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Entrevista a José Luis Carretero, miembro del Instituto de Ciencias Económicas y de la Autogestión (ICEA​)

«Europa como proyecto de potencia colectiva no está respondiendo al coronavirus»

Fuentes: Rebelión

M.H.: La Comunidad de Madrid acumula el mayor número de casos confirmados con 10.575. España registra al 23 de marzo 2.182 fallecidos y 33.089 casos positivos de coronavirus en todo el país, según los datos facilitados por el Ministerio de Sanidad. ¿Cómo está funcionando el “Quedate en casa”?

J.L.C.: Estamos viendo la brutal incidencia que esto tiene en relación con la dinámica de las propias clases sociales de nuestra sociedad. Son los propios trabajadores manuales, de los sectores estratégicos, los sectores más bajos y precarizados de la clase trabajadora los que están sosteniendo la vida colectiva en estos momentos. Tanto los trabajadores sanitarios como los del transporte, los del comercio electrónico, de la alimentación, etc. Y lo están haciendo en unas circunstancias en los que sus derechos laborales y a la salud están muy poco reconocidos y están poniéndoles en auténtico peligro.

Les puedo decir que paró la planta de Mercedes Benz en Victoria porque los trabajadores empujaron a ese paro y lo hicieron posible y ha parado una gran nave de telemárketing de comercio electrónico de la mayor empresa de España de este rubro, “Conecta”, porque los propios trabajadores han impuesto el paro. Porque lo que se está viendo es que toda esta dinámica que nos tiene encerrados a una parte en nuestras casas tiene un componente de clase muy fuerte, en la que los grandes dirigentes, los representantes políticos se hacen el test con mucha rapidez, tienen ventajas sanitarias claras, tienen acceso a una sanidad privada mucho más desarrollada y, sin embargo, son los trabajadores más precarizados como los de la limpieza, los de la alimentación, de los supermercados, los de telemárketing, etc., los que se están enfrentando a esta dinámica con mayor debilidad y mucho más expuestos a la propia enfermedad y también a un aumento brutal de los expedientes de regulación de empleo, es decir, las suspensiones de contratos miles y miles de trabajadores que han pasado al desempleo.

Lo fundamental está en que hay una indicación sanitaria muy clara, que no salgamos de nuestras casas, que no tengamos contacto, pero cómo vive la gente mientras tanto. Se ha acordado por el gobierno una moratoria en el pago de alquileres para la gente con situación de vulnerabilidad social, esto todavía no es efectivo, se tiene que ver cuáles van a ser los requisitos para estar en esa situación de vulnerabilidad social. Por ejemplo, esto no incorpora a mucha otra gente que de por sí ya estaba en una situación de vulnerabilidad, como las personas sin hogar, etc.

M.H.: Frente a esto que me estás comentando de la situación de los trabajadores españoles, ¿cuál es la actitud adoptada por las grandes centrales sindicales UGT y Comisiones Obreras?

J.L.C.: La actitud es totalmente impresentable. En este sentido tanto Comisiones Obreras como la Unión General de Trabajadores que son los sindicatos mayoritarios, los sindicatos del oficialismo traduciéndolo en una terminología más latinoamericana, están adoptando posiciones impresentables. Es a raíz de ellos que se ha facilitado la situación de suspensiones de trabajo, ellos la acuerdan con la patronal y ha sido el gobierno que las ha puesto en marcha además con un retraso de prácticamente una semana; esto permite hacer las suspensiones de contratos de trabajo mucho más rápidamente.

Ellos se escudan en que son mejores las suspensiones de los contratos de trabajo a los despidos. Pero al mismo tiempo hay que tener presente cómo en un país perfectamente comparable como es Italia, lo que se ha hecho ha sido todo lo contrario, prohibir los despidos por dos semanas por motivo del Corona Virus.

Su actuación en el marco de distintas empresas que siguen abiertas en este momento, como las que mencionaba anteriormente, han intentado evitar los paros por parte de las representaciones de los trabajadores o de los trabajadores mismos, cuando no se estaban cumpliendo las medidas de prevención e higiene y en vez de facilitar esos paros plantear que es mejor que se vaya a un expediente de regulación temporal de empleo, que de esa manera se va a cobrar el desempleo y que de otra manera lo más probable es que no cobren nada. O sea, meter miedo a la fuerza de trabajo para mantenerlos en sus puestos donde no se estaban cumpliendo claramente las medidas de prevención.

