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Leonardo Padura, Premio Nacional de Literatura

«Este es un premio a la persistencia»

Fuentes: Página 12

El cubano, autor de Adiós Hemingway y Paisaje de otoño, entre otras, es el primer escritor de su generación en recibir el máximo galardón de su país. La distinción es, también, un síntoma de distención política. «Participo del debate social a través de la literatura», dice.

Los vecinos de Mantilla, un barrio de La Habana al que los turistas no suelen llegar, están de fiesta. Leonardo Padura obtuvo el Premio Nacional de Literatura 2012, otorgado por el Instituto Cubano del Libro (ICL) «como testimonio de público reconocimiento a la obra de aquellos escritores que hayan enriquecido el legado de la cultura cubana en general y de su literatura en particular, con el aporte de una obra literaria trascendente». El creador de la saga protagonizada por Mario Conde, un policía tan desencantado como hastiado que termina abandonando la fuerza, es uno de los narradores y ensayistas más populares dentro y fuera de la isla. Afortunadamente, será uno de los invitados de la próxima edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. «El autor de célebres novelas policiales que le ganaron los favores del gran público ha seguido lo mejor de la tradición de la novela negra para ahondar en preocupaciones sociales y para crear un personaje que lo sobrevivirá y que, sin embargo, no le ha impedido correr nuevos riesgos, emprender algunas de las más ambiciosas experiencias literarias llevadas a cabo en nuestro país en las últimas décadas», fundamenta el ICL en un comunicado en el que se precisa que Padura -el primer escritor de su generación en recibir el Premio Nacional- fue elegido por mayoría entre 18 propuestas presentadas por diversas instituciones literarias. El jurado presidido por el escritor Reynaldo González, Premio Nacional de Literatura 2003, estuvo integrado además por Denia García Ronda, Jorge Fornet, Víctor Fowler, Cira Romero, Astrid Santana y Marylin Bobes.

¿Qué significa ganar el Premio Nacional de Literatura a los 57 años? «Muchas, muchísimas cosas -responde Padura desde su casa, en Mantilla, a Página/12-. Es el reconocimiento de un trabajo que, casi siempre, ha sido muy polémico y ha tenido detractores. Pero también, y sobre todo, mucha aceptación, comprensión, solidaridad por parte de la mayoría de los lectores cubanos, que se han reconocido en mi forma de escribir y mirar la realidad. Significa demostrar que en Cuba es posible, al menos hoy, que un escritor sea alguien con una postura social y literaria que se proponga tocar los puntos más álgidos de la realidad, de la compleja vida social del cubano contemporáneo. Y representa un premio a la persistencia: porque sigo aquí, escribiendo y pensando como mi contexto y mis relaciones con la vida del país me exigen que lo haga.» El contador de historias de Mantilla confiesa que lamenta ser «un poco escueto y simple». Desde que se confirmó que ganó el premio más importante de las letras cubanas, «el teléfono y el tiempo no dan para más», aclara, felizmente abrumado por una demanda que se extenderá hasta que le entreguen el Premio Nacional, el domingo 17 de febrero de 2013, en la XXII Feria Internacional del Libro de La Habana. El autor de Pasado perfecto, Vientos de Cuaresma, Máscaras, Paisaje de otoño, Adiós Hemingway y La neblina del ayer -las seis novelas que integran la saga protagonizada por Mario Conde- ha sido traducido a numerosos idiomas y ha ganado prestigiosos galardones, como el Café Gijón 1997 y el Premio Hammett 1997, 1998 y 2005.

Padura (La Habana, 1955) es el primer escritor de la generación nacida a partir de 1950 que obtiene el Premio Nacional de Literatura. «Me llena de orgullo y de responsabilidad, pues siempre me he sentido uno más de los jóvenes escritores que en una época tan difícil como los años finales del ’70 y los inicios del ’80, decidimos, casi como una necesidad vital, hacer algo diferente dentro de una literatura que la política había anquilosado. Eso nos costó muchas incomprensiones, incluso castigos, críticas y hasta alguna que otra amenaza, pero seguimos haciendo lo que teníamos que hacer -recuerda Padura-. Y aquí estamos: unos en Cuba, otros fuera de la isla, pero con la misma voluntad de participar del debate social a través de la literatura. Y cuando digo debate, es porque ha sido un verdadero debate. Esa actitud, y las obras que se han desprendido de esa actitud, por supuesto han tenido detractores, han provocado muchas suspicacias, pero creo que nos hemos hecho nuestro espacio con mucho trabajo. Y, ahora, hasta nos empiezan a llegar los reconocimientos oficiales que, por demás, es mejor no esperar. Pero si llegan, a disfrutarlos. Y éste lo acepto como premio a la persistencia y reconocimiento a que contra el trabajo nadie puede.»

El hombre que amaba a los perros es una formidable reconstrucción literaria de las trayectorias vitales de León Trotsky y Ramón Mercader y cómo devienen víctima y verdugo de uno de los crímenes más impactantes del siglo XX: el asesinato de Trotsky, en 1940, en México. Iván, aspirante a escritor en La Habana, es quien volverá la mirada hacia un episodio del pasado que le permitirá tejer, como revela Padura en el epílogo, esta «historia ejemplar de amor, de locura y de muerte». Esta novela -en la que utilizó la historia del asesinato de Trotsky «para reflexionar sobre la perversión de la gran utopía del siglo XX, ese proceso en el que muchos invirtieron sus esperanzas y tantos hemos perdido sueños, años y hasta sangre y vida»- sumó más pergaminos en su trayectoria: los premios Prix Initiales (Francia), el de la crítica del Instituto Cubano del Libro y el de la revista Carbet, del Caribe. Hace apenas un mes, en noviembre, se convirtió en el primer escritor cubano invitado a centralizar la Semana de Autor, que organiza cada año la Casa de las Américas para distinguir la obra literaria de un latinoamericano. En esas jornadas adelantó fragmentos de su próxima novela, Herejes, que Tusquets publicará en septiembre de 2013.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/4-27362-2012-12-20.html