Ertugrul Kurkçu diputado del HDP (Partido Democrático de los Pueblos) durante dos mandatos, en esta ocasión no se presenta a la reelección, de acuerdo a los estatutos de su organización. Es un conocido, veterano y experimentado militante de la izquierda turca que apoya las reclamaciones del pueblo kurdo. En esta entrevista sus juicios e informaciones […]
Ertugrul Kurkçu diputado del HDP (Partido Democrático de los Pueblos) durante dos mandatos, en esta ocasión no se presenta a la reelección, de acuerdo a los estatutos de su organización. Es un conocido, veterano y experimentado militante de la izquierda turca que apoya las reclamaciones del pueblo kurdo. En esta entrevista sus juicios e informaciones nos aclaran algunos temas esenciales de la política contemporánea de Turquía, especialmente el pasado intento golpe de estado, la reforma constitucional consecuencia la tendencia autoritaria de Erdoğan y su obsesión por construir un régimen presidencialista a su medida. Comprender mediante sus palabras qué intereses se mueven en lo interno de la sociedad turca, y que es lo que se juega realmente en las actuales elecciones nos permite entender mejor la siempre variable y aparentemente inconsistente política exterior de este importante país, que hace de tenue entre Asía y Europa.
Comencemos por el intento de Golpe de Estado del año 2016. ¿Que pasó exactamente esos días y que consecuencias ha tenido aquél acontecimiento?
El resultado básico del intento de golpe de estado del 15 de julio de 2016 es que ha posibilitado a Erdoğan declarar el estado de emergencia y le ha dado el «derecho» de gobernar el país mediante decreto. La potestad de declarar el estado de emergencia ya ha perdido toda relevancia y legitimidad.
Los partidos de oposición parlamentaria, en lo que se refiere al partido que represento, el HDP, y el principal grupo numérico de la oposición, el kemalista CHP, votamos en contra de la declaración de estado de emergencia, y el HDP se opuso firmemente a la anulación del Artículo 15 de la Convención Europea de Derechos Humanos que daba al régimen de Erdoğan la oportunidad de socavar todas las instituciones democráticas y acabar con lo poco que quedaba de separación de poderes y de la independencia de la judicatura. Me gustaría recordar el resumen de Erdoğan sobre significado del golpe fallido del 15 de julio, cuando literalmente afirmó: «¡Este es un regalo de Dios para nosotros!»
Esa fue una afirmación realmente sorprendente. ¿A qué se refería exactamente?
Debemos reconocer que Erdoğan y sus aliados trabajaron duro para merecer ese «regalo». Aún no está claro dónde, cuándo y cómo Erdoğan y sus colaboradores fueron informados sobre los preparativos del golpe. Según analistas, testigos, documentos filtrados por las diferentes oficinas fiscales, Erdoğan estaba bastante bien informado de los preparativos del golpe, que inicialmente relacionó con una reacción de los seguidores de Gülen en contra de una depuración de sus partidarios entre oficiales del ejército, jueces y policías. Hay un elemento muy revelador en este sentido, a primeras horas del 16 de julio, es decir menos de 24 horas después de iniciado el golpe, 2.735 jueces fueron destituidos de sus cargos. ¿Cómo sabía el Gobierno que cientos de jueces, esos magistrados en concreto, formaban parte de un intento de golpe que afirman desconocer?
Finalmente al día de hoy no hay una narración oficial y coherente del golpe
La mayoría parlamentaria del AKP ha impedido que la comisión de investigación legislativa cuestione a las principales personalidades políticas y militares responsables y de los papeles desempeñados por los diferentes actores: el movimiento Gülen, Erdoğan y su Partido, el Ejército, la Policía, el Poder Judicial, etc. La reacción del Gobierno fue explotar a su favor las reacciones sociales ante el golpe mediante la declaración del Estado de Emergencia.
¿Y que consecuencias concretas ha tenido ese Estado de Emergencia?
De entrada se ha prolongado durante 22 meses a partir de su proclamación. Durante ese tiempo el Gobierno ha utilizado los poderes draconianos auto-otorgados para eludir el control parlamentario y emitir decretos de todo tipo, que incluyen aspectos disímiles que van desde educación hasta el turismo desde las regulaciones penitenciarias a las de las exportaciones mercantiles. De hecho Turquía se ha transformado en un Estado de Emergencia permanente.
¿Como se ha manifestado esto en lo relativo al problema kurdo en Turquía?
El Gobierno de Erdoğan ha aprovechado toda esta situación para llevar la guerra a los municipios kurdos, y a nuestro partido ya que gobernamos en la mayoría de esos municipios, ha aprovechado para «depurar» la administración así como los servicios sociales y civiles de decenas de miles de personas que están en su contra. Ha encarcelado a cientos de activistas del HDP y a muchos de nuestros diputados, incluidos a nuestros co-presidentes, Selahattin Demirtaş, que es nuestro candidato presidencial, y Figen Yüksekdağ, que aun están en la cárcel, aprobando además por decreto decenas de leyes represivas en contra de los kurdos.