Así lo han dicho las propias instituciones estatales como la de Inspección de trabajo. Esto se ha retratado bastante a menudo, esta es otra forma más de ver cómo estas grandes centrales sindicales son otra pata más de lo que ha venido siendo el régimen del 78; son quienes se encargan de mantener la disciplina laboral en circunstancias como las actuales.

M.H.: Quiero aclarar que cuando José Luis hace referencia al “expediente de regulación temporal de empleo” es lo que nosotros asimilamos a un subsidio por desempleo.

Hecha esta aclaración, mencionaste al sistema privado de salud. Tengo entendido que hay una crisis importante del sistema sanitario español resultado de las políticas neoliberales. Por ejemplo, solamente en Madrid se han reducido 3.300 empleos efectivos en salud entre 2010 y 2018. Mientras, han aumentado los pacientes en 500.000 personas. Esto para favorecer lo que denominamos “medicina privada” y la pregunta es ¿existen medidas que obliguen a los centros privados a colaborar con el sector público de salud?

J.L.C.: Esta es una de las cosas que se ha aprobado por la declaración del estado de alarma y que ha sido hecha efectiva a nivel legislativo a partir del mismo lunes. En teoría el estado de alarma habilita al gobierno a poner toda la infraestructura de la sanidad privada bajo el mando único de la administración pública. Es decir que el Estado podría ahora mismo utilizar todas esas camas y poner a todos los médicos de la sanidad privada a funcionar de esta manera. Cosa que todavía no se ha implementado efectivamente.

El problema aquí es que tenemos una sanidad pública que probablemente sea una de las más desarrolladas en cuanto a que ha sido universal, excepto en momentos de la crisis del 2008 en que se eliminó de esa universalidad a los extranjeros sin permiso de trabajo, pero que básicamente ha sido un sistema universal de salud gratuito, pero que se ha venido degradando, deshaciendo, desmantelando durante la última década.

Todo eso ha provocado una disminución en el número de trabajadores, que los trabajadores de la salud estén también en condiciones de vulnerabilidad laboral en el sentido que tienen contratos temporales, que no tienen una relación directa con el funcionamiento del sistema sanitario, con todo lo que implica a la hora de la formación, etc.

Por otro lado, la facilitación de las dinámicas de privatización. Aquí se puso muy de moda a partir del 2008 el intentar sustituir la gestión directa por parte de la administración pública de los hospitales por lo que se ha llamado el modelo public-private partnerships en Inglaterra, que es el “modelo de colaboración público privada” lo que se vino llamando en España “el modelo Alcira” porque es en ese hospital de Valencia donde primero se puso en marcha.

Es un modelo que consiste en que los contribuyentes pagamos al hospital pero luego la gestión del hospital es privada, son normalmente fondos de inversión internacionales que llevan la gestión de un hospital público. Todo esto impacta de manera muy diversa sobre la propia gestión y por sobre la propia capacidad de aguante del sistema sanitario. Ha disminuido el número de camas, el número de profesionales, los recursos que la sanidad pública tenía y nos encontramos en una situación en la que precisamente hay que tener esto presente con el tema del Corona Virus; no es tanto la gravedad de la enfermedad.

Es grave, no lo vamos a negar, tiene consecuencias graves en la salud para mucha gente, pero también es una enfermedad en la que el problema fundamental y por lo que se están tomando medidas es porque tiene un pico muy alto, muy rápido y eso hace que colapsen los sistemas de salud que no tienen unidades de cuidados intensivos suficientes como para hacer frente en un momento dado a un número alto de personas que necesiten estas unidades. El problema no es tanto la gravedad de la enfermedad, como el hecho de que si el sistema de salud no está preparado, ha sido desmantelado o degradado no va a poder responder frente a esa demanda súbita y por lo tanto va  a colapsar.

M.H.: ¿Se ha tomado alguna medida respecto del Presupuesto nacional?

J.L.C.: Sí. Tenemos dos problemas, salió publicado el decreto que anunció el presidente del gobierno en el que se dice que se va a hacer un impulso público de cerca de 200.000 millones de Euros, precisamente tanto para dar avales a las pequeñas empresas, a los autónomos, para facilitar los expedientes de regulación de empleo dándole el subsidio de desempleo a los trabajadores que estén en situación de expediente de regulación temporal de empleo, como para hacer la moratoria para las personas en situaciones especiales de vulnerabilidad, y un mayor presupuesto para hacer determinados centros de investigación que están en relación con todo esto.

