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En recuerdo de la Primera Intifada

Fuentes: Middle East Monitor

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

Hoy hace treinta años, el 9 de diciembre de 1987, estalló la Primera Intifada en la Palestina ocupada. El levantamiento iba a durar más de cinco años, durante los cuales murieron miles de personas palestinas. Tres décadas después continúa la lucha por la libertad palestina.

 

¿Qué?: Primera Intifada

¿Cuándo?: del 9 de diciembre de 1987 al 13 de septiembre de 1993

¿Dónde?: En los territorios palestinos ocupados e Israel

¿Qué ocurrió?

El telón de fondo del levantamiento fue la ocupación desde hacía 20 años entonces por parte de Israel de Cisjordania, la Franja de Gaza y Jerusalén Oriental. Israel gobernaba con mano de hierro los territorios ocupados e instauró toques de queda y llevó a cabo redadas, detenciones, deportaciones y demoliciones de casas.

Después de que cientos de personas palestinas fueran testigo del asesinato de cuatro hombres atropellados por un jeep israelí a las afueras del campo de refugiados de Jabalya en Gaza el 8 de diciembre [de 1987] la indignación por lo ocurrido fue inmensa. A los funerales de quienes habían muerto asistieron unas 10.000 personas, pero otra vez se les obligó a llorar una pérdida al día siguiente cuando los soldados israelíes dispararon sin ton ni son contra la multitud y mataron al niño de 17 años Hatem Abu Sisi e hirieron a otras 16 personas.

Mientras los dirigentes palestinos se reunían para tratar la situación estallaron protestas y enfrentamientos en los campos de refugiados, que se extendieron rápidamente por toda Cisjordania y Jerusalén Oriental. La población palestina tomó el control de los barrios y puso barricadas en las carreteras para impedir la entrada de los vehículos del ejército israelí. Como la población palestina estaba en su gran mayoría desarmada, se defendió únicamente arrojando piedras a los soldados israelíes y a sus tanques. Los comerciantes cerraron sus negocios y las personas trabajadoras se negaron a acudir a sus lugares de trabajo en Israel.

El ejército calificó estos actos de «disturbios» y actuó agresivamente para suprimir las protestas disparando contra la multitud balas de goma, munición real y gases lacrimógenos. Las protestas se hicieron cada vez mayores y en ellas participaron decenas de miles de personas, incluidos mujeres y niños. Para el 12 de diciembre habían muerto seis personas palestinas y otras 30 habían resultado heridas. Quienes se alzaron contra la injusticia israelí pertenecían a una generación que había crecido a la sombra de lo que seguía siendo una brutal ocupación militar y no iban a perder esa oportunidad de levantarse contra las violaciones de sus derechos.

Como las protestas no daban muestras de disminuir, Israel utilizó las detenciones masivas para disuadir a la gente de participar el ellas. Cerraron las universidades y escuelas de Cisjordania. Según la profesora Wendy Pearlman, el primer año el toque de queda se decretó 1.600 veces. Fueron arrasadas granjas y casas palestinas, se arrancaron árboles y se confiscaron las propiedades y licencias de construcción de quienes se negaba a pagar impuestos. Los colonos judíos de las ilegales colonias también emprendieron ataques regulares contra la población palestina, que para defenderse arrojaba piedras y tenía que hacer frente a la brutalidad de los colonos. Según la Agencia de la ONU de apoyo a las y los refugiados palestinos (UNRWA), solo el primer año fueron asesinadas 300 personas palestinas, 20.000 resultaron heridas y unas 5.500 fueron detenidas por Israel.

La filial sueca de Save the Children calculó que «entre 23.600 y 29.900 niñas y niños requirieron tratamiento médico debido a las heridas causadas por golpes en los dos primeros años de la Intifada». Una tercera parte era menor de 10 años.

Las imágenes desempeñaron un papel importante para que la comunidad internacional percibiera la asimetría existente entre las y los manifestantes palestinos desarmados y el ejército israelí, que se mostraba con toda su crueldad. En particular causó indignación un vídeo de 1988 en el que se veía a personal del ejército israelí golpeando a dos adolescentes palestinos y rompiéndoles a propósito los brazos Poco a poco estaba cambiando la imagen de Israel como la nación judía desvalida y rodeada de vecinos árabes hostiles.