El otro gran tema de los últimos años ha sido los cambios constitucionales para institucionalizar una república presidencialista casi absoluta.
El referéndum constitucional del 16 de abril fue diseñado como culminación de los preparativos de Erdoğan para apoderarse del país a través del voto. Las enmiendas estaban básicamente dirigidas a transferir la base de poder político del parlamento al ejecutivo, además prácticamente se ha abolido la separación de poderes y se vincula el poder judicial y las fuerzas armadas directamente al Presidente. El otro tema fundamental es que se ha transferido al Presidente el derecho del Parlamento para elaborar y aprobar el presupuesto.
¿Se puede decir que el referéndum constitucional contó con suficientes garantías?
Según el informe del comité de observación electoral del Parlamento europeo el referéndum tuvo lugar en un «terreno de juego desigual» y las dos partes de la campaña no contaron con las mismas oportunidades. Los votantes no recibieron información imparcial sobre los aspectos clave de la reforma y las organizaciones de la sociedad civil no pudieron participar. Bajo el Estado de Emergencia se redujeron al mínimo las libertades fundamentales y esenciales como para considerar ese referéndum como democrático. Los despidos masivos de funcionarios, jueces, docentes, policías, unido a la detención de miles de ciudadanos afectaron negativamente el entorno político. La campaña por el «Sí» contó además con una cobertura masiva de los medios, reduciendo al mínimo el acceso a la pluralidad de puntos de vista. Y si por si todo esto fuera poco hay que sumarle la activa participación del Presidente y de altos funcionarios nacionales en la campaña institucional a favor del Si.
A pesar de eso el Si obtuvo una escasa mayoría, teniendo en cuenta que era un referéndum constitucional
La campaña por el No la realizamos fundamentalmente el CHP, kemalista, y el HDP, como representante de la izquierda y de las diversas naciones étnicas, culturales y religiosas de Turquía. Hay que decir que estaban, y aun están, en la cárcel, nuestros dos co-Presidentes, muchos de nuestros parlamentarios, 83 alcaldes y cientos de nuestros cuadros y militantes. Aun así, cuando los votos a favor del No seguía muy cerca a los del Sí, el Consejo Supremo Electoral decretó que los votos «nulos» se validasen, un escándalo electoral sin precedentes. Fue un referéndum fraudulento, pero la reacción popular de protestas en la calle fue desarticulada por el CHP, y posteriormente el Tribunal Constitucional rechazó la apelación del propio CHP.
Centrándonos en la actualidad del proceso electoral y la importancia de sus resultados para el presente y futuro de Turquía. ¿Por qué Erdogan convocó elecciones anticipadas?
El motivo básico del adelanto electoral es la necesidad del gobierno de evitar la influencia de un colapso económico y financiero que Turquía debe sufrir a fines de este año o el próximo. Además Erdoğan ha perdido apoyos y aliados políticos. De todas maneras los partidos de la oposición estábamos más que preparados para elecciones anticipadas.
Turquía parece lejos de ser un sistema democrático. En cuanto a lo que se refiere a estas elecciones, ¿qué garantías podemos esperar?
Las elecciones del 24 de junio son una de las elecciones más tendenciosas, desiguales, injustas e irregulares que se hayan celebrado en los 150 años de la historia electoral de Turquía.
Todo lo que fue considerado un fraude en las pasadas elecciones ha ganado fuerza de ley tras las enmiendas electorales, justo antes de estos comicios anticipados.
Una grabación reciente muestra a Erdoğan en una reunión a puerta cerrada asesorando a sus cómplices sobre las mejores tácticas a emplear para cometer fraude electoral, lo cual no deja dudas de que las elecciones de este 24 de junio están empañadas por las órdenes impartidas por el jefe del estado.
¿Y como han encarado la campaña en un ambiente agresivo y adverso?
A pesar de los hostigamientos, persecuciones y ataques diarios en todo el país, la campaña electoral del HDP se ha desarrollado como un festival popular en los centros urbanos y en Kurdistán.
Nos hemos esforzado en superar el bloqueo mediático a través de campañas creativas en las redes sociales. Yo diría que el cambio más significativo en el discurso electoral es que Tayyip Erdoğan ha perdido su influencia en la conciencia popular y esta se inclina ahora del lado de Demirtaş.
Hay que decir que la principal motivación para el HDP y de la oposición en general, que se atreve a participar en estas elecciones fraudulentas e injustas, es la expectativa de que, cansados del gobierno arbitrario y autoritario de Erdoğan, el pueblo kurdo y turco llenen las urnas de votos para abrir un futuro sin Erdoğan. El mensaje sería logra más de un 10% de votos para HDP y quitarse de arriba a Erdoğan, y pensamos que la población ha recibido ese mensaje.
