Traducido por Globalizate
La mayor parte de los arrecifes coralinos del mundo están en peligro de desaparecer por el incremento de los niveles de gases tipo invernadero, advirtieron ayer varios científicos. Investigadores de Gran Bretaña, Estados Unidos y Australia, que trabajan con equipos de la ONU y el Banco Mundial, expresaron su preocupación después de que un estudio revelara que en el año 2050 el 98% de los arrecifes del mundo pueden ser demasiado ácidos para que los corales sigan creciendo.
La pérdida de los grandes arrecifes coralinos tendría un efecto devastador sobre numerosas comunidades, muchas de las cuales basan su existencia en los peces y otros tipos de vida marina que tienen su refugio en los arrecifes. Dejarían litorales sin protección contra la fuerza de las tormentas y dañarían los ingresos, a veces decisivos, procedentes del turismo. Una de las primeras víctimas de la acidificación de los océanos sería el gran arrecife barrera coralino de Australia, la más grande de las estructuras orgánicas del mundo.
Los océanos absorben aproximadamente una tercera parte de los 20.000 millones de toneladas de dióxido de carbono producidas cada año por la actividad humana. Aunque esto ayuda a ralentizar el calentamiento global, al quitar gas de la atmósfera, en el agua del mar se disuelve para formar ácido carbónico, cuyo nivel, al elevarse, es la causa de la disolución de los carbonatos. Uno de estos minerales, la aragonita, es utilizado por los corales y otros organismos marinos para el crecimiento de esqueleto. Este mineral es particularmente susceptible al ácido carbónico. Sin él, los corales se vuelven quebradizos y son incapaces de crecer y de reparar los daños causados por los peces, otros animales y la erosión natural.
Los científicos utilizaron simulaciones informáticas para modelizar niveles de aragonita en los océanos del mundo desde épocas preindustriales, cuando los niveles atmosféricos de dióxido de carbono eran de 280 partes por millón. Los niveles actuales de dióxido de carbono son de 380 partes por millón (ppm), pero los científicos esperan que esa cifra suba sustancialmente a finales de siglo.
El equipo examinó tres escenarios basados en las predicciones de emisiones de gases de efecto invernadero hechas por el Intergovernmental Panel on Climate Change de la ONU. El primero supone que el dióxido de carbono atmosférico se mantiene en los niveles actuales, lo que conduce a un incremento de temperatura de un grado a finales de siglo. En este escenario queda suficiente aragonita en los océanos para que los corales sigan creciendo.
El segundo escenario examina el efecto de niveles de dióxido de carbono de entre 450 y 500 ppm, lo que produciría un incremento de la temperatura global de 2 grados centígrados. En estas condiciones, solamente sobrevivirían los animales y corales muy duros.
En el peor escenario, cuando los niveles de dióxido de carbono se elevan por encima de 500 ppm, los modelos predecían un incremento de 3 grados centígrados y un importante incremento de la acidez de los océanos, causando la desaparición de la mayoría de los corales. El estudio aparece en Science.
«Antes de la revolución industrial, más del 98% de los arrecifes coralinos de agua templada estaban bañadas por aguas oceánicas con una saturación de aragonita de 3,5, lo que significa que los corales podían extraerlo fácilmente para crear los arrecifes», dijo Long Cao, coautor del estudio perteneciente a la Carnegie Institution de Stanford. «Si el dióxido de carbono atmosférico se estabiliza en 550 ppm, e incluso para lograr eso haría falta un esfuerzo internacional concertado, no quedarían arrecifes de coral en ese entorno».
Peter Mumby, ecólogo especialista en corales de la Exeter University, que colaboró en el estudio, afirmó: «Los arrecifes ayudan a proteger los literales de los daños de las tormentas y actúan como amortiguadores, por lo que sin ellos las tormentas llegarían finalmente a la costa».
Bajo amenaza
Filipinas: uno de los centros coralinos más amenazados, sus arrecifes han de hacer frente a los daños derivados de la contaminación y las escorrentías causadas por la deforestación.
Golfo de Guinea: alrededor de 20 km cuadrados de arrecifes entre cuatro islas frente a la costa africana que están bajo la amenaza del desarrollo del litoral y la cosecha de corales.
Islas Sunda: parte del triángulo de coral, una de las áreas costeras con mayor diversidad. Amenazados ya por la pesca destructiva y el comercio de peces que tienen los arrecifes como hábitat.
Islas Mascareñas: los arrecifes que rodean las islas de Mauricio, Reunión y Rodríguez en la zona meridional del Océano Índico están amenazados por la contaminación de la industria del azúcar de caña y el desarrollo agrícola.
Este de Sudáfrica: junto a Cabo Floristic, este pequeño arrecife también está en situación de riesgo por la sobrepesca y el turismo.
Noticia original en The Guardian