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Epidemia de zika: cambio climático y enfermedades transmitidas por vectores

Fuentes: Rebelión

INTRODUCCIÓN La epidemia por el virus Zika y su relación con graves anomalías neurológicas al feto y recién nacido ha sido noticia en los grandes medios de comunicación en los últimos meses y se ha convertido en alerta sanitaria internacional. Las infecciones transmitidas por vectores, en concreto por mosquitos, son habituales en climas tropicales y […]

INTRODUCCIÓN

La epidemia por el virus Zika y su relación con graves anomalías neurológicas al feto y recién nacido ha sido noticia en los grandes medios de comunicación en los últimos meses y se ha convertido en alerta sanitaria internacional. Las infecciones transmitidas por vectores, en concreto por mosquitos, son habituales en climas tropicales y subtropicales. En esas zonas se ha perpetuado la transmisión en un equilibrio ecológico en zonas boscosas y selváticas. Pero la expansión del vector a las zonas urbanas y su extensión geográfica, junto a la aparición de nuevos tipos, tienen causas más amplias a las que no se les está prestando suficiente atención; centrándose las medidas en la eliminación del vector sin atender a las causas de su intensa reproducción. Además, se muestran repetidamente imágenes de fumigaciones masivas como si esas fueran la solución al problema. Las soluciones, sin embargo, deben pasar por actuar sobre las causas estructurales como el cambio climático, que a su vez se produce por un modelo mercantilista de crecimiento industrial imparable del sistema capitalista.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS 

El virus Zika fue aislado por primera vez en 1947 en monos Rhesus, en el bosque de Zika cerca de Entebbe, en Uganda (1). A lo largo de todos estos años se ha podido aislar el virus por distintas técnicas de laboratorio en países del Sudeste asiático, en Malaya y Borneo, Gabón, Nigeria, Pakistán, República de Indonesia, Senegal y la ya nombrada Uganda (2). En todos estos casos el mosquito transmisor, del género Aedes, pertenece a las especies: Ae. Africanus, Ae. Luteocephalus y Ae. Aegypty. Como su propio nombre indica, el mosquito Aedes Aegypty es originario de Egipto llegando a las Américas en los barcos, donde encontró un hábitat ideal por su temperatura y por sus bosques y selvas que los adaptó a la zona. Posteriormente, tras los procesos de deforestación, llega a las ciudades donde se reproducen en charcas estancadas y se adaptan a la vida urbana en floreros, jardines y en las cálidas habitaciones.

En el año 2007 se declara el primer brote epidémico en las islas Yap de los Estados Federados de Micronesia. El estudio de esta epidemia indagó en el tipo de infección en la población, en los nichos de los mosquitos, cuya especie predominante fue el Ae. Hensilli, así como en posibles factores de riesgo ambientales y socio-demográficos (2). Posteriormente, la viremia se expande -también en forma de brotes epidémicos- por varias islas del Pacífico. Entre 2013 y 2014 tuvo lugar un brote en la Polinesia Francesa que incluyó a Nueva Caledonia y, desde entonces, se han detectado en las islas Cook, las Islas Salomón, Samoa, Vanuatu y la Isla de Pascua (3).

A comienzos del año 2015 se notificaron los primeros brotes del virus en Brasil, desde los Estados de Río Grande do Norte y Bahía se extiende a casi todo el país; serán sus servicios de vigilancia epidemiológica los que detecten un número mayor del esperado de microcefalia en recién nacidos que son pronto relacionados con las epidemias por Zika. Tras la detección del Zika en Brasil, se notifican transmisión autóctona en otros países de la Región de las Américas y a cada vez más países de todo el mundo, una vez declarada la alerta internacional. Desde el 1 de enero de 2007 hasta octubre de 2016, se ha documentado transmisión autóctona del virus Zika en 73 países y territorios (4).

EPIDEMIOLOGÍA 

La infección por el virus Zika, al igual que el dengue y la infección por virus chikungunya, se producen a través de la picadura del mosquito hembra [1] del género Aedes (Ae.), que es el vector, la guía, para la transmisión entre personas [2] . Especialmente por la especie Ae. Aegypty, pero también -entre otras- por el Ae. Albopictus (o mosquito tigre). El ciclo de estas infecciones parte de dos vías principales, la selvática, donde los primates no humanos actúan como reservorio [3] , y el urbano donde el ser humano actúa como huésped [4] amplificador. Cuando los seres humanos son picados por mosquitos que portan el virus, pueden extender la infección cuando son nuevamente picados por mosquitos libres de la infección y así se transmite de unas personas a otras que viven cercanas y en zonas donde el vector se reproduce con facilidad. En estos ambientes urbanos el vector deja sus huevos en charcas o recipientes con agua, aunque el agua del recipiente se renueve los huevos pueden ir a la tierra y en cualquier oquedad, como una hoja, y tras las lluvias, puede permitir la eclosión de los huevos a las formas maduras. También existe la posibilidad de transmisión directa entre personas, a través de la sangre y en el proceso del parto. La transmisión sexual ha sido notificada en la infección por Zika (3).

