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Ernest Maragall y la productividad y eficiencia social del sector público

Fuentes: Satiàgraha

Traducción Salvador López Arnal

Ernest Maragall, conseller de Educación [1], ha rectificado dos de las polémicas afirmaciones que ha hecho en los últimos días: que el gobierno tripartito [2] provoca «fatiga» y que los tres socios del gobierno no comparten un mismo «proyecto de país» [3].

Eran opiniones respetables, como también es respetable su rectificación. Sin embargo, hay otra afirmación que creo que necesita urgentemente ser refutada. Se trata de la tesis aparecida en su último artículo («PSC y Catalunya», La Vanguardia, 14/II/2010), según la cual en el sector público «se concentra el mayor déficit de productividad y de eficiencia social».

Esta afirmación, un tópico muy popular entre los políticos de derechas [4], no tiene ningún dato que la confirme, ni en las estadísticas ni en la reciente historia de Catalunya. Sólo puede ser fruto de la creencia dogmática y ultraliberal de que el mejor gobierno es el que tiene el mínimo sector público [5].

Esta es una afirmación falsa que resulta muy sorprendente cuando proviene de un político que se llama socialista y que es el máximo responsable de un sector público muy importante [6].

Reagan [7] se equivocaba en los años ochenta cuando afirmaba que el gobierno no era la solución, sino el problema. Maragall se equivoca ahora cuando afirma que el sector público en Catalunya ostenta el mayor déficit de productividad y de eficiencia social. Y también se equivocan los que creen que un gobierno plural, catalanista y de izquierdas, no es la solución sino el problema.

Notas traductor

[1] De la Generalitat de Catalunya. Ernest Maragall, hermano del ex president Pasqual Maragall, es dirigente del PSC-PSOE,

[2] Gobierno PSC, ERC, ICV-EUiA. De hecho es un gobierno cuatripartito pero, si se me permite, EUiA cuenta muy marginalmente.

[3] Ernest Maragall ha rectificado esta arista pero es obvio que las fuerzas del gobierno catalán no comparten en todos sus nudos el mismo proyecto de país. Basta pensar en lo sucedido con la Ley de Educación catalana: Maragall prefirió contar con el apoyo convergente (¡y de Unió Democrática!) que cuidar sus relaciones con sus aliados gubernamentales de ICV-EUiA.

[4] También sin duda entre los sectores neoliberales de los injustamente denominados partidos socialdemócratas.

[5] No es improbable que el señor Maragall, no puertas hacia afuera claro está, esté convencido y defienda la veracidad de esa proposición. Y después de lo llovido y después de la que siga cayendo. Las cosmovisiones suelen ser irrefutables sin presión políticas y sin momentos de crisis social.

[6] Máximo responsable del sector público de educación que cuida, como nunca hubieran soñado en épocas de ensoñación quimérica, los responsables del sector concertado, Iglesia católica incluida sin duda; Opus Dei no excluido desde luego.

[7] El jugador Cristiano Ronaldo se llama así en su honor, el honor del presidente belicista anticomunista, origen de muchos desastres civilizatorios, Ronald Reagan.

Fuente: http://satiagraha.blogspot.com/2010/02/ernest-maragall-i-la-productivitat-i.html