Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
¿Qué objetivo tuvo ese bombardeo israelí del 6 de septiembre contra Siria? La línea oficial es que Israel arrasó un reactor nuclear sirio, que puede haber sido diseñado por los norcoreanos, aunque con todas las chaff [tamo] lanzadas, es difícil decir lo que sucedió en realidad. («chaff» son filamentos o cintas de metal utilizados para confundir los sistemas de radar).
Aviation Weekly informa que la instalación fue ubicada por primera vez por un satélite Ofek 7 israelí, y que Tel Aviv pasó la inteligencia al gobierno de Bush. Ni los israelíes ni los estadounidenses dicen una palabra en público, pero un «responsable estadounidense» declaró al New York Times: «No hubo mucho debate sobre la evidencia. Hubo mucho debate sobre cómo reaccionar.»
Pero según una investigación de B. Michael en el sitio en la Red judío Ynet.news.com, es probable que el presidente sirio Bashar al-Assad haya dicho la verdad cuando señaló que el ataque dio en un «edificio militar fuera de uso» y no destruyó «nada de importancia.»
Primero, fotos recientemente publicadas indican que la inteligencia de EE.UU. conocía el sitio desde por lo menos el año 2003, lo que hace que sea mucho más probable que EE.UU. haya informado a los israelíes que viceversa.
Segundo, desde el instante en el que la gente tuvo la oportunidad de estudiar las fotos, la estupidez sobre su ubicación «remota» comenzó a desintegrarse. La instalación en Dewar az Zawr está a poco más un kilómetro y medio del importante magneto turístico de Halabiya, donde organizan viajes en balsa bajando por el Éufrates.
Tercero, como señala Michael: «Este ‘reactor’ no está protegido por ninguna cerca. Tampoco hay un muro en el lugar, no hay torres de vigía, ni estructuras residenciales, no hay caminos para patrullaje, no hay posiciones antiaéreas, y no hay barracones.» Ni siquiera hay un puesto de guardia.
La explicación israelí para esta actitud bastante informal hacia la seguridad es que la instalación era tan secreta, que ni siquiera lo sabía el Ejército Sirio, de ahí la falta de medidas defensivas. Michael sugiere mordazmente: «este reactor era tan secreto que nadie en Siria conocía su existencia. Los únicos que lo sabían eran los israelíes.»
¿Así que fue un caso de mala información de los servicios de inteligencia? ¿O hay alguien que se propone alguna maldad? Los israelíes derechistas utilizaron el tema para argumentar que Siria debería haber sido excluida de la reciente conferencia de Annápolis entre israelíes y palestinos.
Neoconservadores estadounidenses, como el antiguo embajador ante Naciones Unidas, John Bolton, arguyen que EE.UU. debería retirarse de las conversaciones a seis partes con Corea del Norte sobre el desarme del programa de armas nucleares de ese país por la acusación de que Corea del Norte podría haber ayudado a diseñar el así llamado «reactor.» «Existen crecientes sospechas de que el velo de secreto sobre Siria no tiene que ver tanto con información de inteligencia como con la protección de las conversaciones a seis partes y la conferencia de Annápolis.» dijo Bolton al Financial Times.
La evidencia de la existencia de un «reactor» en Dewar az Zawr es poco convincente. Se ha hablado mucho de un edificio cercano al Éufrates que es identificado como una ·»estación de bombeo» – el agua es esencial para enfriar un reactor nuclear – pero no aparece en las primeras imágenes de la instalación y ni los israelíes ni el gobierno de Bush han presentado alguna evidencia de que el edificio sea una instalación de refrigeración.
«Es una caja sobre un río,» dice Jeffery Lewis, experto en control de armas de la New America Foundation. «Me sorprende que la gente pueda decir que conoce su función sólo por sus dimensiones.»
La única evidencia adicional es negativa: la instalación fue aplanada después del bombardeo, lo que según EE.UU. prueba que se trataba de un reactor. ¿O tal vez los sirios sólo echaron abajo un edificio bombardeado? En todo caso, han comenzado a reconstruirlo: del mismo tamaño, con la misma forma, pero con un techo diferente.
Michaels concluye que el ataque tuvo que ver solamente con política: «Una secuencia de ardides circulares y manipuladores de inteligencia, montones de estupideces basadas en trocitos de información, y la explotación de todo el lío en beneficio de objetivos políticos de diversos dirigentes y sus campos, tanto aquí (Israel) como en EE.UU.»
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Conn Hallinan es analista de Foreign Policy in Focus, ganador de un Project Censored Award, e hizo su disertación de doctorado sobre la historia de las organizaciones insurreccionales en Irlanda.
http://www.counterpunch.org/hallinan01192008.html