La alcaldesa de París acaba de mojarse la barriga en las aguas del Sena y como consecuencia tuvo una idea fantástica pensando en el hambre electoralista y para tener contento al lobby sionista más importante de Europa, ha declarado al Estado sionista (Tel Aviv) invitado de honor a la Playa de París 2015. Días después […]
La alcaldesa de París acaba de mojarse la barriga en las aguas del Sena y como consecuencia tuvo una idea fantástica pensando en el hambre electoralista y para tener contento al lobby sionista más importante de Europa, ha declarado al Estado sionista (Tel Aviv) invitado de honor a la Playa de París 2015. Días después de la muerte de un niño palestino quemado vivo en su casa, incendiada por una banda de fanáticos judíos, la iniciativa de Anne Hidalgo ha caído como una jarra de agua fría en el corazón de París.
Con esa medida, la alcaldesa Anne Hidalgo pega el tiro de gracia a la política de neutralidad que Francia (hipócritamente) mantiene respecto a la situación de la ocupación de Palestina. Un tiro que le salió por la culata y le dejó la cara negra como el carbón que los Reyes Magos le van a traer, por comportarse mal y costarle al Estado francés, aparte del desprestigio internacional, porque la sangre de los inocentes de Gaza no se había secado todavía ni el olor a cuerpos quemados de la familia Dawabsheh se había disipado, aparte, le ha costado una cantidad de dinero asignando a más de 500 policías, de tierra, agua y aire para controlar la fiesta de inauguración que los activistas pro DDHH le aguaron.
Así es, la fiesta cambió de signo y de nombre, de signo porque en vez de ser para la gloria del sionismo, fue condena al mismo y de nombre porque el nombre de Gaza sonaba más que el de Tel Aviv. La alcaldesa creía que jugaba en campo amistoso, cuando de repente el público se presentaba hostil y reivindicativo, dos cosas que a los políticos les ponen de los nervios, así que sin dudarlo mandó a sus fuerzas policiacas para proteger su «playa Tel Aviv» de los manifestantes, que se presentaban con todo tipo de pancartas con Gaza escrita en letras grandes, enarbolando la bandera palestina, la única con legitimidad moral para ser izada al otro lado del Sena y no la del ocupante.
Al otro lado del Sena al igual que al otro lado del Muro: palestinos, defensores de los DDHH, activistas del BDS… etc. día a día van poniendo al sionismo y sus secuaces en su sitio, a veces dejándoles ahogarse en sus propias aguas fecales y otras poniéndoles contra la pared de la gran vergüenza humana, jamás antes consentida. Hoy la conciencia y el trabajo de mucha gente de bien está cosechando éxitos en lo que vienen a denominarse acciones pro derechos del pueblo palestino y en solidaridad con el mismo. El acto del Sena y la cancelación por parte de Rototom (festival de Benicasim-España) de la actuación del rapero sionista Matisyahu, por negar la existencia de Palestina, son los últimos logros que suenan a poco para algunos y a muchos para muchos de nosotros que conocemos las dificultades en esta lucha desigual.
La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, va a tener que pensárselo dos veces antes de apostar por el Apartheid, la represión y la ocupación. Le aconsejamos que hable con sus conciudadanos franceses sobre la ocupación Nazi de París, ya que ella es nacida en Cádiz-España, y tal vez no ha estudiado o no ha escuchado la historia de cuando París ardió bajo la ocupación de las botas de la potencia ocupante nazi. O que se lleve estos libros de historia para leerlos este verano en Cádiz donde veranea y comentárselo a algún amigo político español, tal vez le recuerde también que los franceses de Napoleón ocuparon España, o tal vez se encuentre con algún argelino y le comente sobre los 130 años de ocupación de la tierra de mis antepasados, Argelia. Tal vez con la claridad del sol del sur de España, se le aclare la situación y deje de apostar por el caballo perdedor llamado sionismo.
Como ayer Sudáfrica, hoy Palestina, lucha por su libertad y contra el Apartheid, lucha por dignidad como pueblo de bien que en su día acogió a nuestros hermanos judíos, para cobijarlos y protegerlos de la ira racista que recorría Europa. El pueblo palestino merece ser escuchado y atendidas sus aspiraciones legítimas.
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