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Entrevista a Inés Castellano, del grupo de cooperación "Sevilla-Palestina"

Estudiantes internacionalistas con el Proyecto Golden Palestina. No a las relaciones con Israel, basta ya

Fuentes: Rebelión

Inés Castellano es Psicóloga, y actualmente está doctorando en Intrerculturalidad y Mundo Arabe-islámico. Miembro del Proyecto Golden5 en Palestina subvencionado por la Agencia Andaluza de Cooperación y la Universidad de Sevilla, y forma parte del grupo universitario de cooperación Sevilla-Palestina. Dispone de una beca de colaboración la Ofcina de Cooperación de la U. Sevilla para […]

Inés Castellano es Psicóloga, y actualmente está doctorando en Intrerculturalidad y Mundo Arabe-islámico. Miembro del Proyecto Golden5 en Palestina subvencionado por la Agencia Andaluza de Cooperación y la Universidad de Sevilla, y forma parte del grupo universitario de cooperación Sevilla-Palestina. Dispone de una beca de colaboración la Ofcina de Cooperación de la U. Sevilla para el curso 2012.En el marco de actividades del proyecto de Cooperación Sevilla-Palestina, viaja a Palestina frecuentemente desde el año 2009. Ha realizado el prácticum de psicología en el Teacher Creativity Center, una institución educativa palestina, así como participado en numerosas actividades propias del proyecto Golden 5, habiendo visitados escuelas y universidades.

¿Puedes explicar qué es y cuál es el contenido del Proyecto Golden Palestina?

El proyecto Golden 5 es un proyecto psicoeducativo que nació de 5 países europeos: Polonia, Italia, Noruega, España y Bélgica y que ha sido premiado con la medalla de Bronze por la Comisión europea en 2009. El Golden llegó a Palestina gracias a la coordinadora del proyecto María José Lera, quién hizo lo imposible por conseguir implementarlo tanto en Cisjordania como en Gaza. En 2006, y tras muchísimo trabajo, empieza el Golden Palestina en la zona sureña de Hebrón, área especialmente azotada por la ocupación israelí.

La idea básica del Golden es conseguir que cada estudiante brille (de ahí el nombre Golden) y saque lo mejor de sí mismo, pero para eso hacen falta unas condiciones previas en el aula que potencien lo mejor de cada uno. Un ambiente agradable, unas buenas relaciones entre los estudiantes y profesores o un grupo con una alta auto-estima, son algunas de las áreas que el Golden trabaja.

Es bastante generalizado encontrar en Palestina niñas y niños traumatizados psicológicamente, inseguros, con problemas de atención o concentración, y surgen bastantes conflictos dentro del aula. Bueno, nos hemos encontrado que el Golden, con estrategias muy sencillas en las que se entrena al profesorado, contribuye muy significativamente a reducir estos síntomas y a mejorar el clima escolar en general.

¿Cómo surgió y cómo establecisteis relación con Palestina?

Nuestra relación con Palestina surgió a raíz de conocer a la coordinadora del proyecto Golden. María José, que nos daba clases de Orientación e Intervención Psicoeducativa en la Facultad de Psicología de Sevilla, y dónde siempre nos hablaba de Palestina con profunda pasión y una empatía poco común en los académicos de su nivel. Ella ya llevaba años trabajando en Palestina y fue muy fácil empezar a colaborar con ella en uno de sus tantos proyectos. Así nuestra primera visita a Palestina fue en 2009, dónde tuvimos ocasión de palpar y sentir todo aquello que María José ya nos había transmitido en clase. A partir de aquel momento, adquirimos un profundo compromiso con la causa Palestina y seguimos trabajando con instituciones, universidades y colegios desde nuestro ámbito profesional, la psicología, luchando especialmente por los niños y niñas de Palestina, las principales víctimas de la política sionista.

Estuvisteis en Nablus ¿en qué parte del territorio palestino se encuentra? ¿nos podéis contar la situación en esa ciudad?

Nablus es una ciudad al norte de Cisjordania, de las más pobladas y muy bonita. La ciudad está encallada en un valle rodeada de montañas que hacen de barrera natural. Por esto Nablus siempre ha sido una de las ciudades más resistentes a la ocupación, porque su situación geográfica le permitía diseñar mejores estrategias de resistencia que otras. También por la ciudad vieja de Nablus que es muy grande y servía a sus ciudadanos como escondite desde el que esperaban a los soldados que tenían que entrar a pie, porque los tanques no cabían por las calles tan estrechas del zoco.