También se ha dado un presupuesto en relación a la industria turística porque representa un 30% del PBI español, etc. Parece ser que hay voluntad de hacer algún tipo de expansión, hay que ver también en qué dirección va y qué consecuencias tiene.

Por un lado en cuanto a qué dirección va, es una expansión mucho menor que la que se está produciendo en Francia, Italia y Alemania. En Italia directamente han decidido parar, hacer una moratoria total de todas las hipotecas y prohibir todos los despidos durante este tiempo. Aquí hacemos una moratoria solo para las personas más vulnerables y veremos cómo lo tienen que probar y cuáles son las características que tienen que reunir esas personas para demostrar vulnerabilidad para quedar de ese lado en cuanto a las hipotecas.

Por otro lado, tenemos que tener presente el componente geopolítico de todo esto, el problema fundamental es que Europa como conjunto, como proyecto de potencia colectiva no está respondiendo. Se sigue manteniendo la austeridad, se sigue manteniendo en pie el pacto de estabilidad que implica unos determinados límites para el déficit público, no se han desplegado con toda su potencialidad el Banco Central Europeo sacando bonos en relación con todo esto e incluso Alemania ha puesto límites para la posibilidad de exportar material médico a los países del sur de Europa. En este sentido lo que encontramos es un problema fundamental, si la política de Europa es la austeridad, y en estos momentos lo que se necesita es una expansión fiscal y que el Estado actúe como si estuviera en una guerra y se dedique a sostener la vida de las clases populares, tenemos un problema.

M.H.: He visto por la televisión una exacerbación del consumo en relación a las compras. ¿Hay peligro de desabastecimiento en España?

J.L.C.: No parece de momento. Lo que ha habido fue un ataque de histeria colectiva que hizo que en un momento grandes cantidades de personas se volcaran a los supermercados para comprar comida para mucho tiempo. De momento no parece que haya problemas de desabastecimiento porque las cadenas de distribución de  alimentos no están teniendo problemas, los supermercados siguen vendiendo. Pasados los días de histeria colectiva en los que los supermercados se quedaban sin mercadería porque la gente había ido a comprar más artículos, parece que la cosa se ha normalizado en cierta manera. No parece que el problema sea un peligro de desabastecimiento.

El problema es la dinámica en la que nos ha metido todo esto que es una crisis económica brutal para el momento en que esto acabe tanto por los miles de expedientes de regulación de empleo, como que el 55% de la población de este país tiene empleo en empresas pequeñas que básicamente suelen estar muy endeudadas, y esto va a ser lo que los deje fuera de la vida económica.

Una gran parte de la clase trabajadora va a ver mermada o desaparecida su fuente de trabajo. Pasarán de cobrar su sueldo a cobrar una suma mucho menor, los sectores que ya estaban en situación de vulnerabilidad y marginalidad, los llamados “working poor” gente que trabajaba pero que tenían sueldos que no les garantizaban salir de la situación de pobreza van a ver que tienen muchísimas menos posibilidades de acceder a subsidios públicos, a formas de bienestar sanitario, social, etc., por el solo hecho de no poder salir de casa y por el simple hecho de que tenemos una población mayor que vive sola en sus casas.

M.H.: Te iba a preguntar por eso, el tema de los cuidados.

J.L.C.: Es uno de los problemas fundamentales, aquí tenemos una población muy mayor que viven solos en las grandes ciudades, que muchas veces están en situación de infra viviendas que no cumplen las bases mínimas para la habitabilidad, tampoco hay servicios sociales que les permitan tener acceso a ir a hacer las compras hoy en día. Todo esto va a generar circunstancias de mucho sufrimiento.

Solo quiero agregar que lo que enseña todo esto a una parte de la sociedad española que vivía en ese marasmo en el que creían que no existían ya las clases sociales porque todos teníamos un determinado acceso a una sociedad de consumo, por lo menos a verla a través de los cristales de las tiendas que hay en las calles, al fin y al cabo no es tan así.

La gente de las grandes empresas ahora hacen sus reuniones por teleconferencia y hay muchos trabajadores manuales de los sectores más precarios de la sociedad que están ahí, día tras día que son los que nos dan de comer, los que limpian las calles, los que mueven los transportes públicos y son ellos los que van a pagar el precio más alto de la crisis.