Acción de Greenpeace contra la contaminación por plásticos en el Mediterráneo. GREENPEACE La contaminación por microplásticos, que representan el 95% de los residuos que flotan en las aguas marinas, la sobrepesca y la vulnerabilidad de los cetáceos focalizan hoy, Día Mundial de los Océanos, la atención de los asociaciones conservacionistas, muy sensibles a un […]
Acción de Greenpeace contra la contaminación por plásticos en el Mediterráneo. GREENPEACE
La contaminación por microplásticos, que representan el 95% de los residuos que flotan en las aguas marinas, la sobrepesca y la vulnerabilidad de los cetáceos focalizan hoy, Día Mundial de los Océanos, la atención de los asociaciones conservacionistas, muy sensibles a un fenómeno, el de la conservación de los océanos y mares, que cada vez preocupa más.
Precisamente este viernes la asociación WWF ha publicado un informe que señala que en Europa sólo se recicla un tercio de las 27 millones de toneladas de residuos de plástico que se producen cada año y la mitad de este material acaba en los vertederos.
El informe apunta también que España es el segundo país por detrás de Turquía que más residuos de plástico vierte al Mediterráneo , un mar que soporta un incremento de microplásticos en sus aguas de hasta el 40% cada año debido al turismo.
Según datos de Naciones Unidas, cada año se producen más de 400 millones de toneladas de plástico en el mundo y solo un 9% de los desperdicios producidos son reciclados.
En este sentido, la organización Greenpeace ha recordado que cada año acaban en los mares y los océanos alrededor de ocho millones de toneladas de este material, que suponen entre el 60 y el 80% de la basura marina acumulada.
Esta ONG ha revelado que la mayoría de las muestras de agua y nieve recogidas durante una reciente expedición a la Antártida contenían microplásticos, lo que indica que «ni el océano más remoto del planeta está libre del impacto dañino del ser humano». Así, siete de las ocho muestras de agua tomadas de la superficie del mar contenían microplásticos, tales como microfibras, al igual que dos de las nueve muestras recogidas con una red manta en arrastre.
Por su parte, Amigos de la Tierra ha apelado a la responsabilidad de fabricantes y supermercados, a quienes ha reclamado la vuelta a los envases retornables y la eliminación del sobreenvasado, entre otras medidas.
Según esta ONG, la situación es «alarmante», ya que se calcula que a día de hoy ya hay 150 millones de toneladas de residuos plásticos en los océanos y, si seguimos consumiendo al ritmo actual, en 2050 habrá más plásticos que peces en el mar.
Para Lasse Gustavsson, director ejecutivo de Oceana Europa, los gobiernos «deben limitar la producción y los ciudadanos reciclar y reutilizar los utensilios de plástico para que no lleguen a las playas, al estómago de los peces o a las profundidades», ya que «el mayor impacto de la basura en el mar es el que no vemos».
Oceana ha alertado de que cada minuto se adquieren un millón de botellas de plástico en el mundo y cada botella tarda unos 450 años en desintegrarse, y las micropartículas de plástico entran en la cadena alimentaria, «con efectos aún por estudiar».
Por otro lado, la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN) ha revelado los datos de una campaña de observación de cetáceos en el Mediterráneo, que pone de manifiesto que la mayoría de las especies están catalogadas «en Peligro».
En el Mediterráneo residen habitualmente once especies de cetáceos, entre ellos el calderón común, el delfín listado y el cachalote, y otras 21 han sido observadas en este mar.
Para Antonio Troya, director del Centro de Cooperación del Mediterráneo, proteger a los mamíferos marinos supone proteger a nuestro planeta, porque «para conservar especies en peligro, hay que restaurar el medio marino».
Ecologistas en Acción ha pedido al nuevo Ejecutivo que actúe en favor de la conservación de la biodiversidad, en especial de los cetáceos, para lo que presentará un manifiesto con propuestas y objetivos en relación al tráfico marítimo, las basuras marinas, el turismo, la pesca o la acuicultura que ayuden a proteger a estos grandes mamíferos marinos.
Según la ONG, estos animales dependen estrechamente de la calidad ambiental de los mares y océanos para su supervivencia, lo cual les hace extremadamente vulnerables a cambios ambientales e impactos antropogénicos.