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Entrevista a Joan Botella, presidente de Federalistes d’Esquerres (y II)

«El rol de la ciudadanía es movilizarse, organizarse y participar en el proceso de toma de decisión»

Fuentes: El Viejo Topo

Joan Botella, catedrático de Ciencia Política en la UAB, ha sido nombrado recientemente presidente de Federalistes d’Esquerres. *** Nos habíamos quedado en este punto. ¿Estaríais a favor de una consulta entre la ciudadanía catalana? ¿Qué tipo de consulta? Richard Dawkins, el biólogo ateo británico, declaró hace poco que estaba indignado por la convocatoria del referéndum […]

Joan Botella, catedrático de Ciencia Política en la UAB, ha sido nombrado recientemente presidente de Federalistes d’Esquerres.

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Nos habíamos quedado en este punto. ¿Estaríais a favor de una consulta entre la ciudadanía catalana? ¿Qué tipo de consulta?

Richard Dawkins, el biólogo ateo británico, declaró hace poco que estaba indignado por la convocatoria del referéndum sobre el Brexit: ¿por qué, decía, le hacen una pregunta tan compleja a un ignorante como yo? El rol de la ciudadanía es movilizarse, organizarse y participar en el proceso de toma de decisión. Y ello significa, en general, un referéndum al final del proceso, para confirmar o rechazar la propuesta a que hayan llegado las instituciones. Hacerle una sola pregunta a los ciudadanos, para saber qué piensan, es inevitablemente restrictivo.

¿Por qué crees que es tan importante el movimiento secesionista en Cataluña en estos momentos? ¿Por qué han surgido tantos independentistas en estos últimos años?

Dos respuestas: en primer lugar, la sentencia del TC contra el Estatuto del 2006, que es simplemente insultante, y que hirió gravemente a mucha gente; en segundo lugar, el interés partidista del gobierno Mas, el mas austericida de España, que encontró ahí un refugio para evadir responsabilidades: poner a Romeva de número uno de la lista, mientras el presidente saliente se ocultaba en el número 4.

En cambio, no me parece que la crisis económica o la llegada de nuevas generaciones hayan tenido un gran peso. Sabemos por encuestas que el apoyo a la independencia crece con el el nivel de renta, y que no tiene ninguna relación clara con la edad de las personas.

¿Te leo bien si interpreto que estás diciendo que a mayores niveles de renta, a mayor riqueza por decirlo mal y un poco rápido, es mayor el apoyo al secesionismo? ¿No refutaría esa correlación el apoyo popular a las CUP?

El Baròmetre d’Opinió Püblica del CEO del verano de 2015 (justo antes del 27/S) preguntaba a los encuestados por sus niveles de renta (no por la cuantía exacta, sino por un cierto escalón de ingresos, «entre tal cantidad y tal otra»). Es el modo profesionalmente correcto de preguntar por los ingresos de los encuestados. Pues bien, hay una tendencia clara de crecimiento del apoyo a la independencia con el aumento de los ingresos declarados. Atención: esto no significa ni que el 100% de los más ricos sean independentistas, ni que todos los pobres estén en contra. Y estas excepciones, justamente, explican la situación de los votantes de la CUP o, por el otro extremo, del PP. Junto al nivel de ingresos, por si os interesa, la otra variable fuertemente correlacionada es el nivel de estudios: cuanto más alto, más apoyo a la independencia

Tienes razón en lo del PP, se me ha pasado, y desconocía el asunto del nivel de estudios. ¿Existen condiciones que permitan generar una cultura federalista? Aquí, salvo error por mi parte, todo se lee o interpreta el clave nacionalista. O con nosotros, dicen, o con los otros. No hay más.

Ese es el argumento preferido de los nacionalistas, y por esto nos atacan los nacionalistas de ambos lados. En la sociedad catalana, e incluso en la sociedad española en su conjunto, la mayoría de la opinión pública apoya cambios que mantengan o aumenten el actual nivel de poderes y responsabilidades de las comunidades autónomas. Esto generaría perdedores (los núcleos caciquiles, la burocracia antigua, los empresarios subvencionados del «palco del Bernabeu», etc.), y estos son los que están dibujando un círculo de silencio alrededor de las propuestas federales.

¿Las opciones independentistas ganaron las elecciones del 27S? ¿Están legitimados democráticamente JxS y la CUP para seguir la hoja de ruta que supuestamente están siguiendo?

JxS ganó las elecciones, y la ley electoral (para cuyo mantenimiento se conjuraron CiU y ERC) les aumentó el resultado, pero ni aun así alcanzaron la mayoría absoluta. Junto con la CUP, alcanzaron el 47% de los votos. En el Brexit, con un resultado mayor, el primer ministro Cameron dimitió. Y es muy dudoso que los votos de la Cup se puedan sumar a los de JxS…

Me voy un poco del tema-monotema. ¿Qué impresión tienes de los resultados del 26J? ¿España, como afirman los nacionalistas (aunque ellos hablen de Madrid o del «Estado español»), no tiene arreglo?

