Esta entrada es cuanto menos confusa, ya que mezcla, como coloquialmente se dice, «las churras con las merinas» (o «los churros con las meninas» según otras versiones). Comenzaremos analizando un artículo de Zuhair Salim publicado en páginas de Facebook (11/12/2012) en el que comienza con la siguiente afirmación: «Uno de los resultados más básicos de […]
Esta entrada es cuanto menos confusa, ya que mezcla, como coloquialmente se dice, «las churras con las merinas» (o «los churros con las meninas» según otras versiones). Comenzaremos analizando un artículo de Zuhair Salim publicado en páginas de Facebook (11/12/2012) en el que comienza con la siguiente afirmación: «Uno de los resultados más básicos de la primavera árabe es el paso del partido del líder, el partido de las ideas y el partido de los eslóganes al partido del programa político». Con ello, lo que quiere decir es que, a diferencia de lo que sucedía en las etapas previas, los partidos que han ganado las elecciones y los que se han ido conformando, tienen un programa político que desean implantar. En ese sentido, pretende animar a que en Siria todos los que desean trabajar por el futuro del país unan sus esfuerzos en un programa de calidad que establezca unos principios básicos aceptados por todos.
Si bien es cierto que el texto no hace mención alguna a Egipto ni ningún otro país que no sea Siria, lo cierto es que se trasluce una especie de apología del presidente egipcio que estos días ocupa las páginas de los medios internacionales. «La dictadura y la corrupción han dejado tras de sí una gran carga». «Mientras el miedo silenciaba las voces entonces, hoy nos enfrentamos a las lenguas viperinas y el hecho de que la gente lo quiere todo a la vez […]. Esa gran carga exige una colaboración, así que pensemos con la mentalidad del socio que busca quien colabore con él. La expansión de la corrupción y sus huellas exigen un tratamiento de calidad, así que preparemos para cada enfermedad una medicina».
Es decir, que Zuhair Salim llama a una cierta condescendencia y colaboración para levantar la pesada «carga» de los años de dictadura. Y hablando de colaboraciones, acuerdos y trabajo en una misma dirección, y aprovechando también que el Pisuerga pasa por Valladolid, recogemos un comunicado (11/12/2012) de los Hermanos Musulmanes sirios sobre la calificación de Jabhat al-Nusra (aunque no se menciona explícitamente en el documento) como una organización terrorista (algo que, por cierto, el líder de la Coalición Nacional Moaz al-Jatib ha rechazado duramente en la Conferencia de «Amigos de Siria» que se está celebrando hoy)». «Ha de mantenerse un consenso popular e internacional en lo referente a la condena al terrorismo». Eso sí, «el terrorismo que a cuyo fin han de llamar todos los libres del mundo […] es una acción y un comportamiento, y no una identidad o una cultura». Según el comunicado, durante los últimos veinte meses, el único terrorismo que ha presenciado el mundo es el de Bashar al-Asad y sus secuaces.
«Desde la organización de los Hermanos Musulmanes en Siria, consideramos que la clasificación por parte de algunos partidos de las fuerzas revolucionarias sobre el terreno como grupos terroristas es una medida errónea, precipitada y reprobable» contrario a los deseos de libertad y dignidad del pueblo. Y por ello, exigen que se retracten de tales acusaciones ya que «el objetivo que une a los sirios es instaurar un Estado de justicia, igualdad y hermandad».
¿Y qué tiene que ver esto con lo comentado anteriormente? Ahora es cuando cobra algo de sentido: Si lo que se desea es instaurar un Estado de justicia, igualdad y hermandad, ¿por qué se tilda de «lenguas viperinas» a aquellos que exigen que se realicen los objetivos de la revolución cuanto antes y se pide una colaboración que, en realidad, parece que exige la anulación de esos objetivos como si se quisiera volver al «partido del líder, de las ideas y de los eslóganes» como parece que es el caso del borrador constitucional egipcio de los Hermanos Musulmanes de ese país?
Se pretende así llamar la atención sobre la no-condena por parte de los Hermanos Musulmanes de las prácticas nada democráticas de sus homólogos en Egipto y también en Túnez, ya que ello plantea muchas cuestiones sobre su postura política.
Fuente original: http://hermanosmusulmanes.wordpress.com/2012/12/12/entre-mursi-y-al-nusra-el-partido-del-programa-politico/