés, tras el bombardeo de Siria el 14 de abril de 2018, del derecho internacional.
Claro, la filantropía francesa no tiene límites: en el nombre de la humanidad hay que castigar a los villanos sirios, ¡esos monstruos entre los monstruos! Qué importan los daños masivos durante décadas por las múltiples intervenciones armadas en Afganistán, Irak, Libia, Yemen, por ejemplo, y los asesinatos en masa en el África subsahariana que no conmueven a nadie: toda la maldad se origina en la siniestra alianza ruso-siria. La estrecha relación entre los salafistas, los Hermanos Musulmanes y Occidente no son nada; la destrucción de la mayoría de los países de Medio Oriente no tiene la menor importancia … ¡El Bien está definitivamente del lado estadounidense!
¡Qué importa que se sancione antes de negociar, que se castigue antes de la prueba, a pesar de la sacrosanta «presunción de inocencia» invocada en beneficio de todos los ladrones con licencia de Europa y Estados Unidos!
En Siria, efectivamente, la Comisión Internacional de Investigación sobre el posible uso de gas tóxico no ha tenido tiempo para llegar al lugar: ¡los misiles occidentales se lanzaron antes! Era más seguro. ¡El ridículo no mata a los poderosos!
Un cierto gusto por la violencia y la represión sigue aumentando en los oligarcas occidentales y sus servidores políticos. Estas oligarquías están explotando las crisis de otros para tratar de borrar sus propias dificultades.
La extrema mediocridad de las élites en el poder (¡cuando no es la vulgaridad primitiva de Trump!), al amparo de una personalización solamente denunciada en los otros, con el apoyo delirante de unos cortesanos medios de comunicación, han conducido a una creciente confusión de la opinión pública, alimentada por una pseudo-democracia de la cháchara incesante y del espectáculo infantil de unos dirigentes en estado de agitación crónica!
Qué importa: los occidentales han perdido la guerra en Siria; la deuda masiva de Iraq bajo el pretexto de que el FMI prepara mañanas desilusionados; el pueblo libio no permanecerá fragmentado por siempre; ¡los africanos no serán siempre sumisos!
En cuanto a los ciudadanos de Occidente, a pesar de los tiempos muertos, a lo largo de la historia ¡han sabido derrocar a quienes les saqueaban mientras trataban de atontarlos!
Fuente: https://www.investigaction.net/es/ataques-a-siria-el-ridiculo-no-mata-a-los-poderosos/