Es evidente para todo el mundo que el principal culpable de la situación que vive el Pueblo Palestino es la entidad sionista, eso debe quedar fuera de cualquier discusión. Pero para que esto sea así es necesaria la colaboración de una serie de cómplices: El primero de ellos es obviamente Estados Unidos, cabeza visible del […]
Es evidente para todo el mundo que el principal culpable de la situación que vive el Pueblo Palestino es la entidad sionista, eso debe quedar fuera de cualquier discusión.
Pero para que esto sea así es necesaria la colaboración de una serie de cómplices:
El primero de ellos es obviamente Estados Unidos, cabeza visible del Imperio, que mantiene con esta entidad criminal lo que ellos llaman «una alianza fraternal e inquebrantable», y que supone el apoyo sistemático a todas sus decisiones, a todos sus crímenes.
El segundo es la «comunidad internacional», que con su desidia y pasividad está permitiendo que éstos se lleven a cabo de forma impune.
En este momento quiero hacer especial referencia a Egipto.
Desde que se llevó a cabo el golpe de estado contra el presidente electo, el nuevo gobierno empezó a tomar medidas contra la población de la Franja de Gaza, dificultando el paso de las personas a un lado y otro del Paso de Rafah, e impidiendo absolutamente en tráfico de mercancías.
Ha destruido la totalidad de los túneles que servían de válvula de alivio para una población condenada a un bloqueo criminal e ilegal, colaborando de este modo, con la entidad ocupante, a asfixiar a 1.800.000 personas.
El desabastecimiento de bienes básicos está siendo cada vez más evidente, los precios están subiendo de un modo exponencial, pero ni siquiera a estos altos precios se pueden conseguir algunos artículos: Comida, medicina, productos de higiene, materiales de construcción, y principalmente combustible.
En Gaza se necesita el combustible para casi todo. La única central eléctrica que medio funciona en la Franja de Gaza lo hace usando combustible, y abastece de electricidad a la población durante 8 horas diarias, el resto del tiempo es necesario usar generadores. Los generadores son necesarios incluso para el funcionamiento de los hospitales, en estos momentos no pueden trabajar a pleno rendimiento por falta de combustible: Quirófanos, máquinas para diálisis, incubadoras… se paran por falta de electricidad, las ambulancias sólo andan en casos de extrema necesidad. Esta única central tendrá que parar su actividad dentro de seis días si no consigue el combustible que necesita para seguir funcionando.
Los motores que extraen agua del subsuelo, la poca que no han conseguido robar los ocupantes, necesitan combustible, ý les queda para sólo cinco días.
El Pueblo Palestino está acostumbrado a los padecimientos producidos por los ocupantes y sus cómplices, y espera esta nueva catástrofe con ánimo, con fuerza, con la firmeza de un pueblo acostumbrado a resistir en cualquier escenario, pero esto que se aproxima es duro. En una agresión armada, como «Plomo Fundido», o «Pilar Defensivo», los ojos se posaron sobre la Franja de Gaza, sobre las mujeres, niños, ancianos asesinados en masa por las bombas israelíes, en esta nueva intensificación de la constante agresión, del lento genocidio que está sufriendo el Pueblo Palestino, y en especial el de la Franja de Gaza, es nuestra responsabilidad que los pueblos del mundo pongan sus ojos sobre estas personas que van a morir lenta y silenciosamente, mientras los ojos del resto del mundo estén puestos sobre la intervención imperialista en Siria, mientras cada uno esté pendiente de sus propios problemas.
El silencio mata.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.