Milad Said Ayyash, de 16 años de edad, murió en la madrugada de ayer a consecuencia del disparo recibido en el barrio palestino de Silwan, en Jerusalén Este, escenario casi diario de enfrentamientos entre los residentes palestinos y colonos israelíes. Su muerte ha enlutado los actos de conmemoración de la «Naqba» (catástrofe), que recuerda el […]
Milad Said Ayyash, de 16 años de edad, murió en la madrugada de ayer a consecuencia del disparo recibido en el barrio palestino de Silwan, en Jerusalén Este, escenario casi diario de enfrentamientos entre los residentes palestinos y colonos israelíes. Su muerte ha enlutado los actos de conmemoración de la «Naqba» (catástrofe), que recuerda el exilio forzoso masivo de palestinos y la desposesión de sus propiedades tras la creación del Estado de Israel en 1948, y ha incrementado la tensión, fruto de la cual ayer se volvieron a producir enfrentamientos en la dividida ciudad.
Según un tío del joven, el adolescente «murió tras ser herido en el vientre». Otro pariente afirmó que fue herido por un colono judío en el barrio de Silwan. Al parecer, el disparo fue realizado por uno de los vigilantes de seguridad de Bet Yonatán, un edificio ocupado por judíos ultraortodoxos en el corazón de Silwan. La bala extraída del cuerpo del joven, que ingresó en el hospital en estado crítico, era de una pistola.
«Lo que ocurrió fue un asesinato. Los colonos y los guardias de seguridad que les protegen le dispararon desde corta distancia», denunció su padre, Said Ayyash.
Más de 2.000 personas participó en su funeral junto a las murallas de la Ciudad Vieja con banderas palestinas y avanzando tras el difunto coreando «Alá es grande» y «Con viento y sangre redimiremos a nuestro mártir», lo que recordaba las imágenes de la primera y segunda Intifada (1987-1993 y 2000-2004). Dos banderas palestinas fueron colocadas en lo alto de la mezquita de Al-Aqsa.
«Nuestros mártires son luces que iluminan nuestro país. Debemos poner fin a la ocupación (de Israel). No va a sobrevivir a las manifestaciones populares», dijo Fakhri Abu Diab, un líder del comité de defensa de Silwan.
Enfrentamientos
Durante el funeral, las fuerzas de seguridad israelíes dispararon gases lacrimógenos y balas de goma contra los palestinos.
La manifestación que recorrió Jerusalén Este para conmemorar la «Naqba» también registró disturbios después de que jóvenes palestinos quemaran varias banderas israelíes y lanzaran piedras a la Policía. Dos jóvenes resultaron heridos y cuatro fueron detenidos.
Las fuerzas de seguridad sionistas se mantienen en estado de máxima alerta en Jerusalén Este y el norte de Israel con motivo de esta conmemoración, que concluye hoy. «Vamos a permitir la celebración de marchas no violentas y manifestaciones, pero no dudaremos en intervenir en caso de perturbaciones del orden público», señalaron.
Los palestinos residentes en Israel -que ayer se manifestaron también en el puerto de Jaffa y en Nablús- se preparan para recordar hoy la «Naqba» sometidos a una nueva legislación que les prohíbe conmemorar esa oscura fecha de su historia. La «Ley Naqba», aprobada por el Parlamento israelí en marzo, penaliza que el nacimiento de Israel se se marque como una jornada de duelo, por considerarlo «contrario a la naturaleza judía y democrática del Estado». Así, municipios, colegios y otros estamentos con financiación pública que organicen actos por este motivo pueden ser multados.
Esta medida ha sido condenada por diputados laboristas, de partidos de izquierda y , por supuesto, árabes, que denuncian que se trata de un texto «antidemocrático». En definitiva, el último eslabón de un rosario de leyes racistas y discriminatorias contra la población palestina de Israel.
Cierre de Cisjordania
El Ejército, que ayer impuso un férreo bloqueo en torno a Cisjordania, ha movilizado a siete batallones adicionales en los territorios ocupados cisjordanos, con instrucciones de evitar derramamiento de sangre.
Ayer al-Fatah celebró también actos conmemorativos de la «Naqba» en Gaza, entre otros lugares, y hoy tendrá lugar un acto en Ramallah, sede del Gobierno de la Autoridad Palestina.
La «Naqba» conmemora el éxodo de 760.000 palestinos, que dio inicio a la cuestión de los refugiados, que actualmente ascienden a 4,8 millones incluyendo a los descendientes, y que están principalmente dispersos entre Jordania, Siria, Líbano y los territorios palestinos.
La resolución 194 de la ONU dispone que «los refugiados que deseen regresar a sus hogares y vivir en paz con sus vecinos deben ser autorizados a hacerlo lo antes posible».
Todos los gobiernos israelíes se han opuesto a aplicar el derecho al regreso en nombre del carácter judío del Estado de Israel. Los responsables palestinos exigen el reconocimiento por Israel del principio de este derecho, aunque declaran estar dispuestos a negociar las modalidades de su aplicación.
ramallah
La conmemoración de la «Naqba» continuará hoy con una marcha en Ramallah a la que se espera acudan decenas de miles de personas, pero desde el viernes se registran todo tipo de actos y protestas en Cisjordania y Jerusalén, en los que los palestinos reivindican su lugar en la historia y su propia memoria como nación.