El excesivo consenso de las encuestas había generado unas expectativas exageradas, y ahora, en cambio, se incurre en el error inverso, en una lectura muy negativa de los resultados. Os propongo un ejercicio: olvidar diciembre, y comparar los resultados de ahora con los de 2011: el PP se estrella (pierde un tercio de sus votos, y cincuenta diputados), dos partidos nuevos entran con mucha fuerza en las Cortes, el PSOE sobrevive difícilmente, CDC fracasa en Cataluña, en Euskadi el PNV pierde el primer lugar … ¿Pesimismo? ¡¡Ni hablar!!

Un excelente experimento mental, de los que gustaban a Einstein y a Francisco Fernández Buey.. ¿Qué opinión tienes de la UE que se está construyendo? ¿Se puede reformar desde dentro?

En 2004, las fuerzas más conservadoras consiguieron un control completo de las instituciones comunitarias, que ha dado lugar a políticas simplemente odiosas: la vergüenza del trato a los refugiados sirios y africanos, o la aceptación de las cláusulas innobles de la negociación del TTIP son solo dos ejemplos.

Pero la única alternativa a la UE, como muestra el Brexit, viene del lado del nacionalismo xenófobo, racista y con ribetes violentos. Sea cuál sea el nivel de la crítica a las políticas comunitarias (que ha de ser dura), la única alternativa es más y mejor Europa, el único ámbito en que podemos generar libertad, democracia, políticas de igualdad y de solidaridad internacional, preocupación por el medio ambiente, etc. La extrema derecha tiene todas estas razones para ser anti-europeísta.

Tú eres también desde hace muchos años profesor de Universidad. ¿Hay un asedio completo y con todas las armas contra la Universidad pública?

¡¡¡Y por tierra, mar y aire!!! Y no solo aquí, sino en muchos países, empezando por EE.UU. A veces pienso en que los universitarios somos vistos como unos tipos peligrosos. Con tiempo libre, con un medio muy favorable, con una paga modesta pero digna, y con el escudo constitucional de la «libertad de cátedra» (que significa libertad de expresión), podemos investigar y afirmar lo que queramos, aunque al gobierno de turno no le guste. Y de ahí a que los gobiernos opinen que somos un peligro y que hay que marcarnos de cerca, hay solo un paso…

En los últimos años, junto a los sangrientos recortes que hemos padecido (más graves en Cataluña que en ningún otro territorio español), ha habido el claro proyecto de recargar a las universidades con una inmensa carga burocrática de informes, comisiones, acreditaciones y mil y una cosas más, que obligan a reunirse durante horas y rellenar papel, sin ningún resultado tangible. Hacernos perder tiempo («el bien más preciado», como dice la vieja canción revolucionaria), para evitar que esas cabezas piensen (lo que dijo de Gramsci el fiscal del juicio en que fue condenado).

Gracias por la referencia. ¿Está actualmente la Universidad al servicio y alcance de toda la ciudadanía?

Hablando de nuestro país, yo creo que en general, y con contradicciones y con algunas excepciones, sí. Lo que ocurre es que la ciudadanía pide diversas cosas a la vez (que entretengamos a los jóvenes; que les formemos; que les ayudemos a encontrar buenos empleos; que investiguemos; etc.), y no son fácilmente compatibles. Un problema de este tipo requiere que alguien establezca un orden de prioridades; y aquí es donde el entorpecimiento por parte de las administraciones es a la vez demasiado fuerte y demasiado improductivo.

¿No hay, conjeturo, demasiada influencia empresarial en la Universidad actual, no hablo solo de las españolas?

Transformar el servicio público universitario en bienes de mercado puede generar negocios fabulosos, porque la ciudadanía está convencida de que la formación superior es un bien indispensable, por el que están dispuestos a pagar alto precio. El grado de endeudamiento de los estudiantes americanos o británicos es una demostración dramática de esto.

Lo curioso de nuestro caso es que, por una parte, las universidades privadas son (con muy contadas excepciones) muy malas; de manera que si alguna empresa necesita algún servicio universitario de calidad, ha de venir a las públicas; y las necesidades financieras de las públicas llevan a veces a bajar la guardia ante las pretensiones del mundo empresarial. Pero por otra parte es frustrante ver como el mundo empresarial raramente aspira a establecer una relación ambiciosa y a largo plazo con alguna universidad: quieren que se les resuelva alguna dificultad concreta y a corto plazo, que se les preste un servicio de consultoría.

¿Quieres añadir algo más?

Es un honor ser entrevistado para El Viejo Topo: mi primer papel intelectual un poco serio fue una entrevista con Maria Antonietta Macciocchi que se publicó a finales de 1977 en la revista; ¡y me siento muy bien aquí!

El honor es nuestro. Aunque te pueda chocar un poco yo fui uno de los jóvenes lectores de la revista que reparó y leyó la entrevista a la que acabas de hacer referencia.

Fuente: El Viejo Topo.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.