La notificación de un incremento de casos de microcefalia y otras malformaciones neurológicas en recién nacidos en Brasil y la lógica alarma generada en su población es la que irrumpe en los grandes medios de comunicación. Aunque estas malformaciones ya se habían producido antes en la Polinesia Francesa, es el Centro Nacional de Enlace de Brasil el que detecta, en octubre de 2015, un incremento inusual de recién nacidos con microcefalias, concretamente en el estado de Pernambuco, en el noreste de Brasil. La vigilancia y cuantificación consiguiente muestra que mientras en el año 2000, los casos de microcefalia al nacer en Brasil era de 5,5 por cada 100.000 nacidos vivos (N.V.) y en 2010 de 5,7/100.000 N.V.; en el 2015, hasta noviembre de ese año, se registraron 1.248 casos, 99,7/100.000 N.V., con 7 fallecimientos. Es decir, un incremento de 20 veces la tasa de incidencia de años anteriores. El laboratorio de Flavovirus del Instituto Osvaldo Cruz de Brasil confirma la presencia de genoma de virus Zika en el fluido amniótico de dos embarazadas del estado de Paraíba (5).  

En noviembre de 2015, las autoridades de salud de la Polinesia Francesa también informaron de un incremento inusual de casos de anomalías del sistema nervioso central (SNC) en fetos y recién nacidos durante los años 2014 y 2015 coincidentes con los brotes de virus Zika en la islas. Se observaron síndromes con varias malformaciones congénitas que incluían lesiones cerebrales y alteración del tronco cerebral. Ninguna de las embarazadas refirió clínica de la enfermedad, sin embargo 4 de ellas presentaron en las pruebas de laboratorio infección pasada lo que sugiere que tuvieron una infección asintomática (4). La correlación de estos casos con la epidemia de Zika que sufrió las islas ahonda en la asociación de ambos hechos. Hay que señalar que las infecciones virales, como la rubeola, el citomegalovirus o virus relacionados con el Zika como la fiebre del Nilo occidental y el virus chikungunya han estado en el origen de casos de malformaciones congénitas.

Las evidencias epidemiológicas, clínicas y de laboratorio no dejan lugar a dudas. Se sabe que el virus Zika cruza la barrera placentaria produciendo efectos adversos como pérdida fetal, microcefalia y alteraciones del SNC y oculares. La microcefalia solo es la parte más visible de específicas malformaciones cerebrales como la destrucción de estructura cerebral, hipoplasia del cerebelo e hidrocefalia, entre otras. Y malformaciones oculares que pueden afectar a distintas estructuras como el nervio óptico o la retina. Mientras, el número de casos de microcefalias ha seguido creciendo, especialmente en Brasil, concentrándose en el estado de Pernambuco, Paraíba y Bahía (12). Conforme se extiende la infección a otros países, los casos de malformaciones también se confirman, en Colombia se detectaron bebés con microcefalia en el año 2016 y siguen apareciendo casos en otros muchos países dentro y fuera de las Américas (4).  

CAUSAS  

Las causas de la expansión del virus Zika coinciden con la expansión del dengue y el virus chikungunya; y también con otras virosis transmitidas por mosquitos como el paludismo. Explorar estas infecciones humanas requiere estudiar y vigilar a los vectores, a las diferentes especies de mosquitos transmisoras. Ya que tanto los vectores como los virus se están haciendo más frecuentes y diversos. Así, en la Región del Pacífico, en 40 años de seguimiento, se han detectado hasta 28 nuevos tipos de mosquitos que, junto a su extensión geográfica, se corresponde con una mayor diversidad de virus patógenos para los seres humanos (6).