¿Qué ocurrió después?

Desde 1988 los dirigentes palestinos trataron de controlar la situación que cada vez se agravaba más. En aquel momento la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) de Yasser estaba instalada en Túnez y trató de frenar la violencia y trabajar con la ONU, aunque con poco éxito. En cambio, en Gaza surgió la recién creada Hamas (Movimiento de resistencia Islámica), que se presentaba como una alternativa a la OLP controlada por Fatah. Hamas pedía al pueblo palestino cumplir los objetivos básicos de su lucha nacional, por encima de todos los cuales estaba la liberación de Palestina. El movimiento animó a quienes luchaban en la resistencia a llevar a cabo ataques en Israel, lo que Tel Aviv iba a utilizar para justificar una persecución aún mayor del pueblo palestino durante las décadas siguientes.

Después de que el difunto rey Hussein de Jordania rompiera todas las relaciones administrativas y económicas con Cisjordania en 1988 quedó aún más en evidencia el hecho de que la población palestina careciera de Estado. A medida que continuaba el derramamiento de sangre se intensificaron los llamamientos a favor de un Estado palestino independiente. Ese mismo año el Consejo Nacional Palestino, un gobierno en el exilio, aceptó la solución de dos Estados tal como contemplaba la Resolución de la ONU de 1947.

Con todo, la violencia continuó y en 1989 las fuerzas de seguridad israelíes mataron al menos a 285 personas palestinas y los colonos judíos mataron a otras 17. En ese mismo periodo 19 personas civiles israelíes y seis miembros de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, por sus siglas en inglés; es el ejército israelí) murieron a manos palestinas. Desde 1989 hasta 1990 Estados Unidos vetó constantemente los proyectos de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que condenaban a Israel por sus violaciones de los derechos humanos y por no cumplir el Cuarto Convenio de Ginebra.

Hasta 1991, cuando Estados Unidos convocó la Conferencia de Madrid y reconoció a la OLP como «único representante legítimo» del pueblo palestino, no se forzó a Israel a sentarse en la mesa de negociaciones. Al año siguiente tuvieron lugar unas conversaciones secretas entre la OLP y el gobierno israelí alentadas por Noruega y finalmente culminaron en los Acuerdos de Oslo.

[Los Acuerdos de] Oslo contemplaban un período de transición de cinco años durante el cual se estipulaba las fuerzas israelíes se iban retirar de los territorios ocupados y se iba a establecer una Autoridad Palestina, lo que acabaría llevando a un Estado independiente. El acuerdo fue firmado en los jardines de la Casa Blanca en septiembre de 1993 por el primer ministro israelí Yitzhak Rabin y el presidente de la OLP, Yasser Arafat, en presencia del presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton.

A pesar de los intentos de paz realizados en el ámbito mundial, el telón de fondo de las negociaciones políticas siguió siendo la violencia continua. Al acabar la Intifada en 1993 habían muerto casi 1.500 personas palestinas  y 185 israelíes, y habían sido detenidas más de 120.000 personas palestinas. Tanto el grado de violencia como la cantidad de bajas sufridos en el lado palestino eran extremadamente desproporcionados y eso provocó una amplia condena internacional que influyó en los proyectos de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU 607 y 608, que exigían a Israel dejar de deportar a personas palestinas de su tierra.

Aunque a ojos de los historiadores la Intifada fue importante por provocar el inicio del proceso de paz, treinta años después las promesas siguen sin cumplirse. [Los Acuerdos de] Oslo resultaron ser otro falso amanecer, la ocupación israelí y los bloques de las ilegales colonias cercenan más que nunca los derechos y la tierra de la población palestina. La Primera Intifada nunca ha terminado realmente y la población palestina ha seguido resistiendo ante la ocupación, la tiranía y la opresión de Israel.

 

Fuente: https://www.middleeastmonitor.com/20171209-remembering-the-first-intifada-2/ 

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a la autora, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.