Traducción de S. Seguí
Desde el 17 de marzo había ya en marcha un proceso de reconciliación entre los hermanos enemigos palestinos, pero parecía haber sido abortado. ¿Qué piensa usted de este cambio?
Este acuerdo ha sido una sorpresa para todos. En la actualidad, no sabemos todavía las razones de esta reconciliación. Se ha hablado de reunir las fuerzas de seguridad de ambas partes, y de reconstruir la OLP, pero en mi opinión son sobre todo una declaración de intenciones. Además, tengo mis reservas sobre la aplicación efectiva del acuerdo. Se firmará sólo dentro de una semana y su aplicación llevará mucho tiempo, pueden pasar muchas cosas entre ahora y entonces. La situación todavía puede cambiar.
¿Cuáles son entonces las verdaderas razones de esta repentina aproximación?
Fatah sin duda ha tenido que hacer concesiones, ya que, hasta ahora, Hamás no quería ni oír hablar de reconciliación al precio fijado por la Presidencia de la ANP y sus patrocinadores internacionales, incluido Egipto. En mi opinión, aunque no sabemos todavía cuáles son las cartas de cada uno, consideración que la negociación ha tenido que girar en torno al papel del primer ministro Salam Fayyad en la Autoridad Palestina. Así que, quizás más que un acuerdo entre Hamás y Fatah, esta reconciliación es principalmente un asunto interno del aparato de Fatah y su presidencia.
Las relaciones entre Fatah y el primer ministro Salam Fayyad (independiente, no afiliado a Fatah ni tampoco, por supuesto, a Hamás) han sido tensas durante algún tiempo. Según Fatah, no estaba aplicando la política del movimiento en Cisjordania, y acaparaba el poder. Además, Salam Fayyad, contaba con el apoyo de la comunidad internacional y Estados Unidos en su política de hacer reconocer un estado palestino en otoño. Después de que Estados Unidos vetara en febrero una resolución de la ONU recordando la ilegalidad de los asentamientos israelíes, parece claro que el presidente de EE.UU., Barack Obama, no estará presente en esta cita histórica. Por lo tanto, decidido a correr el riesgo de una declaración unilateral del Estado, a diferencia parece de Salam Fayyad, Fatah se dedicó a promover la unificación necesaria entre Cisjordania y la Franja de Gaza. Hamás se convirtió así en un aliado indispensable contra el primer ministro Salam Fayyad y su política pro estadounidense. Si las nuevas fuerzas de seguridad entrenadas en Jordania por Estados Unidos en los últimos años para destruir a Hamás y proteger a Israel aceptan entrar en este juego, es uno de los principales interrogantes.
¿Cuáles son las consecuencias de este acuerdo sobre las relaciones con Israel?
Israel ya ha anunciado que las negociaciones -actualmente, en punto muerto tras su negativa a abandonar la construcción de asentamientos- cesarían inmediatamente en caso de reconciliación efectiva. Y con respecto a las tensiones en la frontera con Gaza, no debería haber cambios por este acuerdo, puesto que Hamás, a pesar de algunos picos ocasionales de violencia, siempre ha estado decidido a mantener la calma en la frontera con Israel.
¿La «primavera árabe» desempeñó un papel en esta operación?
Considero que debemos guardarnos de todo romanticismo en relación con la primavera de los pueblos. La reconciliación palestina, que, recordémoslo, no es nada más que un proyecto, es principalmente una cuestión de los aparatos. Está todavía por evaluar el miedo a una movilización masiva en la fecha límite del 15 de mayo (aniversario de la «catástrofe» de 1948) convocada en Facebook. Los levantamientos populares que han sacudido el mundo árabe pueden haber contribuido en un segundo plano. Por un lado, el patrocinador de Hamás, Siria, se desestabiliza, y por el otro, el presidente Mahmud Abbas, ha perdido su aliado Hosni Mubarak. Pero la política de Hamás no ha sido decidida por el gobierno sirio, y el primer patrocinador de la presidencia y de Fatah residía en Washington.
Jean-François Legrain, es investigador en el Centro Nacional de Investigación científica, de Francia (CNRS-Gremmo) y miembro del comité editorial de la Maison de l’Orient et de la Méditerranée, en Lyon.