«Por esta libertad de estar estrechamente atados a la firme y dulce entraña del pueblo habrá que darlo todo (…) si fuere necesario hasta la sombra y nunca será suficiente.» Fayad Jamis «De cien mil familias, en Siria, puede ser que haya una sola que no tenga heridas de la guerra, todas tiene muertos, […]
«De cien mil familias, en Siria, puede ser que haya una sola que no tenga heridas de la guerra, todas tiene muertos, lesionados, desplazados. Algunas tuvieron que emigrar 4 o 5 veces, huir de sus casas con nada más que la ropa que tenían puesta debido a un ataque terrorista». Quien me está contando esas verdades aterradoras es Fady Marouf, un periodista siro, colaborador de la Agencia de Noticias Prensa Latina, de Cuba, quien estuvo en la isla caribeña para recibir la bien merecida Distinción Félix Elmuza, que concede la Unión de Periodista de Cuba. Fady es un hombre muy valiente, muy agradecido con Cuba porque gracias a las becas que la isla concede a los estudiantes de su país pudo estudiar aquí en Santa Clara «Literatura Española», desde el 1997 hasta el 2003, y después regresó a Siria para incorporarse a las tareas que le asigna el Ministerio de Comunicación.
«Para mí, Cuba significa todo, aquí aprendí a ser una persona valiente, que ama a su patria, a apoyar a los más humildes, a resistir, que significa la palabra resiliencia, conocí personas que ahora son como mis hermanos», me dice Fady muy emocionado.
«Soy un muchacho que proviene de una familia pobre de una provincia del centro de Siria, Hama, vivo en Damasco por mi trabajo y en la capital es muy fácil encontrarte con la muerte. Yo la tuve a pocos metros y a pocos segundos de mí, me salvé como 7 veces, pero lo más peligroso fue cuando los terroristas entrenados por EE.UU. pusieron un coche bomba, un día, a las tres de la tarde afuera de mi casa, hace tres años, me salvé gracias al destino, con heridas graves en mi cuerpo, pero mi casa fue destruida. Por suerte, mi esposa y mis hijos no estaban en casa, pero murieron 6 personas del barrio y 4 resultaron heridas. Para explicarte, mi pueblo natal, Rabù, de 4000 habitantes, cuenta ya 110 muertos, entre civiles y militares. Después del 2011, desde que comenzó esta guerra genocida, la única cosa nueva que pudimos construir en el pueblo fue el Cementerio de los Mártires».
Parece que Fady pudo notar mi cara triste y enojada en el mismo tiempo y me dice: «no sé si me puedes entender……». Tiene razón, yo no sé qué significa esta tragedia porque nunca viví una guerra, lo que solo puedo tener es mucha vergüenza por mi país de nacimiento, Italia, que es el principal vendedor de armas y minas antipersonales a los terroristas asesinos en Siria, supuestos «rebeldes», segundo los gringos. Es que no puedo seguir escribiendo sin hacerme una pregunta retórica: ¿hasta cuándo los de abajo a la izquierda vamos a permitir que los gringos repitan el mismo guion de Iraq, de Libia, para que los pueblos atacados por ellos lo único que pueden contar son muertos o cementerios?
«Mi cuñado fue secuestrados para el Daehs, en la provincia de Raqqa, y más nunca supimos de él, ya la zona se liberó y no se encontraron rastros de él, ya se le declaró muerto. Casi seguro lo decapitaron por ser policía y ser fiel a Bashar al Assad».
«Lo que más me molesta de la hipocresía de los EE.UU. es que llaman a esos homicidas terroristas ‘moderados’: ¿qué hay de moderados en asesinos que decapitan gente solo porque tiene puesto pantalones cortos que dejan descubiertas las rodillas? De verdad que no puedo asimilarlo, me siento muy impotente adelante a las mentiras de los gobiernos occidentales».
«Ellos no entienden que los monstruos terroristas son sus frankenstein de esta época, que se van a revirar contra sus amos, van a morder la mano que siempre los alimentó».
«A EE.UU les encanta inventar y contar mentiras a los pueblos, los terroristas no solo son abastecidos por los gringos, además los evacuan para salvarlos de los ataques del ejército sirio y hasta bombardean supuestamente ‘por error’ las milicias fieles al gobierno de Bashar al Assad».
«Es increíble como tú, en Siria, puedes ver terroristas que están secuestrando gente, según ellos infieles, para decapitarlos y en un canal de televisión gringo, en el mismo momento, te los están presentando como defensores de la paz y como moderados. El Frente Al Nusra es lo peor de Al Qaeda, no tiene nada de democracia, ¡nadie me puede engañar!»
«A ver, asesinos apoyados por Arabia Saudita, una monarquía, ¿qué tienen de democrático? Cómo es Arabia Saudita, que pregunten a las mujeres, ¿qué libertades tienen en su país, donde las tratan como esclavas?»
«Israel es otro enemigo principal de Siria, siempre le preocupó el tratado de ayuda mutua entre Siria e Irán, que se firmó en los años ’90. Irán nos apoya con alimentos, medicinas, armas y municiones. En ese momento, en Damasco, los productos alimenticios más barato son los iranís».
Fady me cuenta que después del derribo del avión F-16 israelí hace dos meses, Israel tendrá que pensar más ante de masacrar el pueblo sirio porque le das las ganas. Los israelíes tienen pánico por la fuerte resistencia popular (como Hezbola) y del ejército sirio en la cercanía del Golán, territorio sirio ocupado ilegalmente de Israel.
Fady sigue contándome que: «las potencias occidentales ahora saben bien que nuestro aliado más importante, Rusia, ya ganó la guerra, ellas no quieren admitirlo, pero gracias a la capacidad de este país de ayudarnos en todos los frentes, de representarnos en los diálogos de paz, de luchar para una solución pacífica, ya sus mentiras no tienen mucho efecto».
Para concluir, Fady quiere aclarar que, como ciudadano sirio, el futuro de Siria depende del ejército sirio y que Bashar al Asad es el único garante de la unidad en su país.
«El planeta tiene que entender que el nuevo orden mundial depende del ejército sirio, cada proyectil del ejército que mata a un terrorista está construyendo la paz, el ejército sirio cumple ordenes por ser fiel, lo ha hecho con muchos sacrificios, con las pérdidas de más de 100.000 efectivos, pero sabe que todo eso es mucho menos que pagar el precio de regresar a la Edad Media, como pretenden los yihadistas y los periodistas mercenarios pagados por los medios occidentales, los dos representan una clase asalariada para el más feroz imperialismo».
Ida Garberi, colaboradora de Cubaliteraria.
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