Dan Kovalik es abogado estadounidense y autor de The Case for Palestine. Analiza la política de Washington hacia Israel y la actitud de los medios de comunicación. Kovalik es licenciado por la Columbia Law School y fue abogado interno de United Steelworkers of America durante 26 años. También ha enseñado Derecho Internacional de los Derechos Humanos en la Facultad de Derecho de la Universidad de Pittsburgh. Es autor de numerosos libros.
Alex Anfruns: ¿Cuáles son las razones del apoyo de Estados Unidos a Israel?
Dan Kovalik: Israel es el proyecto colonial de Occidente en Oriente Próximo. Representa el último bastión del colonialismo de antaño, con toda la brutal violencia que conlleva, y cuenta con el apoyo incondicional de Estados Unidos.
En 1967, durante la Guerra de los Seis Días, Estados Unidos se convirtió en el gran protector de Israel, tomando el relevo del Reino Unido y, en menor medida, de Francia. En aquel momento, el embajador estadounidense ante las Naciones Unidas, Arthur Goldberg, interfirió en los asuntos de la ONU para garantizar que Israel pudiera ocupar Cisjordania, Jerusalén y Gaza.
Desde entonces, Estados Unidos ha seguido dando cobertura diplomática a Israel en las Naciones Unidas y ha financiado la ocupación con más de 3.000 millones de dólares al año. Por supuesto, este apoyo se multiplicó después del 7 de octubre de 2023. ¿Y para qué? Para mantener el dominio colonial en Oriente Medio y sobre los mayores recursos naturales de petróleo y gas del mundo. Estados Unidos ve en Israel un medio para controlar y defender sus intereses en la región y en otros lugares.
¿Cómo están cubriendo los medios de comunicación estadounidenses el genocidio de Gaza?
La cobertura ha sido absolutamente lamentable. Estamos siendo testigos de un genocidio en Gaza, centrado en el asesinato de niños, médicos, personal de la ONU y periodistas. Estamos siendo testigos de la destrucción masiva de hospitales, escuelas, universidades, mezquitas y antiguas iglesias cristianas.
Y, sin embargo, los medios de comunicación hacen todo lo posible por sanear la situación, encubrir a Israel, restar importancia a la brutalidad y al número de víctimas. Esta falta de honradez se pone de manifiesto por el marcado contraste de lo que vemos en las redes sociales.
Este tipo de genocidio y brutalidad colonial ha ocurrido antes, por ejemplo durante la guerra de Estados Unidos contra Vietnam en las décadas de 1960 y 1970. El ejército estadounidense cometió muchos crímenes allí, pero la mayoría de la gente los desconocía hasta que el periodista Seymour Hersch reveló la masacre de My Lai en 1969, un año después de los hechos (un crimen de guerra estadounidense durante la guerra de Vietnam que dejó casi 500 civiles muertos el 16 de marzo de 1968, nota del editor).
Cuando se revelaron los detalles de esta masacre, se produjo un grito colectivo de indignación en la sociedad estadounidense y en los medios de comunicación. En Gaza, todos los días se produce el equivalente de un My Lai y, sin embargo, no vemos el tipo de indignación que vimos entonces, sobre todo en los principales medios de comunicación.
¿Pueden seguir gozando de impunidad los responsables de crímenes masivos?
La Corte Internacional de Justicia (CIJ) ha ordenado una serie de medidas cautelares contra Israel, pero el país no ha cumplido ninguna de ellas. El fiscal jefe de la Corte Penal Internacional ha solicitado órdenes de detención contra el primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, y el ministro de Defensa, Yoav Gallant. Pero no se ha hecho nada.
Sabemos que el sistema de derecho internacional dominado por Occidente no hará que Netanyahu y sus secuaces rindan cuentas por sus crímenes. Si tienen que rendir cuentas, puede que lo haga una coalición de países árabes o los BRICS, pero desde luego nunca el sistema de las Naciones Unidas, que ha sido completamente quebrantado por Estados Unidos e Israel. Ahora vivimos bajo la ley de la selva, y esto se ha hecho intencionadamente.
Tras la prohibición de la UNRWA (la agencia de Naciones Unidas encargada de los refugiados palestinos) por parte de Israel, ¿hay alguna esperanza para los palestinos?
Los palestinos de Gaza se están muriendo. Morirán en gran número de hambre, sed y enfermedades, además de ser asesinados por bombardeos y disparos. La prohibición de la UNRWA por parte de Israel es una sentencia de muerte para decenas de miles de palestinos de Gaza. Y esa es la intención.
En los últimos años, Estados Unidos ha cortado la financiación a la UNRWA. Lo hizo Trump y también la administración Biden. En virtud de una ley del Congreso firmada por el presidente Biden, es incluso ilegal que Estados Unidos financie a la UNRWA hasta 2025. Esta medida está diseñada para matar de hambre a los palestinos, no sólo en Gaza, sino en toda Cisjordania e incluso en la diáspora. Es una vergüenza absoluta y un crimen. Como estadounidense, estoy absolutamente avergonzado. Debemos oponernos con todas nuestras fuerzas.
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