El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, dio marcha atrás en su intención de derrocar a su homólogo sirio Bashar al-Assad, tras recibir advertencias por parte de Rusia. La operación Escudo del Éufrates no va dirigida contra ningún país ni persona, sino únicamente contra las organizaciones terroristas, que nadie lo dude, expresó Erdogan ante dirigentes […]
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, dio marcha atrás en su intención de derrocar a su homólogo sirio Bashar al-Assad, tras recibir advertencias por parte de Rusia.
La operación Escudo del Éufrates no va dirigida contra ningún país ni persona, sino únicamente contra las organizaciones terroristas, que nadie lo dude, expresó Erdogan ante dirigentes rurales en Ankara, capital de Turquía.
De este modo, el líder turco retiró las declaraciones formuladas el martes contra Damasco, cuando aseguró que la intervención militar que Turquía emprendió en agosto en Siria busca «acabar con la soberanía del cruel Al-Assad».
Estos pronunciamientos provocaron críticas en el Kremlin. Por medio de su portavoz, Dmitri Peskov, Rusia pidió a Ankara que se explicara de inmediato al respecto y aclarara sus objetivos militares en el territorio sirio.
Peskov manifestó que Moscú estaba sorprendida por el plan turco de derrocar al dignatario sirio, y puntualizó que la declaración es un anuncio muy serio que contradice las declaraciones anteriores de Turquía y difiere de nuestra postura acerca de la situación en el país árabe.
El paso atrás del líder turco coincide con una conversación telefónica que mantuvo Erdogan con su homólogo ruso, Vladimir Putin, en la que abordaron el tema. Según informó el asesor del líder ruso, Yuri Ushakov, el dignatario turco si dio la correspondiente explicación.
Desde el estallido del conflicto en Siria en 2011, Turquía, una gran fuente de apoyo para los grupos armados, y Rusia, un importante aliado del Gobierno sirio, han tenido roces constantes.
Las relaciones Moscú-Ankara se encuentran todavía en proceso de restablecimiento tras el derribo, el 24 de noviembre de 2015, de un avión de guerra ruso Sujoi Su-24 por parte del Ejército turco en una zona cercana a la frontera turco-siria.