Traducido para Rebelión por Paloma Valverde
Un estado palestino en una pequeña parte de Palestina no es la solución al problema palestino. Es en realidad una promesa de la ocupación palestina por el sionismo imperialista occidental. Es la legalización de los esquemas sionistas e imperialistas contra la Nación árabe. No se debe confiar en los derrotistas que están detrás de los intentos por encontrar una solución tal, que de ninguna de las maneras representan al pueblo palestino. Los palestinos no luchan en vano contra una entidad extranjera. La completa liberación de Palestina es el objetivo y consideran que un mini estado no posee los requisitos para ser independiente y libre. El mini estado negará los derechos históricos del pueblo palestino respecto a su histórico territorio. Obligará a todo el área de la Nación árabe a cambiar su esencia y convertirse en naciones de Oriente Medio fragmentadas y divididas, débiles y bajo permanente ocupación extranjera. La lucha por la liberación debe seguir basada en la Constitución nacional palestina que los derrotistas aceptaron sin convicción. Nuestro pueblo cree verdaderamente que cuanto más luchemos y cuanto más nos sacrifiquemos más cerca estará el logro de la liberación de Palestina y más cerca el retorno de los refugiados y expulsados de su propia tierra en 1948.
La «democratización» de Palestina mediante la elección de un nuevo presidente y un gobierno bajo un régimen de ocupación no es legítimo, especialmente cuando el proceso ignora a millones de palestinos que viven en campos de refugiados fuera de Palestina y a los palestinos diseminados por el mundo en un obligado exilio. Estas elecciones son un intento de eliminar aún más a los palestinos y privarles de su derecho a continuar la lucha por la liberación de su tierra y establecerse en su propio territorio histórico que abarca desde el Mediterráneo hasta el río Jordán.
Una solución revolucionaria al problema de Palestina se puso en marcha hace décadas cuando los palestinos recurrieron a la lucha armada para rescatar Palestina y preservar su carácter árabe. Nuestro pueblo adoptó esta solución y miles sacrificaron sus vidas y regaron nuestro suelo con sangre para cumplir con esta noble causa. La Nación árabe sabe muy bien que los gobiernos árabes no están interesados seguir el camino revolucionario porque la liberación de Palestina significa el final de su gobierno y el final de sus regímenes [que serán] reemplazados por una Nación árabe unida con un estado que abarque a los millones de árabes y que se extienda desde Iraq y el Golfo pérsico hasta el Océano Atlántico, desde Marruecos a Mauritania. Por supuesto que la solución revolucionaria no gusta a los poderes imperialistas ni sionistas que quieren la división de los árabes: divididos y débiles bajo su dominio.
Los derrotistas de la Autoridad Palestina (AP) que apenas aprobaron la Carta Magna palestina forman parte del proceso sionista estadounidense y no están interesados en seguir el camino revolucionario, prefieren ser parte del «Nuevo Oriente Medio» en el que la entidad sionista es aceptada como el poder colonial dominante que representa los intereses imperialistas estadounidenses en la zona.
La era Arafat debe dejarse atrás, no [se debe] permitir su continuación; está basada en falsas promesas que llevan a la completa rendición de Palestina. Oslo, Madrid y otros acuerdos al gusto de la entidad sionista legitiman la ocupación sionista y nos deja como una «nación» dispersa. Necesitamos dirigentes que hayan nacido fuera de la lucha revolucionaria y que deseen y sean capaces de llevar la lucha hasta el final. Necesitamos dirigentes que se dediquen a la causa, que crean que la Palestina que está entre el Mediterráneo y el río Jordán será libre y árabe para siempre.
La causa palestina hoy se enfrenta al ultimo acto en el cual se pondrán sobre el tapete los proyectos para la liquidación diseñada por el imperialismo, el sionismo y las alianzas reaccionarias. Por esta razón, el imperialismo sionista de Estados Unidos (EEUU) llega con la idea de elecciones «democráticas» en Palestina y en Iraq. La vil alianza entre el imperialista de EEUU y el sionismo está camuflando las agresiones y hostilidades con esta nueva cara de «democracia» bajo la amenaza de las pistolas para elegir a los hombres que les representarán tanto en Palestina como en Iraq. Los candidatos son la elección de Washington y de Tel Aviv bajo su control y dominio y están dispuestos a sabotear los éxitos que la resistencia en Palestina y en Iraq están logrando. La elección de Allawi en Iraq y de Abu Mazen en Palestina es necesaria para culminar los esquemas imperialistas en la zona árabe.
EEUU declaró que llevará a Bagdad más de 35.000 soldados para forzar la elección de sus candidatos contra el deseo del pueblo iraquí. Pero la resistencia iraquí está mostrando más fuerza y obteniendo más apoyo popular. Las operaciones de liberación por todo el territorio iraquí son más numerosas y más efectivas que nunca. La resistencia, en Palestina y en Iraq, está determinada a ganar la guerra de liberación. El imperialismo y el sionismo serán derrotados a las puertas de Jerusalén y de Bagdad. La victoria se producirá antes de lo que creemos. El pueblo árabe rechazará a los gobernantes que obedecieron y se rindieron al sionismo y al imperialismo. La liberación y la unificación de la Nación árabe se logrará.
Enero 6, 2004
www.al-moharer.net/mohhtm/iebeid208.htm