Introducción de Sinfo Fernández

Un buen día, el timbre del teléfono me abrió el espacio circundante a una llamada distinta. Y así fue como escuché una voz suave y decidida que me permitió conocer a una valiente mujer de nombre Cristina, miembro de la Asociación Al Quds de Solidaridad con Palestina de Málaga, que intentaba de alguna manera romper el monstruoso asedio israelí contra Gaza y hacer llegar hasta ese castigado territorio una pequeña carga de material escolar y juguetes. Alimentos para el espíritu, para la alegría, para la esperanza. Me sumé a su anhelo y tratamos de remover cielo y tierra para poder romper todos los muros burocráticos, los políticos, los mentales, y abrir una brecha por donde dar cabida a la solidaridad. Cuando días después, tuve que comunicarle que, por el momento, no lográbamos avance alguno, me produjo una inmensa emoción hallar a Cristina emplazada en la frontera con Gaza, empeñada en llevar al menos toda su fuerza y aliento y, por breves instantes, me transporté también con ella hasta ese pueblo hermano. Y allí se mantuvo más de veinticuatro horas, bajo el sol y las estrellas, hasta que logró romper la resistencia del ejército ocupante y entrar. De su experiencia nos queda un emocionante escrito y estas espléndidas fotos, que recogen tantos aspectos de la belleza, de la cultura, del paisaje, del sufrimiento, de la inmensidad de un pueblo hermoso e irreductible que no ha querido perder, a pesar de todo, perder la sonrisa. Unámonos al empeño y decisión de Cristina, unámonos al pueblo palestino, está en juego la dignidad de todos. S. F.