Hace ya tiempo que se sabe que los efectos del cambio climático que estamos sufriendo es una causa principal de esta expansión. Tradicionalmente los vectores necesitan climas húmedos y cálidos, cuya temperatura mínima invernal no debe ser inferior a 16º C. Es por ello que los inviernos más cálidos permitirán la extensión del mosquito a latitudes mayores, más alejadas de los trópicos, y a regiones de más altitud donde la inmunidad de la población es muy baja por no haber estado expuesta anteriormente a ese tipo de infección. Además, el aumento de la temperatura en general reduce el tiempo de incubación del mosquito hembra, otro factor que explica su expansión. La mayor presencia del vector y de las infecciones se dan después de altas temperaturas y precipitaciones intensas. Por otro lado, especies como el Aedes Albopictus, originario del sudeste asiático y llamado popularmente «mosquito tigre» por sus llamativas bandas y manchas blancas, se está extendiendo por todo el mundo. Amparado por el transporte internacional de plantas ornamentales y residuos neumáticos ha llegado a numerosos países de Europa, incluido el Estado español.

Y no solo el cambio climático, pues se sabe que la deforestación que sufren las zonas tropicales y subtropicales es otro factor que aumenta el número de vectores y las infecciones consiguientes. En Paraguay, la proliferación del mosquito Aedes Aegypty se ha debido en buena medida a la desforestación, lo que les obliga a emigrar a las ciudades. El Bosque Atlántico interior (o selva Paranaense) que ocupa territorios de Paraguay, Argentina y Brasil, ha sufrido una continua deforestación desde la década de los 50 del siglo XX, con el objetivo de implantar cultivos extensivos, de trigo, maíz y soja, monocultivos que empobrecen la diversidad de la zona y el desplazamiento de los vectores a zonas urbanas. Pero sobre todo los desplazamientos forzados de la población indígena y autóctona de estos lugares.

Y la deforestación continua. En el año 2012 en Paraguay se deforestaron 268.000 hectáreas, y hasta Abril de 2013 la deforestación alcanzaba un promedio de mil hectáreas por día. Recordamos que el 22 de junio de 2012 se produce en Paraguay un golpe de estado que aúpa al poder al partido conservador, apoyado por los latifundistas y por Estados Unidos que tienen dos bases militares en su territorio (7). Esto ha incrementado la represión contra las personas que luchan por sus tierras, en un contexto de alta concentración de la propiedad de las tierras para las grandes plantaciones de bienes de exportación como el maíz, la caña de azúcar y la soja, los cuales suelen ser sembrados mediante el uso de pesticidas y otros agrotóxicos. Represión y violencia que sufren las poblaciones indígenas que reivindican el derecho a sus tierras y a su biodiversidad con el beneplácito de las potencias occidentales. Este golpe de estado fue precedido y apoyado nuevamente por el gobierno de Estados Unidos contra el gobierno izquierdista de Manuel Zelaya en Honduras en 2009, con las mismas consecuencias de violencia y destrucción (8).

Por lo tanto, las causas más cercanas y concretas de estas infecciones son los mosquitos y su picadura que se amplifica a través de los seres humanos. Estas causas a su vez están producidas por otras más generales que están en el origen de la expansión de infecciones tropicales y subtropicales y emergentes, como el Zika. Nos referimos, especialmente, al calentamiento del planeta y los procesos de deforestación en zonas boscosas y selváticas con fines mercantiles. Y a su vez el origen del cambio climático se produce por la intensificación de los contaminantes industriales y la propia deforestación, ya que los bosques y selvas -especialmente la amazónica- sirve de amortiguador de estos aumentos de temperatura. Las industrias del sector eléctrico, sobre todo de origen fósil, son las más emisoras de CO2 y las grandes granjas agropecuarias destacan por su emisión de metano (CH4), las dos principales contaminantes causantes del cambio climático.

MEDIDAS DE INTERVENCIÓN 

Cuando se diagnóstica una enfermedad, o una epidemia, el tratamiento, la intervención, no puede ser solo individual, sino también social y colectiva. En el nivel más concreto es importante la vigilancia de la enfermedad humana y sus posibles vectores. Detectar cuanto antes la infección, cuidarla y tratarla mejora el estado de salud de la persona afectada y evita la transmisión a otras personas. La protección contra los mosquitos pasa por acondicionar y aislar las casas adecuadamente, utilizar mosquiteras, repelentes y ropa blanca o de colores claros que cubran suficientemente el cuerpo. Además, la búsqueda de una posible acumulación de los mosquitos y en donde se produce su reproducción en el entorno de los casos detectados. Limpieza de recipientes con agua, charcas o cualquier elemento natural donde se pueda acumular el agua, incluido el regado de terrenos y jardines. El sistema de vigilancia de la zona debe conocer el tipo de infección y del mosquito transmisor para continuar la vigilancia en contextos más amplios empezando por el local.

