La nueva política estadunidense hacia Cuba, articulada en mayo pasado, incrementa la posibilidad de generar violencia y disturbios sociales en la isla y nutre la especulación de que Washington prepara una intervención, acusó un ex alto funcionario del Departamento de Estado, junto con otros distinguidos expertos, en una carta enviada al secretario de Estado Colin […]
La nueva política estadunidense hacia Cuba, articulada en mayo pasado, incrementa la posibilidad de generar violencia y disturbios sociales en la isla y nutre la especulación de que Washington prepara una intervención, acusó un ex alto funcionario del Departamento de Estado, junto con otros distinguidos expertos, en una carta enviada al secretario de Estado Colin Powell.
Uno de los firmantes de la misiva, William D. Rogers, abogado del bufete Arnold & Porter, vicepresidente de Kissinger & Asociados y ex alto funcionario del Departamento de Estado, señaló hoy que, aunque no cree que Estados Unidos prepare una invasión, las recomendaciones del recién difundido informe de 440 páginas de la Comisión para contribuir a una Cuba libre son »aterradoras» .
Por eso Rogers firmó, junto con el ex vicepresidente del Banco Mundial, Shahid Javed Burki; el profesor de Harvard, Jorge Domínguez, y el presidente de Diálogo Interamericano, Peter Hakim, entre otros, la carta en la que critican las recomendaciones para formular la nueva política hacia La Habana.
En el texto, redactado y coordinado por Diálogo Interamericano, los firmantes señalan que ni Powell, en su introducción al informe de la comisión sobre Cuba, ni la Casa Blanca, en un documento sobre política hacia la isla emitido cuando Bush endosó el informe en mayo, emplean la frase «cambio pacífico» en su formulación de la política hacia Cuba.
El documento de la Casa Blanca define como objetivos centrales «llevar a su fin la dictadura despiadada y brutal» de Fidel Castro, pero no se incluye ninguna referencia a la «transición pacífica» que durante años ha sido un elemento básico de la política estadunidense en el tema.
«Estamos muy preocupados por la ambivalencia del informe sobre el compromiso del gobierno estadunidense con el cambio pacífico en Cuba», escriben en la carta enviada el 12 de agosto y dada a conocer públicamente este miércoles. «Desde hace mucho la política estadunidense hacia Cuba ha sido controvertida y hasta divisoria, pero ha existido un amplio acuerdo en que la meta central era una transición pacífica. Abandonar ese compromiso representaría un cambio dramático y desafortunado en la política de Estados Unidos.»
El secretario Powell ya ha respondido a la carta, informó hoy a La Jornada un funcionario del Departamento de Estado, pero rehusó ofrecer una copia de la respuesta. «Estados Unidos no es ambivalente en la política hacia Cuba, la cual ha sido alentar una transición rápida y pacífica a la democracia que firmemente respalde las libertades políticas y económicas», declaró el funcionario, quien solicitó el anonimato.
Pero la omisión de la palabra «pacífico» tanto en la introducción de Powell como en el documento de la Casa Blanca, comentó Rogers hoy, es el aspecto «más explosivo» de todo. El informe, añadió, fue redactado en un estilo repleto de «instinto imperial».
En particular, estos críticos creen que las recomendaciones del informe -entre ellas apoyar el lanzamiento de cubanos de viviendas confiscadas por la revolución hace casi medio siglo, y las recetas para una legislación sobre quiebras financieras, privatizaciones, salud y más en una Cuba pos Castro- podrían incitar a la violencia.
La aseveración del informe de que durante la transición la política estadunidense apoyaría el arresto de altos funcionarios cubanos y la disolución de las fuerzas de seguridad sugieren, según estos críticos, una intervención de Washington en favor de aquellos que desean realizar tales acciones.
«Tomado en su conjunto, el informe sugiere que el gobierno estadunidense considera la posibilidad de un cambio pacífico en Cuba como algo subordinado a la meta más grande de acabar con el régimen de Castro», declaran los autores de la carta. «Creemos que las relativas necesidades prioritarias necesitan ser revertidas, y que una transición pacífica en Cuba debería de permanecer como la meta fundamental de la política estadunidense».
Cuando La Jornada le preguntó si considera que Estados Unidos está preparando una invasión de la isla, Rogers -quien fue el encargado de América Latina en el Departamento de Estado a mediados de los 70- respondió que no. Pero sí describió un escenario en donde Castro muere, cubanoamericanos de Miami regresan a La Habana para recuperar propiedades que tenían antes de la revolución y se implementan las recomendaciones del informe de la Comisión sobre Cuba.
«La posibilidad de violencia no parece irreal», indicó Rogers hoy al describir este escenario. «Y si eso empieza a ocurrir, entonces la posibilidad de un pedido de asistencia estadunidense no es irreal. Y eso es la semilla en el evento más explosivo en las relaciones Estados Unidos-América Latina en los últimos 50 años».
Jorge Domínguez, también firmante de la carta, dijo que la omisión de la frase «cambio pacífico» en el informe también nutre las acusaciones del gobierno cubano de que Washington podría estar preparando una invasión. Aunque Domínguez no cree que Estados Unidos esté por invadir, dijo que la ambigüedad es peligrosa.
Pero Dennis Hays, ex director de asuntos cubanos en el Departamento de Estado, y más recientemente encargado de la oficina en Washington de la Fundación Nacional Cubanoamericana, dijo no estar de acuerdo con estos críticos y declaró a La Jornada que el enfoque sobre la violencia está mal interpretado. «Hay violencia en Cuba ahora mismo, y ¿qué transición se ha realizado sin algo de violencia? Este informe es un intento para contener esa violencia», dijo.
Pero Wayne Smith, ex director de la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba, y quien durante años ha sido feroz crítico de la política de Washington hacia la isla, consideró hoy que la preocupación expresada por los autores de la carta es correcta. «No creo que Estados Unidos se esté preparando para invadir Cuba», afirmó Smith. «Pero la manera en que está escrito el informe, es un anteproyecto para una ocupación estadunidense. En el contexto de Irak, esa es la impresión».
El informe sugiere, añadió, que Estados Unidos nombre a un funcionario responsable para la transición en Cuba, y al respecto Smith se preguntó: «¿A poco vamos a traer a Jerry Bremer»? Bremer fue el encargado estadunidense de la ocupación de Irak.