Nablus es la única ciudad palestina que actualmente tiene musulmanes (en su gran mayoría), pero también Cristianos y una comunidad de judíos samaritanos que viven en lo alto de una montaña. Esta comunidad judía crea muchos problemas a Israel, porque ellos son palestinos y antisionistas, lo cual desmonta toda la excusa sionista de una nación para los judíos. Han recibido innumerables ofertas por parte de Israel para que se vayan de allí y se asienten en ciudades israelíes o en alguna colonia, pero ellos se niegan. Viven allí desde antes de Cristo y se sienten palestinos.

Actualmente Nablus no está mejor. Completamente rodeada de checkpoints y colonias ultrasionistas, controlan a cada palestino que entra y sale de la ciudad, les hacen sentir constantemente que sus vidas están bajo control israelí, es una estrategia psicológica para minarlos, y realmente así funciona.

Según creo vuestro trabajo se desarrolló en una escuela ¿por qué? ¿quiénes asistían? ¿con qué medios contaban? ¿cuál era su vivencia? ¿de qué trataba vuestro trabajo? ¿qué carencias tiene la población en general, y en particular la población infantil?

En realidad en varias escuelas del área de Nablus, aunque quizás nos dedicamos más en cuerpo y alma a una de ellas, la escuela de la UNRWA de uno de los campos de refugiados de Nablus, Al Farah. Es una escuela básica de chicas dónde acuden todas las niñas en edad escolar de este campo de refugiados. Es especialmente necesario atender a los niños y niñas de los campos de refugiados porque son los que mas sufren las consecuencias de la ocupación y eso afecta obviamente a su desarrollo. La población de Farah, o de otros campos de refugiados es la más vulnerable, porque todos están en zona C, lo que significa que Israel tiene el control absoluto, y el ejército sionista entra cuando quiere, arresta a menores y mayores, disparan, humillan, etc…Todo esto genera una sensación de indefensión e inseguridad en los más pequeños muy difícil de paliar, y esa es una de las tareas de la escuela, que se hace muy complicada cuando también el profesorado vive bajo las mismas condiciones.

Nuestra experiencia en la escuela fue muy positiva, dónde nos recibieron a nosotras y al proyecto Golden con los brazos abiertos. Trabajamos directamente con el profesorado y no con las alumnas, tanto dentro como fuera del aula, observando las clases y las dinámicas de relaciones, para posteriormente analizar con las profesoras qué estrategias puede usar para mejorar en diferentes aspectos que ya, previamente, había señalado como mejorables. Realmente, los resultados son muy buenos y todos mejoran, las alumnas mejoran actitudinal y académicamente al sentirse parte importante de un equipo, las profesoras sienten que manejan mejor el aula y tienen más control, con lo cual reduce el estrés y el alumnado lo percibe, y así entran en una relación de feedback positivo que genera la mejora general del grupo en muchos aspectos.

Ha sido una experiencia muy gratificante, el contribuir a crear un espacio que da cierta seguridad a las más pequeñas, en un entorno tan inseguro y desestabilizador.

¿Podéis describir vuestra experiencia, lo que veíais, lo que vivíais, bajo la ocupación sionista?

Bueno, la verdad es que dentro de las principales ciudades los efectos de la ocupación son algo menores, pero sólo si te quedas dentro y no te mueves, cosa que no hace nadie obviamente. Lo que vimos en Nablus y en Palestina en general, es mucha gente extremadamente simpática, agradecida y con un sentido del humor admirable a pesar de su situación, de las largas esperas en los chekpoints, la falta de agua, la pérdida de familiares, el robo de viviendas o tierras y los ataques de los soldados y los colonos.

Es difícil imaginarse desde nuestra vida occidental cómo es vivir bajo ocupación, y cuáles son las dificultades diarias que conlleva, que son muchas y afectan a todos los ámbitos de la vida. Desde tener que salir de casa con mucho más tiempo del necesario para llegar al trabajo, porque te encuentras un chekpoint y puede que pases rápido o puede que no, hasta contabilizar cada gota de agua que se gasta en la casa porque se acaban los tanques contenedores que tienen en las azoteas, o la dificultad para hacer cualquier tipo de plan, porque surgen miles de imprevistos que no dependen de ti. Todo allí está ralentizado, absolutamente todo, transportes, administraciones, universidades, incluso cualquier transacción bancaria pasa por la supervisión israelí.

