Traducido del inglés para Rebelión por J. M.
El bloqueo, que ya lleva 25 años, ha reducido y enterrado los planes y los sueños de los habitantes de Gaza. Cosas tan sencillas como ir al extranjero para continuar la formación médica o tomar parte en una actividad festiva en Cisjordania son como ir a la luna.
Un palestino cuya casa fue destruida en los ataques contra Gaza en 2014 protesta contra la prohibición de las importaciones privadas de cemento frente a la sede del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas en la ciudad de Gaza, 20 de abril de 2016 (Mohammed Abed, AFP)
Al otro lado de los túneles están las habilidades y capacidades de los palestinos de la Franja de Gaza. Dejando a un lado los fines militares de este desarrollo subterráneo solo podemos admirar el ingenio, la energía, la audacia, la inventiva y la capacidad de aprendizaje de los diseñadores y excavadores. El talento invertido -mejor digamos desperdiciado- en estos túneles, en los delirios militares de una sociedad en estado de sitio, es solo un recordatorio de lo que no se reconoce o no se expresa. Antes de que los destruyeran los túneles de mercancías de Rafah, entre Gaza y Egipto, desviaban gran parte de las habilidades y la energía que ahora se reflejan en el laberinto de madrigueras de ataque o de defensa.
Si no fuera por los túneles y cohetes la Franja de Gaza nunca se mencionaría en los medios de comunicación israelíes. Desde nuestro punto de vista casi se cae al mar con sus casi dos millones de habitantes. Incluso si no reconocemos abiertamente las habilidades de Gaza detrás de los túneles, ellos son los únicos beneficiarios de la publicidad gratuita de la máquina israelí para generar pánico que oculta las verdaderas causas de preocupación. De vez en cuando Gaza aparece en nuestros medios de comunicación como una comunidad silenciosa o inarticulada con casos que necesitan asistencia de la generosidad del mundo y la amabilidad del Coordinador de Actividades Gubernamentales en los Territorios (que rescata leones enfermos del zoológico de Gaza y facilita su traslado a Tulkarem, Cisjordania).
El ejército israelí estuvo fue lento para reconocer la amenaza de los túneles, escribe Amir Oren, debido a «una cultura personal y organizativa de emborracharse con los éxitos sin planificar simultáneamente para el próximo movimiento del enemigo». Los carceleros israelíes, es decir, los comandantes y políticos de alto nivel, son víctimas de las condiciones de reclusión que ellos mismos crearon. Restringieron a un mínimo el espacio de vida y el rango de movimiento y desarrollo de los habitantes de Gaza y luego llegaron a la conclusión de que no lo pueden manejar y que no necesitan espacio, ni sueños, ni planes ni reconocimiento.
Los carceleros del ejército de Israel… reducen a los palestinos a las dimensiones físicas de su jaula.
Los carceleros del ejército israelí y el ministerio de Defensa reducen a los palestinos a las dimensiones físicas de la jaula a la que los destinaron. Los conocen solo por las filas de la asistencia social o de las salas de interrogatorios y torturas, que se llevan a cabo en condiciones de extrema humillación e inferioridad. En resumen, los carceleros solo son capaces de faltar el respeto a los palestinos. Su humanidad no es un factor que consideren.
Al igual que cualquier sociedad, la Franja de Gaza está llena de habilidades y capacidades en todas las áreas, junto con el deseo de desarrollarlos.
Los diplomáticos y cooperantes a los que se permite entrar en Gaza por la fuerza de sus posiciones en organismos de ayuda siempre se maravillan de la energía y el talento (y el humor) que encuentran. Pero las condiciones de encarcelamiento en masa no solo ocultan esas capacidades, también las limitan y erosionan.
Una gran parte de la energía y destreza personal, familiar y de tiempo de ocio se pierden en acciones diarias que deberían ser simples (encendido de luces, beber, usar una computadora, hacer la tarea). Nada es simple en Gaza, ya sea a causa de las restricciones israelíes al ingreso de materias primas y materiales de construcción o debido al conflicto entre Fatah y Hamás (que afecta al suministro de energía eléctrica, por ejemplo). Otra gran parte de la energía la desperdicia una pequeña cantidad de habitantes que tiene alguna esperanza de haber recibido la autorización del jefe de la cárcel, Israel, a la espera de un permiso para salir de la Franja de Gaza.
Un bloqueo de 25 años ha reducido, encogido y enterrado los planes, iniciativas y los sueños de los habitantes de Gaza. Algo tan sencillo como ir al extranjero para continuar la formación médica o tomar parte en una actividad alegre como el festival de un coro de niños en la ciudad cisjordana de Bir Zeit, es como ir a la luna. Los habitantes de Gaza no tienen aspiraciones y tampoco hacen planes para no sentirse decepcionados después. ¿Es de extrañar, entonces, que muchos traten de emigrar y otros ya lo hayan hecho? ¿O que algunos sean felices o se vean forzados a poner sus habilidades al servicio del único acto colectivo posible de desafío, los túneles?
Fuente: http://www.haaretz.com/opinion/.premium-1.716568
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de mencionar a la autora, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.