Pero quedarnos, como a menudo se hace, en los estrechos márgenes de lo individual o de las causas más concretas no resuelve, y menos aún previene, el problema. Las intervenciones se deben realizar en todos los niveles de concreción y generalidad. Y es que, además, en el tema que nos ocupa, hace mucho tiempo que se tiene la tecnología, el conocimiento y el reclamo de las poblaciones a nivel mundial que exigen a los grandes poderes y multinacionales sustituir las industrias más contaminantes, como las eléctricas, por industrias limpias de energía renovable; sustituir las grandes granjas agropecuarias por agricultura y ganadería ecológica. Dentro de la lógica formal son medidas beneficiosas para la salud de las personas y de la naturaleza, y medidas factibles, pero la lógica formal no explica que más allá de las posibilidades están las grandes políticas del sistema capitalista cuyos fines mercantilistas y destructores de pueblos y recursos naturales, es antilógica. Estas graves contradicciones del sistema que nos envuelve solo puede ser explicada por la lógica dialéctica, la que penetra en los contextos cercanos y los relaciona en diferentes planos con su síntesis total: El sistema capitalista más decadente que subsume y contamina sus sistemas políticos, económicos, medioambientales o de la salud.

Necesitamos intervenir en las causas locales y estructurales, como la eliminación de los monocultivos y la dependencia a las multinacionales y latifundios siguiendo el lema «La tierra para quien la trabaja» y seguir fomentando la agricultura, ganadería y pesca ecológica, respetuosa con la naturaleza y con una formas de producción justa que haga que la ganancia vaya para el productor. Debemos seguir insistiendo que es posible, que se puede organizar la producción de energía limpia para el pueblo y que vayan desapareciendo las grandes empresas transnacionales del sector. Fomentar el comercio justo, las infraestructuras para el uso de la bicicleta en las grandes ciudades y el transporte público suficiente y de calidad.

 

BIBLIOGRAFÍA 

1. – Simpson DI. Zika virus infection in man. Trans R Soc Trop Med Hy 1964;58: 335-8.  

2. – Mark R., Tai-Ho Chen, M.D., Hancock W. Et al. Zika Virus Outbreak on Yap Island, Federated States of Micronesia. The New England journal of medicina. 2009; 360:2536-43. 

3.- Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica. Protocolo de vigilancia de la enfermedad por virus Zika. Servicio de Vigilancia Epidemiológica de Andalucía (SVEA). Actualizado 13 de junio de 2016.

4.- Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Protocolo de actuación para especialistas en ginecología y obstetricia en relación a la detección de las posibles complicaciones asociadas a la infección por virus Zika durante el embarazo. Servicio de Vigilancia Epidemiológica de Andalucía (SVEA). Actualizado 13 de junio de 2016. 

5.- Organización Panamericana de la Salud. Organización Mundial de la Salud. Alerta Epidemiológica. Síndrome neurológico, anomalías congénitas e infección por virus Zika. Implicaciones para salud pública en las Américas. 1 de diciembre de 2015.

6.- Roth A., Mercier A, Lepers C, Hoy D, Duituturaga S, Benyon E, Guillaumot L, Souarès Y. Concurrent outbreaks of dengue, chikungunya and Zika vorus infections -an unprecedented epidemic wave of mosquito.borne viruses in the Pacific 2012-2014.  

7.- Fontana J. El futuro es un país extraño. Una reflexión sobre la crisis social de comienzos del siglo XXI. Pasado&Presente, Barcelona, 2013. p.95-97.

8.- Atilio B. Trump: el otro fin de ciclo. Noviembre 10, 2016. En: http://www.lahaine.org/mundo.php/trump-el-otro-fin-de

Notas:

[1] La transmisión solo la realizan las hembras que necesitan alimentarse con sangre para poder madurar sus huevos, los machos no pican ya que únicamente se alimentan de néctares y jugos vegetales.

[2] Cuando el mosquito hembra pica a un humano en estado de viremia (5-7 días), es infectada y reproduce la viremia entre 8-12 días, pasando por todos los procesos hasta llegar a la saliva y al picar a otro ser humano le transmite la infección. Además, el mosquito hembra puede transmitir la viremia a sus crías.

[3] Reservorio: Es donde el agente infeccioso se reproduce durante un periodo de tiempo relativamente largo y en un ambiente natural. Puede ser suelos, aguas y animales, incluido el ser humano

[4] Huésped: Es el ser humano susceptible de padecer la infección.

Concepción Cruz Rojo es militante del Sindicato Andaluz de Trabajadores/as. Sección: Universidad de Sevilla.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.