¿Cómo tratan los ocupantes sionistas a la población palestina?

Peor que a las ratas. Los palestinos no son personas a los ojos de los sionistas y ya se encarga la política de adiestramiento israelí de hacer sentir a sus propios ciudadanos desde que nacen ese desprecio a todo lo relacionado con lo árabe y especialmente hacia los palestinos. Es realmente inhumano el grado de desconexión moral que tiene el pueblo israelí para con los palestinos. Los utilizan para sentirse poderosos y fuertes, y da igual que sea un niño que un anciano, porque para ellos son todos la misma basura a la que hay que eliminar. Especialmente alarmante es el ejemplo de los colonos de Hebrón, que son los más fundamentalistas, dónde a diario atacan a ciudadanos palestinos. Hemos sido testigos de niños colonos tirando piedras y escupiendo a niños y profesores palestinos simplemente por tener que pasar por la misma calle que ellos para ir a la escuela. Es escalofriante y llegas a plantearte si realmente son humanos.

¿Dónde más estuvisteis y qué visteis?

Hemos viajado por casi toda Cisjordania, Belén, Hebrón, Qalqilia, Jenín, Jericó, Jerusalén, Ramallah, etc… Todas las regiones están muy afectadas por la ocupación, pero hay algunas zonas que acusan más unos problemas que otras. Me acuerdo de otro campo de refugiados entre Belén y Hebrón, Al Aroub, que me impactó especialmente por la dureza que allí se vive. Es un poblado a pie de carretera que sólo tiene una entrada en la que hay una torre de control militar con varios tanques apostados. Allí viven más de 10,000 personas hacinadas en viviendas muy pequeñas y con calles de menos de un metro de anchas. Cada niño que conocimos tenía detrás historias de encarcelamientos y maltratos por parte del ejército, o han sido testigos de la muerte de un familiar directo. Los chicos nos enseñaron el campo de futbol del poblado en el que juegan habitualmente y nos contaron que Israel había dado orden de demolerlo porque había proyectada una carretera que pasaría justo por donde está el campo. Y así es con todo, todo lo que un Palestino pueda tener es destruido y/o robado. Aunque ellos no se rinden fácilmente y ya tienen planes para habilitar unos terrenitos como nuevo campo de futbol, no tan grande pero servirá. Y esa es la resistencia del pueblo palestino, seguir levantándose cada vez que los tiran, pensando en sus posibilidades y siendo creativos.

¿Se nota la solidaridad del exterior?

Sí que se nota, es imposible no notarla si allá dónde vayas ves carteles de casas, plantas de agua, escuelas o centros de salud que han sido construidos por cooperación internacional. Lo que pasa es que es una ayuda muy deficiente y poco duradera en muchas ocasiones porque Israel destruye muchísimas de las construcciones. Por ejemplo, el campo de futbol que comentaba, fue construido con cooperación alemana, y va a durar pocos años. Y hace muy poco tuvimos un ejemplo en el sur de Hebrón con una planta de energía fotovoltaica de la que se abastecen 30 familias y que fue construida con cooperación española hace dos años y ya Israel ha dado orden de demolerla también. Hay muchísimos ejemplos, como el aeropuerto de Gaza, también construido con Cooperación Española y que ha sido bombardeado en innumerables ocasiones.

Además, cada vez son más los ciudadanos de cualquier parte del mundo que muestran solidaridad con la causa palestina y en esto están teniendo que ver varios factores, primero la propia resistencia del pueblo palestino que lleva 65 años luchando y segundo, las grandes acciones internacionales de solidaridad, como los barcos que intentan romper el bloqueo en Gaza, las flotillas, que lo intentan por aire y las Marchas que se vienen haciendo hace años para entrar a Palestina.

¿Qué diríais que el pueblo palestino pide a los pueblos del mundo?

Los palestinos lo tienen claro, y lo dicen: no necesitan dinero, ni alimentos, ni medicinas, lo que necesitan es libertad. A partir de ahí, es fácil entender que lo que esperan de la comunidad internacional es, mas que ayuda en concepto de cooperación, más voluntad política tanto de gobiernos como de los ciudadanos, para que exijamos a nuestros respectivos gobernantes que corten relaciones con Israel y que desde la Comunidad Internacional se les diga un gran BASTA YA. Cuando Israel deje de pisotearlos, tendrán la libertad para autoabastecerse sin necesidad de tantas ayudas externas.

Inés Castellano, muchas gracias por tus palabras.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.