¿Cuales son las propuestas de país del HDP?
Nuestro objetivo principal es frenar a Erdoğan y rechazar su deriva hacia una dictadura fascista turca. El HDP, junto con la oposición, reclama la separación de poderes, y como aspecto reseñable de nuestra plataforma está nuestra propuesta política de re-fundar la república sobre una base democrática, con amplios poderes para los gobiernos locales.
Para el HDP una república democrática basada en la autonomía democrática para las provincias y regiones, es un paso hacia un nuevo marco político que pueda satisfacer las demandas kurdas de auto-gobierno y así facilitar el solución de la cuestión kurda por medios pacíficos.
Para obtener representación parlamentaria el HDP debe superar de nuevo el 10% a nivel de todo el país
El futuro de la democracia de Turquía depende del éxito de HDP en la superación la barrera electoral del 10% a nivel nacional. Debido a las particularidades del actual sistema electoral, la «Alianza Popular» gubernamental del AKP-MHP será derrotada si obtenemos más de ese 10%, lo cual supondría al menos 70 diputados para el HDP, por lo tanto el HDP se ha convertido en el elemento clave para el futuro de Turquía y para el resultado de las elecciones del 24 de junio.
Su candidato a Presidente obtuvo buenos resultados en las anteriores elecciones.
En realidad, Demirta ş y el HDP son un todo único. Su talento personal y su encanto suma votantes a la masa seguidora del HDP y refuerza la confianza en el partido entre los kurdos y los jóvenes turcos de las zonas urbanas. Además su injusto encarcelamiento también atrae simpatía popular hacia él como candidato y hacia el HDP.
¿Nos puede caracterizar de manera general qué otras fuerzas participan en el proceso electoral?
Estarían la «Alianza Popular» gubernamental, que defiende a Erdoğan y sus aspiraciones de poder absoluto, y la Alianza Nación, de partidos de la oposición de carácter nacionalista kemalista, que aunque carecen de un programa común coherente están en contra del gobierno presidencial de Erdoğan y reclaman el retorno al sistema parlamentario basado en la separación de poderes y un estado de derecho, criterios que por otro lado son básicos para ingresar en la Unión Europea.
El apoyo popular para el principal partido de la Alianza Nación, y su candidato de CHP, Muharrem Ince, va en aumento, y su abierta crítica a las violaciones y corrupción de Erdoğan ha sido bien acogida por amplios sectores. Esto alinea a la «Alianza Nación» del mismo lado que las fuerzas de la oposición democrática y social.
¿Qué actitud mantiene entonces el HDP hacia esa alianza opositora?
A pesar de nuestras reservas y críticas por la gran brecha entre las demandas kurdas con respecto a la percepción del CHP sobre el conflicto en curso, nos abstenemos de un discurso peyorativo y de hacer una campaña negativa contra la Alianza Nación. Además, nos esforzamos en fomentar la confianza y las relaciones más estrechas entre nuestra base de votantes y la de la CHP, especialmente entre la clase trabajadora, los sectores humildes urbanos, los jóvenes, las mujeres y los alevitas, así como entre las bases kurdas.
¿Sería posible una salida política a las reclamaciones kurdas con Erdoğan en el poder?
Una posible victoria de Erdoğan no deja expectativas razonables para el diálogo y la negociación, ya que tiene que satisfacer las demandas y expectativas de la coalición fascista que ha montado. La resultante política de la combinación de diferentes perspectivas y políticas de los componentes de la Alianza Popular de Erdoğan en términos del conflicto kurdo se reduce a «exterminio y aniquilación del terrorismo hasta el último terrorista», lo que hay que interpretar como «hasta el último kurdo», dados los lazos sociales, humanos y culturales entre el PKK y la población kurda.
¿Y cuales serían las bases para una solución razonable a las reclamaciones kurdas?
La autonomía democrática es la única forma política factible que se ajusta tanto a las demandas kurdas de auto-gobierno como a las preocupaciones turcas de preservar el estado unitario. Dado que tanto el Estado como el pueblo kurdo aún no han practicado formalmente esa forma de poder local, sería una conclusión prematura afirmar en qué medida esta propuesta puede proporcionar soluciones para las demandas kurdas. Pero cuando miramos hacia atrás podemos ver que el pueblo kurdo consideraba los municipios gobernados por alcaldes pro-kurdos como sus bastiones políticos, aunque no se produjo ningún cambio formal en su forma de existencia como provincias de Turquía. Por lo tanto el problema es más bien el reconocimiento mutuo de la necesidad de un tipo de auto-gobierno autónomo, particularmente en las provincias con mayoría de población kurda.
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