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Esta vez sí hubo condenas

Fuentes: Gara

La comunidad internacional acogió con absoluta normalidad el resultado de la enésima agresión israelí, llamada «Flecha del sur», que entre los días 7 y 11 de este mes causó la muerte de 17 palestinos en el norte de Gaza, entre ellos tres niños. No hubo condenas. La comunidad internacional calló y miró a otro lado, […]

La comunidad internacional acogió con absoluta normalidad el resultado de la enésima agresión israelí, llamada «Flecha del sur», que entre los días 7 y 11 de este mes causó la muerte de 17 palestinos en el norte de Gaza, entre ellos tres niños. No hubo condenas. La comunidad internacional calló y miró a otro lado, como habitualmente hace cuando las víctimas son palestinas, y aceptó con terrible naturalidad el hecho de que los israelíes maten palestinos. 17 muertos no merecieron ni siquiera una diplomática y neutra muestra de «preocupación» occidental.

El pasado lunes, por contra, todos los actores internacionales reaccionaron al unísono ante el atentado que mató a nueve personas en Tel Aviv. Políticos y gobiernos salieron a la palestra para recordar el nulo respeto a la vida que tienen los «terroristas», el equivocado camino tomado por los palestinos o alertar del riesgo de que se reanude la violencia, como si antes no hubiera ocurrido nada. Todos siguieron el guión israelí, de lo contrario no se entiende que unas vidas valgan tanto y otras tan poco, que unas muertes sean condenables y otras no.

Nadie, sin embargo, fue a la raíz del problema. Occidente parece haberse olvidado de la existencia de un pueblo en Palestina ocupado, humillado y masacrado durante décadas por los ocupantes israelíes, que gracias a su eficaz propaganda y sus poderosos aliados han logrado darle la vuelta a la historia para convertirse en las víctimas de esta larga historia de terror.

El ministro israelí de Defensa, Saul Mofaz, justificó el 11 de abril la matanza diciendo que «mientras no haya calma en Israel, no la habrá en Gaza»; el lunes, el dirigente de Hamas Mussa abu Marzuk le replicó que «la parte israelí debe sentir lo que sienten los palestinos». Presionar sólo a Hamas es fácil, pero por ahí no vendrá la paz justa que exigen los palestinos.